Capítulo 12 | Canastas y Miradas

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Mil millones de disculpas por la tardanza de la actualización... 😭 Espero que pueda recompensarlos con este largo capítulo. Gracias por la espera y disfruten de este capítulo donde los niños dejan de ser tan idiotas y se abren un poco.

AO'NUNG

Ni siquiera estaba al tanto de lo que le había ocurrido a Kiri. Sólo sabía que sus padres se encontraban profundamente decepcionados y que él era la razón. No había hecho nada malo, incluso había dejado de hacer una de sus tareas solo para ser un buen na'vi y llevar a los Sully a donde querían ir. Ellos habían sido quienes habían insistido aquel día, él no había planeado nada, sólo quiso ayudarles.

Ahora se encontraba dando suspiros cada dos por tres, intentando no darle mucha cabeza a lo injusto que había sido todo mientras seguía con sus tareas, las cuales habían sido dobladas, obteniendo muchísimos más trabajo y menos descanso. Estaba castigado y enojado a más no poder, siempre supo que su madre era fuerte y terca, pero no se esperaba tan poca comprensión de su parte. Y qué decir de su padre, él sí que había traicionado su confianza. De su madre podría esperarse cualquier cosa, pero de Tonowari... de él no. Su padre siempre fue comprensivo, atento y un buen modelo a seguir; sin embargo, aquella noche había bajado su cabeza mientras Ronal decía todo aquello, mientras aquella mujer simple y sencillamente despotricaba a su hijo.

Tsireya no supo de esto. De aquellas palabras sólo fueron testigos Tonowari, Ronal, Eywa, el Marui y Ao'nung. Nadie más supo del penoso momento que hizo que Ao'nung se sintiera vacío, fuera de su eje y dolido. Parecía que ya se había creado una fama extraña ante sus padres, una que podría ser muy difícil de erradicar, una que nunca podría ser borrada de su mente ni la de los líderes de los metkayina.

Tres días.

Habían apenas transcurrido tres días luego de lo de Kiri. Tres días en los que no habló con ninguno de sus confidentes. Roxto solo tuvo tiempo para estar junto a los Sully que velaban por Kiri, mientras que Tsireya había sido tomada casi que como custodia por su madre Ronal. Al saber esto, no le valió más que imposibilitar aún más acercarse a ambos. Cada vez que los veía solía irse en dirección opuesta, enfocándose solo en el trabajo que se le había otorgado sin pensar en nada más y sin distraerse con nadie.

Y hablando de distracciones... Neteyam no se había vuelto a reunir con él, ni siquiera parecía querer buscarlo, así que su enfoque no era perdido en lo absoluto. Despertaba, comía, trabajaba, intentaba comer, trabajaba, entraba al agua, no podía comer y dormía. Todo escrupulosamente y sin fin, un bucle que no parecía desgastarlo a simple vista, pero que sí lo consumía internamente.

Él ni se inmutaba de ello, al menos no hasta que hubo un momento de paz en su mente. Este solo fue capaz de resurgir cuando luego de ochenta y tres horas había visto a Neteyam a lo lejos. Su corazón saltó un latido, pero tan pronto como le vio decidió apartar la mirada. Necesitaba enfocarse en lo que estaba haciendo, sabía muy bien que lo tenían vigilado y aunque esto no fuera lo peor, aún le traía consecuencias si decidía dejar de hacer lo que estaba haciendo. Ya conocía el lado fuerte de su madre, ella no dudaría un instante en darle un peor castigo si insistía en procrastinar sus tareas.

Así que se rehusó a seguir el instinto que hacía que sus manos picaran. No se acercó al hijo mayor de los Sully, ni siquiera se atrevió a mirarlo de nuevo, porque sabía que si lo hacía querría ir a molestarlo y ver esa estúpida cara tan linda fruncirse en descontento. Terminó su trabajo unos minutos después, llenando canastas de peces por montón, haciendo un excelente trabajo del que sabía muy bien no le reconocerían en su marui, pero al menos podría evitar los regaños constantes de su familia y los rostros decepcionados. Aunque, pensándolo bien, esos rostros solo sabían expresar aquello desde lo que sucedió con Lo'ak. 

Poco Tolerable [AonuNete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora