17. Señuelo nocturno parte 1

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[Nota del autor: En esta historia Enid y Merlina tienen 18 años.]

Al llegar a la puerta, con dificultad por estar besando a su pareja, una de las mujeres logró abrir la puerta. Cuando ya estaban dentro de la habitación, empezaron a desvestirse con pasión, sus manos y labios explorándose mutuamente en un frenesí erótico. Una vez en ropa interior, se dejaron caer sobre la cama, sus cuerpos entrelazándose en una danza lujuriosa. Sus respiraciones se aceleraron a medida que su placer iba en aumento. Se besaron con intensidad y desesperación, mientras sus cuerpos se movían al compás de su deseo. 

—¿Qué carajos? —gritó Enid al sentir el peso de las dos chicas sobre sí, sintiendo su incomodidad crecer a medida que Yoko y Divina se acercaban más y más.

—¡Mierda! Olvidé que ya no tengo la habitación para mí sola —se quejó, tratando de ocultar su incomodidad.

—¿Qué haces aquí Divina?— preguntó la joven rubia, su voz temblorosa y llena de incertidumbre—. ¡Yoko!, por lo menos ve a hacer tus cosas en tu cama.

—Duermo en un ataúd, ¿recuerdas? ¿Por qué no te unes a nosotras? —ofreció la vampiresa mientras acariciaba suavemente la mejilla de la señorita Sinclair con tono seductor y tentador.

Divina jaló el brazo de la inmortal y la miró con celos, mientras Yoko sonreía con picardía, disfrutando del juego de la seducción. La señorita Sinclair retrocedió con pasos tímidos, mientras una sonrisa forzada se dibujaba en su rostro. Divina y Yoko se miraron entre ellas, ambas riendo divertidas.

—Sólo déjanos la habitación, te voy a deber una. Divina es tímida —dijo la hematófaga, mientras acariciaba suavemente la pantorrilla de Enid.

—¿Y dónde se supone que voy a pasar la noche? —preguntó Enid, tratando de disimular su incomodidad, pero sintiéndose cada vez más nerviosa y tensa.

—¡Oh!, puedes dormir en mi ataúd, si lo cierras es a prueba de ruido —dijo la vampiresa con un asombro casi infantil, mientras se acercaba a la joven sirena para darle un beso ardiente.

—¡Iugh! No pienso dormir en un ataúd para dejar que se revuelquen en mi cama —dijo Enid con una risa nerviosa, tratando de mantener la compostura frente a la propuesta de Yoko.

—Usemos el futón que te regalé en tu cumpleaños —dijo Divina mientras se dirigía al armario de la vampiresa, caminaba balanceando sus caderas.

Al darse cuenta de que Enid estaba cada vez más incómoda con la situación, la inmortal se acercó a ella con una sonrisa pícara en los labios.

—Quédate, puedes sólo vernos y si te animas yo me encargó de convencer a Divina —sugirió Yoko con un tono seductor y tentador, mientras acariciaba suavemente el hombro de Enid.— ¿No sería divertido?

Enid no pudo evitar sonrojarse ante la insinuación. Al darse cuenta de que su roomie estaba demasiado lujuriosa como para poder razonar con ella, Enid se levantó de la cama, tomó una chamarra y sacó unas llaves del cajón de su mesa de noche. Volteó y vio a la pareja besándose, lo cual la enojó y finalmente salió por la puerta que no azotó para no despertar a nadie. 

[¿Quieres saber que pasó entre Yoko y Divna? Lo publiqué por separado porque es una trama aparte, se llama: El placer, la muerte y el amor en un efímero cuerpo (yokovina)]

***

Enid regresó a su antigua habitación después de haber estado deambulando sin rumbo por el dormitorio. La joven estaba cansada y solo quería dormir. Sus pies se arrastraban pesadamente en el suelo de madera, y el sonido de sus pasos era el único ruido en el corredor. La señorita Sinclair se sentía incómoda y nerviosa. Se detuvo frente a la puerta y con mucho esfuerzo logró abrirla. Dentro de la habitación todo estaba exactamente como ella lo había dejado. Su excompañera de habitación estaba a punto de salir por la ventana. Su mochila estaba en el suelo, lista para ser tomada. Enid sintió una punzada de tristeza al ver a su antigua compañera de habitación partiendo sin que ella sepa adonde.

—¿A dónde vas? —preguntó Enid preocupada mientras entrelazaba lo dedos de sus manos con nerviosismo.

—No puedo decírtelo. Sólo necesito irme. ¿Vas a acusarme con la directora? —preguntó con voz fría Merlina—. ¿No te alegras de que me vaya? Si muero podrás recuperar tu habitación.

Enid intentó sonreír, pero no pudo. Se quedó mirando fijamente a su anterior roomie. Los ojos de la joven brillaban con lágrimas no derramadas, y su corazón latía con fuerza. La tristeza llegó a su cuerpo, haciendo que sus hombros se encorvaran. Su corazón estaba partido y se sentía sola.

—Esta noche mi opinión parece que no le importa a nadie. Sólo prométeme que te vas a cuidar. No le diré a nadie. Sólo necesito un lugar donde dormir.

Merlina miró la desgarbada figura de Enid con desconfianza. La veía de arriba a abajo tratando de inferir sus inteciones.

—Usa mi cama —finalmente dijo la chica de cabello trenzado.

Merlina tomó su mochila y salió por el rosetón de la habitación sin decir nada más.

—¿Por qué no has quitado el vinil de colores de mi parte del habitación? —preguntó la chica de pelo rubio, pero Merlina ya había cerrado el rosetón. El sonido de su partida se desvaneció en la distancia.

La joven se acercó a la cama y se dejó caer sobre ella, sintiendo la suavidad de las sábanas y la almohada debajo de su cabeza. El olor dulce de Merlina la rodeaba. La joven Addams no estaba ahí para reconforla y aun que estuviera seguramente no lo haría. Se sintió relajada por primera vez en mucho tiempo.

La joven abrió los ojos y miró a su alrededor. La habitación estaba en silencio, y Enid podía escuchar el sonido de su propia respiración.

La chica rubia se levantó de la cama y se acercó a la ventana y sintió el frío del suelo en sus pies descalzos. Enid miró hacia afuera, tratando de encontrar algo que la tranquilizara. Pero todo lo que podía ver era la oscuridad, y el sonido del viento que soplaba suavemente. La señorita Sinclair cerró los ojos y se concentró en su respiración. Trató de tranquilizarse, de encontrar la paz dentro de ella misma ¿Valía la pena amar a alguien tan distante como su antigua roomie?

—Merlina —murmuró Enid, o tal vez sólo pensó, o deseó decirlo. 

🔞 Merlina: Qué está noche sea una sinfonía...(Wenclair) 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora