Capítulo 07 | Caída en picada

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NETEYAM

Habían estado volando por varios minutos, casi que apenas una media hora y Ao'nung yacía tras suyo sujetándose aún sin apretarlo mucho. Mientras iban de lado a lado él le contaba al acuático todo lo que debía saber de esas criaturas voladoras al igual de lo que debía hacer en situaciones dadas. El acuático le escuchaba atentamente mientras intentaba no vomitar por las alturas y no pensar en que podía caer a tierra y recibir un buen golpe.

Neteyam no soltaba las manos del otro a sabiendas de que era muy probable que este se pudiera soltar, puesto que el agarre que le mantenía sobre el Ikran no era muy fuerte que digamos.

El otro le parecía un tanto tímido o quizás que reservado. Como si no se atreviera a acercársele mucho. Y eso le hizo sonreír de forma involuntaria aunque ni el mismo entendiera el porqué.

—No sabía que eras tan suave con los abrazos— se burló dandole una media sonrisa al Metkayina y un leve apretón al agarre que tenía sobre él.

Ao'nung no entendió lo que dijo hasta luego de varios segundos. Tan rápido como lo supo pegó su cuerpo aún más al Omatikaya y sin previo aviso o pena envolvió la cintura del otro entre sus grandes brazos con mayor firmeza y mejor agarre. Sus muslos rozaban con los de Neteyam debido a su acercamiento y esto creó una reacción en ambos.

—¿Lo quieres así o más fuerte?—inquirió irritado apretando bastante al otro.

—A penas y lo siento— volvió a burlarse y ordenó al Ikran a que fuera más rápido.

Como acto reflejo Ao'nung pegó su rostro a la espalda del otro. Si no se hubiera aferrado tan bien a él, el acuático hubiera salido volando y su choque contra el suelo no se hubiese hecho de esperar.

—¡Ay, pero quién lo iba a decir!—el menor de los Omatikaya volaba junto a ellos—¡Ao'nung siendo afectuoso con uno de nosotros! ¡Esto se merece una foto!

—¡Ándate a cagar, cara de culo!—le gritó el acuático mirándole con su cara de haberse chupado un limón.

Lo'ak solo río como si le faltara el aire mientras montaba su Ikran sin problemas. Al menor todo le parecía muy cómico, Ao'nung era todo un espectáculo cuando se juntaba con su hermano y el lo disfrutaba como nunca.

Volaron un par de minutos más hasta que el mayor se detuvo y ordenó que fueran de regreso. Se habían alejado demasiado y Neteyam sabía que si no volteaban ahora podrían llegar demasiado tarde a la ceremonia que les estaban planeando en la aldea con tanta dedicación. Y él no era de las personas que desacreditaban los esfuerzos de otros, así que quería estar allí para disfrutar cada pequeño detalle. Porque sabía que este lugar era la única esperanza que su familia tenía, no les quedaba nada más.

Había que hacer las cosas bien sí o sí. Neteyam lo tenía muy claro a diferencia de sus hermanos.

Poco a poco se fueron acercando a la aldea, con calma y a una velocidad que permitía el poder apreciar la preciosidad de Eywa y a todas las criaturas acuáticas y terrestres. Cada una era tan colorida y tenía un nombre tan interesante que la mirada de ambos Omatikayas se iluminaba ante la manera en la que Ao'nung los llamaba o describía. El Metkayina hablaba tranquilo, mientras que por dentro parecía querer explotar de los nervios. No soltaba a Neteyam ni por un segundo, ni aunque el Ikran fuese lento. Y era muy notorio que estaba muy tenso por la forma en la que sujetaba a Neteyam, como si no lo quisiera dejar ir.

Por mucho que quisiera ocultarlo con su expresión de siempre el Omatikaya podía leerlo, pero sobre todo sentirlo contra su espalda. Su corazón latía de forma frenética.

—¿Crees que a Tsireya le guste volar conmigo?— el Ikran de Lo'ak había volado un poco más cerca de ambos cuando preguntó esto.

Neteyam volteó a ver con el rabillo del ojo al que estaba atrás suyo aún envolviéndolo como si su vida dependiera de ello.

Poco Tolerable [AonuNete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora