Capítulo 20 | Egoísta

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AO'NUNG

Las horas se hicieron largas. No supo qué sucedió con Quaritch y ni le importó. Estaba entumecido ante cualquier estímulo, su mente en un constante negativo repitiéndose las mismas palabras una y otra vez sin descanso.

Ellos tenían razón, todas las voces decían la verdad. Era su maldita culpa, todo era su culpa.

Faltaba poco para iniciar la ceremonia. Todos los metkayinas reunidos para despedirse de sus seres queridos y entregarlos a Eywa, porque no solo había muerto Neteyam. Y eso era lo peor de todo. Si no hubiese hablado para que los demonios del cielo se lo llevaran como prisionero, la guerra no hubiese tomado lugar. Y por ende esas personas no habrían perdido su vida bajo aquellas circunstancias.

Jake había entrado al Marui donde Neteyam yacía, Neytiri esperándolo dentro de antemano. No vio por ningún lugar a las hermanas del Omatikaya, y aunque le pareciera extraño, no le importó tanto como para ir a buscarlas. Solo esperó allí delante, sin nada más que sus pensamientos dañinos y crueles apoderándose de él sin filtro. Repitiéndose que nadie querría a un Olo'eyktan como él que los pusiera en peligro.

—Nung...

Ni siquiera volteó a verla.

—Hermano...

Las manos de él entrelazadas en su regazo en un constante movimiento ansioso. Estaba sentado frente al Marui esperando, envuelto en lo que se encontraba dentro.

Tsireya se sentó junto a él.

—Estoy aquí si me necesitas, lo que sea solo dímelo y lo haré. No importa lo que me pidas.

Ao'nung retrajo sus orejas, pero no respondió ante lo dicho.

Dentro se escuchaba muy tenue los llantos de ambos padres, era casi imperceptible, pero al haber tanto silencio ambos podían escucharlo fuera si prestaban la suficiente atención. Se formó un taco en la garganta del acuático tan pronto los escuchó sufrir, su rostro arrugándose mientras intentaba no derramar lágrimas en respuesta. No estaba bien, nada estaba bien. Si seguía así iba a volverse loco, pero debía disculparse con Neytiri y toda su familia.

Se perdió completamente cuando luego de unos minutos volvió a escuchar aquella melodía tan única. Era Neytiri con un tono tan parecido al suyo, tan calma y a la vez abriendo su corazón ante el sufrimiento solo para Eywa.

Experimento Neteyam

A la gran Madre en mi interior

Has traído luz

Nueva vida, un nuevo hijo

Gran alegría en mi corazón...

Damos gracias por las noches de la vida

Damos gracias por los días de la vida

Oh Eywa, Oh Eywa...

Y volvió a llorar, porque recordó aquella bella noche, lo recordó a él y su dulce voz. Aquel día donde había metido la pata al poner en peligro a Lo'ak, el enojo de Neytiri hacia él, lo bello que se veía Neteyam bajo la luz nocturna. Recordó el lugar que había hecho suyo el Omatikaya mayor, aquella hamaca tejida por lo alto en los árboles. Esos puntitos brillando por toda su longitud con una elegancia indiscutible, mostrando lo divino que se veía estando allí. Y esa mirada, la misma que, a pesar de siempre estar calmo, demostraba las muchas emociones que sentía bajo aquella máscara de hijo mayor responsable. Sus ojos amarillos, los mismos que lo habían mirado con deseo la noche que hicieron canastas juntos, la misma noche que se dijo a sí mismo de no cruzar esa fina línea con él.

Poco Tolerable [AonuNete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora