Poco Tolerable [AonuNete]

Capítulo 28 | El plan fracasa

JAKE Y TONOWARI

Era temprano ese día, los Metkayinas hacían sus labores rutinarias y él se encontraba junto al Olo'eyktan repasando unas cuantas cosas antes de la guerra. Tenían planeado reunirse con los Omatikaya e interceptar la nave del enemigo que había sido localizada por el equipo del Dr Norm hace unos días hacia el sur. No estaban tan lejos, debían estar cazando a los tulkuns, lo cual hacía que los Metkayina tuvieran mayor urgencia para el ataque.

—Entonces mañana partimos a buscar la ayuda del clan Omatikaya—Jake estaba ansioso por su posición, su voz incluso se notaba preocupada.

Tonowari asintió, los demás Metkayinas le contemplaron.

—Es ahora o nunca, es cuestión de tiempo para que intenten atacarnos de nuevo. Debemos dejarlo todo por la aldea y por Pandora—la declaración del líder provocó que los presentes hicieran ruidos de aprobación.

La sala estaba llena de líderes de guerra y aldeas. Tonowari cabezaba la ecuación, siendo quien daba las directrices que debían seguir todos como un solo equipo. Kelaq yacía callado en una esquina analizándolo todo, mientras que los demás asentía motivados por hacer algo al respecto. Jake deslizó una mirada por todos los presentes, buscaba duda o cualquier reacción levemente negativa. Lo único que encontró en todos ellos fue la llama de su espíritu guerrero reflejarse en cada movimiento o mirada. Se irguió en su lugar, todos ellos dejarían su cuello por el bien de la aldea y él iría a hacer lo mismo.

—¿No debería estar aquí tu hijo?—a Kelaq le había extrañado que no hubiera rastro del sucesor.

Ao'nung era una pieza importante, todos los guerreros eran importantes, pero el hijo del Olo'eyktan debería estar allí. Al final era él quién dirigiría los entrenamientos de los guerreros, había demostrado ser capaz de mantener la cabeza fría y dirigir correctamente.

Se notaba la sospecha en el rostro del encargado de una de las islas más pequeñas, pues tampoco quería ocultarlo.

—Aún no está listo.

—Con el debido respeto, señor... El tiempo que estuvo en la otra isla demostró ser capaz de muchas cosas—Kelaq cuidaba su tono, sabía que el líder de los Metkayinas debía estar muy tenso ante la inminente guerra y no quería presionarlo mucho—. De no ser por él hubieran acabado con todos nuestros ilus y nosotros.

—Lo único que consiguió mi hijo fue meterse en más problemas y arriesgar la vida de más Metkayinas. Te recuerdo que fue secuestrado por el demonio que aún sigue bajo nuestra custodia.

—Un demonio que puede sernos útil en la guerra. De seguro lo querrán de vuelta, usémoslo.

Tonowari suspiró.

—No podemos arriesgarnos a que lo tomen de vuelta—contradijo recto en su posición, dedicándole una mirada que solo podía significar que dejara el tema.

—Entonces ¿por qué no lo matamos?—todos los presentes pensaban lo mismo, si no cooperaba, por qué mantenerlo allí.

—Solo hay que presionarlo un poco más.

—Déjaselo a tu hijo, si él no puede sacarle la información no hay nada que podamos hacer. Por lo que matarlo será la única opción.

—¿De qué se trata realmente todo esto, Kelaq?

El mencionado guardó silencio mientras medía sus palabras antes de dejarlas salir.

—Considero que tu juicio como Eyktan se ha nublado. Todos somos hijos de la gran madre, todos debemos defender nuestra tierra. No puedes controlar a tu hijo y moldearlo a tu gusto para luego privarlo de lo único que lo has convencido todo este tiempo. Es un guerrero que merece luchar, debes pensar como líder y no como padre.