1. El misterio de la desaparición de la falsa sonrisa

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[Nota del autor: En esta historia Enid y Merlina tienen 18 años]

Hay un cuarto de la preparatoria "Nunca más" que tiene un rosetón con una tracería con barras que emulan una telaraña y una puerta de estilo gótico. Una de las mitades de está habitación es un reflejo distorsionado de la otra. Una es un lugar donde cualquiera desearía vivir y la otra es una frontera hacía la locura. Esta última está llena de colores, con olores florales, donde se oye música insulsa y siempre hay parloteo. En cada una de estas mitades vive una chica. Ambas se encuentran en las antípodas de las personalidades. Y a pesar de todo han logrado convivir. El equilibrio es frágil, podría mejorar o empeorar en cualquier segundo, pero lo que pasará en un futuro próximo es un gran enigma. Hoy es un día decisivo.

—¿Por qué me ves así?—dijo Enid algo asustada al notar la mirada inquisitiva de su roomie.

—Falta algo en tu cara—dijo Merlina—. Ah, es tu sonrisa falsa.

—Mi sonrisa no es falsa.

—Sí, lo es. La parte inferior de tu rostro parece sonreír, pero la superior no lo hace. Te mostraré.

Merlina esbozó una sonrisa hasta que las comisuras de sus labios tuvieron un ángulo agudo; enarcó las cejas y abrió los ojos desmesuradamente.

—Eso no es una sonrisa—dijo Enid con un visaje de repulsión—. Es más bien la mueca que haría un psicópata cuando está descuartizando un cadáver.

—Claro que un psicópata, como cualquier otra persona, se reiría, si está haciendo una actividad que disfruta.

—Cómo sea— dijo la chica de cabello rubio mientras tenía una mueca de desagrado en el rostro—. Gracias por preocuparte— dijo la chica de cabello rubio y esbozó una media sonrisa.

—Creo que no me entendiste—aclaró la joven Addams—. Dentro de estas cuatro paredes no tienes por qué fingir para mí tu estado de ánimo carece de importancia.

Enid miró a su roomie y le dedicó una sonrisa porque no sabía que otra cosa hacer. Al ver un mechón de cabello fuera de lugar intentó acercar una de sus manos a la cabeza de Merlina pero ésta bloqueó el movimiento instintivamente.

—¿Qué crees que haces?

—Sólo intento arreglarte el cabello.

—Soy una adulta y puedo hacerlo yo misma—dijo la chica de cabello negro—. Mi madre hace lo mismo y lo odio.

—Oh, mommy issues, entiendo.

***

Enid veía su teléfono mientras oía música en sus audífonos rosas con orejas de gato. Sus ojos estaban vidriosos y una mueca de sonrisa aparecía fugazmente al leer un comentario positivo en su blog. Al levantar la mirada vio a la joven Addams con sus ojos de color de obsidiana y fríos como la lápida de una tumba mirándola fijamente. La chica rubia comenzó a recular hasta topar con la pared mientras se quitaba los audífonos.

—Ah, eres tú—dijo aliviada al reconocer a su roomie— ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

La chica de cabello trenzado la seguía viendo sin contestar.

—¿Necesitas algo?—dijo finalmente la chica de cabello corto.

—Es un asunto trivial, pero aun así, me intriga el misterio de la desaparición de tu falsa sonrisa.

—Puedes dejarlo para otro día. Perdóname, pero no estoy como para aguantar tu curiosidad— dijo Enid mientras evitaba el contacto visual con la chica de cabello negro.

Enid podía ver los zapatos de plataforma de su roomie. Al ver que no se movían la volteó para mirarla y esbozó la sonrisa más sincera que pudo.

—Hoy hablé con mi madre— dijo Enid con la voz entrecortada.

—Lo sé, te vi. Yo también me reuní con mis padres. Por la mañana parecías muy feliz por contarle que ganamos la copa Poe.

—Creí que se sentiría orgullosa como cuando era niña y era su adoración, pero ahora el único tema es el enlobarme. Y mientras no me transforme no valdré nada para mi madre.

—Los padres son manipuladores por naturaleza, quieren vivir vicariamente a través de sus hijos. Hazte un favor y no se los permitas.

—No es tan fácil. Tú puedes elegir no ser la capitana del equipo de esgrima o no pertenecer a ninguna sociedad secreta y aun así seguirás siendo una Addams—dijo Enid haciendo un gran esfuerzo por no llorar para poder seguir hablando—, pero ¿Quién voy a ser yo? no soy una normie ni tampoco una loba. No sólo voy a estar sola, sino que voy a ser una aberración—dijo la chica rubia y metió ligeramente el labio inferior en el interior de su boca—. Mi madre tiene derecho a repudiarme.

Enid ocultó su rostro tras sus manos, sabía que su roomie consideraba inútil el acto de llorar así que no quería que la viera. Sin decir nada, Merlina se sentó en la cama al lado de Enid. Ésta última se sorprendió y volteó a mirarla con la cara cubierta por sus lágrimas.

—Mis padres siempre quisieron que estudiara en la preparatoria "Nunca más" y que replicara sus andanzas en la misma. Por impulsividad, cómo sabes, no sólo fracasé si no que fui atrapada en mí último plan de venganza. Mis padres aprovecharon mi estado vulnerable para traerme aquí y seguir manipulándome, pero yo no se los permitiré. Aunque debo admitir que al estar aquí he tenido el demente deseo de cumplir sus caprichos. Incluso, por sólo un instante he sentido miedo de no estar a la altura—dijo Merlina mientras pasaba el dedo índice velozmente sobre la herida reciente en su rostro y se oyó un sonido agudo por la velocidad con lo que lo hizo.

—¿Miedo?—preguntó Enid.

—Sí, miedo y eso me da asco. Yo soy Merlina Addams y escogeré mis batallas. Tú eres Enid Sinclair y debes emanciparte.

Después de escuchar a su roomie Enid se acercó con los brazos abiertos pero Merlina se incorporó rápidamente.

—Sigues sin ser una persona de abrazos, lo entiendo.

—Si repites lo que te dije te enuclearé los ojos; te llevaré a un bosque y te daré caza por días—dijo desesperadamente Merlina al percatarse que había confesado algo que ni ella misma había querido aceptar.

—Las amigas guardan sus secretos para siempre.

—¿Lo hacen?—dijo la chica de ojos de obsidiana—. Yo nunca he tenido una.

Merlina vio a Enid reír verdaderamente. No quiso completar la frase y decirle que ella no necesitaba amigas.

—Creo que es tarde y debemos dormir— dijo Merlina.

Enid asintió a pesar de que faltaban dos horas para su hora de dormir.

—Gracias— dijo Enid en un volumen casi inaudible.

—No fue nada— respondió Merlina pensando legítimamente que no había hecho nada por la chica de ojos de zafiro.

Ambas prepararon sus camas sin voltear a verse. Se encontraban a ambos extremos de la habitación. Algo había cambiado en la misma, la frontera que separaba ambas mitades se estaba diluyendo lentamente.

Algo había cambiado en la misma, la frontera que separaba ambas mitades se estaba diluyendo lentamente.

🔞 Merlina: Qué está noche sea una sinfonía...(Wenclair) 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora