Capítulo 26 | Alterando la paz

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AO'NUNG

Decir que estaba desorientado era decir poco. Sentía tantas cosas distintas que ninguna lograba hacerle sentido. Delante suyo estaba Neteyam, aún bajo la oscuridad nocturna del ambiente y los ruidos de la fauna lejana. Quiso volver a acercarse y besarlo una vez más, pero de manera más prolongada, más profundo.

El Omatikaya le observaba como si buscara ver más allá. Ao'nung no hizo más que contemplarlo en respuesta sin decir nada, atento a cualquier avance remotamente parecido al anterior para seguirlo.

—¿Desde cuándo?—las orejas de Ao'nung se movieron hacia enfrente y atrás ante la pregunta, la voz de Neteyam aún baja y áspera.

—¿Mhm?—ladeó su cabeza confundido, no sabía a qué se refería con "desde cuándo", su mente no podía no pensar en el beso de antes.

—¿Desde cuándo te sientes así?

—No sé a qué te refieres, ¿así cómo?

La expresión del Omatikaya se oscureció un poco, en respuesta a Ao'nung le recorrió un escalofrío por toda la espalda. Por ende se enderezó en su lugar como reflejo intentando desviar la sensación. Neteyam, con una mano en la cadera, procedió a hablar sin quitarle la vista de sus ojos.

—Pudiera significar un par de cosas...—su tono aún es bajo, como un susurro, pero esta vez había hecho énfasis en la última palabra—¿Desde cuándo sientes esto hacia mi?... ¿O desde cuándo estás así de triste?

El rostro de Ao'nung se calentó al momento, Neteyam se había percatado de que estaba triste, aunque tampoco estaba disimulando mucho de igual forma. Abrazó su propio cuerpo mientras enfocaba su vista a cualquier lugar menos al chico que tenía delante. Su cuerpo palpitaba en varias zonas, unas más vergonzosas que otras, pero sentir la total atención del contrario le hacía sentir vulnerable.

Y la verdad no sabía si le gustaba o no sentirse tan diminuto y débil junto a él.

—No quiero pensar en nada ahora...—logró decir, su vista desvelando completamente todo rastro de tristeza o preocupación por completo.

Ao'nung no lo vio, pero Neteyam suavizó su expresión, observandolo con total comprensión y acompañando esa tristeza. Quizás todo estaba yendo muy rápido, quizás ahora no era el momento para esto.

—Entonces, ¿qué quieres?

Quería muchas cosas, siempre lo quiso. Anhelaba ser mejor hijo, líder, hermano, amigo, compañero... quería ser su mejor versión para beneficio de todos aquellos a los que amaba, pero el recorrido se lo había complicado todo. Sumándole a eso la maldita personalidad que había desarrollado y como esta le había privado de tantas cosas buenas en el pasado y como aun seguía formando una pared invisible incluso ahora. Era una constante frustración que él mismo se causaba una y otra vez.

También lo quería a él, tenerlo de tantas formas distintas. Ser su amigo, ser su confidente, ser suyo. Estar con él y solo él, pasar cualquier cosa juntos y seguir estando ahí para el otro. Estar en paz, apoyándose mutuamente, dándose lo que el otro necesitara en el momento, dándose seguridad y cariño.

—A ti—susurró desviando esa mirada de cachorrito abandonado hacia el Omatikaya.

La respiración de Neteyam se entrecortó ante la declaración, su rostro tornándose de varios colores hasta denotar aquel azul morado que Ao'nung debía admitir amaba.

—Hazme pensar solo en ti—solo eso quería en ese momento, no pensar en la guerra que se venía, no pensar en que podía volver a perderlo todo, no pensar en la responsabilidad abismal que recaía en sus hombros.

Poco Tolerable [AonuNete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora