Poco Tolerable [AonuNete]

Capítulo 06 | Esto es raro

Solo quería decirles que leer sus comentarios
me dan mil años de vida. ♥️

AO'NUNG

Una semana había transcurrido desde que habían empezado los entrenamientos. Ambos intentaban enseñarle al otro de lo que eran capaces y viceversa, aunque al final eran pésimos maestros. Tal vez se debía a que terminaban quejándose de que uno era mejor que el otro y terminaban discutiendo, o quizás podría ser porque uno era muy poco paciente al enseñar y para aprender.

El Metkayina no cedía ante el otro, como si debiese demostrar que no era el heredero por nada. Y Neteyam había encontrado una fascinación ante esto, desequilibrando al otro cuando intentaba hacerse el que sabía más.

Aún cuando ninguno lo admitiera, habían creado una conexión única y extraña. No eran muy cercanos, pero se preguntaban por el otro cuando no entrenaban juntos. Cada que no estaban obligados a pasar el tiempo juntos se sentían desequilibrados, fuera de lugar.

Quien más se sentía así era Ao'nung, pues el otro tenía mucho en lo que concentraste cuando no estaba con el acuático. Sus hermanos tenían millones de formas de mantenerlo ocupado y más ahora que Lo'ak se encontraba totalmente recuperado y listo para hacer cualquier labor física.

Y en el fondo se sentía muy... vacío?

Era como si Neteyam no fuera solo una persona cualquiera a la que le gustara molestar, pues había pasado a ser más que eso luego de aquella semana. Sin embargo, tampoco era un amigo pues no se sentía como cuando estaba con Roxto o los otros Metkayinas. Era un sentimiento que lo ahogaba y le hacía no querer dejar de pensar en el otro ni aunque su mente le jugara una mala pasada queriendo insultar al Omatikaya. Y la verdad es que lo hacía demasiado, incluso hasta cuando pensaba en cosas positivas de su compañero de entrenamiento terminaba cargándola con sus comentarios extremadamente fuera de lugar.

En más de una ocasión tuvieron sus discusiones, incluso hubieron momentos tensos en los que parecía que Neteyam iba a partirle la cara, pero no pasaba a más. Era como si el chico del bosque encontrara siempre un ancla que le impedía saltar a la agresión y eso le intrigaba muchísimo a Ao'nung.

Se había encontrado en muchas ocasiones observando al otro y buscándolo sin darse cuenta. Tal como si sus ojos y el cuerpo ajeno tuvieran un imán que los adhería. Y le resultaba raro, tanto así que no se atrevía a preguntarle a su mejor amigo al respecto.

—Hemano, no olvides buscarle a madre el pescado, sabes que para esta noche quiere el más fresco, es una ocasión especial—Tsireya había interrumpido su hilo de pensamiento mañanero con una sonrisa y acompañada de Lo'ak.

Ao'nung solo asintió y saludó a ambos desde su posición aun embelesado en sus pensamientos. Estaba recapitulando todo lo que lo había hecho sentir de formas inusuales y se preguntaba el cómo iría el entrenamiento de esa tarde.

—Por mientras Lo'ak y yo iremos a buscar las flores. Cuídate y no te metas en problemas— al no recibir respuesta ante lo anterior, la chica había proseguido a comunicar lo siguiente instando al otro a volver a prestarle atención.

Las orejas de Ao'nung se movieron hacia atrás y luego adelante, dando paso a una mirada sarcástica.

—¿Lo de meterse en problemas no deberías decírselo a tu amorcito?—una pizca de burla rebosaba en su tono.

En respuesta Lo'ak se tornó de un tono rojo morado y Tsireya torció los ojos riendo.

—Adiós, nos vamos— y así como lo dijo tomó la mano de Lo'ak y lo arrastró hacia fuera del Marui como si fuese una pluma y no pesara nada.