Capítulo 03 | Promesa

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NETEYAM

Se había bañado de paciencia aquella noche. Estuvo en mil ocasiones a punto de saltarle encima y reventarlo a golpes, pero sabía que esa no era la mejor de las decisiones. Así que sólo le observó con su semblante de siempre aunque por dentro estaba hirviendo de enojo. Ao'nung era tan irritante cuando se lo proponía y la cosa era que disfrutaba de irritar a todos a su alrededor siempre que se le presentaba la oportunidad. Lo había estado estudiando estos últimos días, pues le pareció extraña su actitud y descubrió que la mayoría de las veces a quien quería sacar de quicio era a él mismo. Por lo que se había regañado a sí para no darle lo que quería.

Estaban en medio de la jungla a mucha distancia de la aldea y nadie pasaba por allí. Neteyam lo había comprobado durante el tiempo que llevaban con los Metkayina, su curiosidad había sido satisfecha por primera vez desde hacía mucho. De manera que si la conversación de ambos pasaba a mayores de casualidad, nadie podría intervenir ni por ende detenerlos.

Las manos de Neteyam sudaron frío y se planteó envolverlas en un puño y dar el primer paso. Realmente aún estaba enojado y decepcionado del muchacho frente suya, en su cabeza no le cabía como alguien podía ser tan cruel de arriesgar la vida de otro. Él jamás podría hacerlo contra uno de los suyos por muy indignado que estuviera en el momento. Pero tal vez era todo a causa de que se detenía a pensar antes de actuar. No tomaba su primer impulso como correcto nunca, debía hacer las cosas bien para no defraudar a sus padres. Había sido criado por un gran comandante, no podía echar todo eso a la basura, debía ser calculador y siempre tomar la decisión más idónea en cualquiera de las circunstancias.

—¿Entonces?— el silencio había sido interrumpido por el Omatikaya, quien se había cansado de ver al otro pensando lo que diría a continuación.

—Eres un dolor de trasero— masculló con las orejas hacia atrás—¿No eres capaz de esperar, chico del bosque?

—Sí lo soy, solo no me apetece hacerlo contigo.

Tan pronto dijo aquello Neteyam se sorprendió a sí mismo, pero no dio paso atrás. Ao'nung lo sacaba de su zona de confort. Él no era de insultar, ni mucho menos hacer sentir a otros indeseados, pero ese Metkayina le hacía querer hacer todo eso. Era simplemente irritante.

Ao'nung volvió a rodar los ojos ese día.

—¿Quieres que las cosas vayan rápido?¿Acaso no disfrutas pasar tiempo conmigo?—su tono juguetón y sarcástico se vieron entrelazados al hacer las preguntas— Me hieres, hijo de Toruk Makto.

Tantos apodos le volvían inestable. Frunció su entrecejo nuevamente disgustado.

—Sabes mi nombre, úsalo.

—Mis disculpas, es que pensé que te gustaba vivir bajo la sombra de otros, ya sabes, la de Lo'ak por ejemplo—allí estaba otra vez ese maldito tono que le hacía querer estampar al otro contra un tronco.

Neteyam se acercó dando zancadas y cuando estuvo a unos treinta centímetros le señaló con el dedo y se lo colocó en el pecho empujándolo hacia atrás. Ao'nung sonrió. El Omatikaya tuvo un tik en donde debería estar su ceja izquierda de haber sido su hermano menor y presionó con mayor fuerza provocando que la sonrisa del otro se convirtiera en una mueca.

—¿Por qué estás tan obsesionado con mi hermano, qué es lo que quieres en realidad?— ahora su voz era autoritaria, llena de un veneno ardiente que amenazaba con quemar al contrario si decidía seguir con su jueguito.

El Metkayina no supo que responder allí y entonces. Bajó la mirada al igual que sus orejas y dio un paso hacia atrás. Quizás se había pasado un poco con lo que le había dicho al Omatikaya o quizás no. No lo sabía a ciencia cierta, mas estaba consciente de que aparentemente metía la pata el noventa por ciento de las veces con el hijo mayor de los na'vi del bosque. Porque quería enojarlo, pero no quería que lo viera como alguien detestable y parecía que siempre cruzaba esa fina línea. Ao'nung no sabía cómo mantener al otro enojado sin que le cogiera rencor y se notaba justo ahora que lo tenía de frente.

Poco Tolerable [AonuNete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora