🔞 Merlina: Qué está noche sea una sinfonía...(Wenclair) 🔞

26. El horror de un mundo posible parte 3

[Nota del autor: En esta historia Enid y Merlina tienen 18 años.]

Tres mujeres que parecían tener casi la misma apariencia se encontraban formando un círculo. Cada una un poco mayor que la anterior. Estaban a punto de comenzar una conversación que tal vez terminaría con la sentencia de muerte de una de ellas.

-Enid está a salvo ¿verdad?

-Nunca la... -la Merlina de otro mundo cerró los ojos y se cubrió la boca.

-Ella jamás pensaría en dañarla -contestó Goody.

-Goody, no hay nada que puedas decirme que me convenza de que ella no se convertirá en una asesina.

Goody bajo la mirada y comenzó a llorar. Las lágrimas removieron la capa de cenizas que cubría sus mejillas mortecinas. Apretó sus puños y se arrodillo frente a ella.

-Tus suplicas no lograran conmoverme.

-Yo maté a Enid, a Pericles, a Morticia y a Homero. Cada una de tus víctimas fueron realmente las mías -sollozó Goody.

-Yo tengo sus sangre en mis manos... -sentenció la Merlina de otro mundo.

-Te manipulé, cuando te curé el día que te enfrentaste a Joseph Clacton yo me introduje en ti y mi odio se mezcló con tu alma, te envenené. Mi deseo de venganza seguía vivo y eso fue lo que te corrompió. Con tal de conseguir mi venganza no sólo vendí mi alma al diablo sino también la tuya.

-Ese giro de trama parece un intento desesperado. Mejor no te dediques a escribir -dijo la Merlina de otro mundo.

Goody se lanzó sobre esa Merlina y puso sus manos obre sus ojos y oídos. Imágenes y gritos comenzaron a proyectarse en su mente.

***

Las imágenes en un inicio eran únicamente siluetas pero rápidamente comenzaron a detallarse en la mente de Merlina. Era la familia de Goody, todos estaban encadenados mientras todo a su alrededor ardía. Lo veía desde la perspectiva de Goody. Ella tuvo que correr desesperada. Al ver todo arder y oír los gritos de dolor. Incluso pensó en entrar para morir con su familia pero había prometido vivir.

Goody sólo dormía porque la vencía el cansancio pero no podía descansar. Las pesadillas le recordaban su situación. El deseo de venganza era su única razón para vivir. Pasó un largo tiempo acechando a Clacton. Entró a su casa para buscar sus secretos. En sus incursiones encontró el "Libro de la sombras". Lo estudió y planeo su venganza. Los conjuros que aprendió eran demasiado difíciles para ella. Su naturaleza era la de una sanadora y usar magia negra le causaba un dolor físico casi insoportable. Sólo podría usar un conjuro, uno nefario. Repasó y repasó su plan y espero el momento justo para llevarlo acabo.

Al atardecer cada sirviente de Joseph Clacton se tenía que ir de la vivienda. Si él no estaba nadie podía entrar. La paranoia lo agobiaba, el aura de Goody lo asfixiaba, se sabía perseguido y no confiaba en ninguna persona. Esa noche se encontraba en su escritorio mientras leía un manojo de papeles. Ahora que sus propiedades se había multiplicado por los despojos que había hecho tenía que planear cómo usarlas. Clacton escuchó pasos en el pasillo, había un intruso que seguramente quería robarle. Tomó su báculo y se dirigió a la fuente del ruido, pero no encontró nada. Sin embargo el olor del humo le llegó. Corrió rumbo a su habitación donde vio sus títulos de propiedad arder. Lanzó su báculo a un lado e intentó salvarlos. Goody salió de debajo del escritorio y clavó una daga en el vientre de Clacton y la retorció mientras reía con una mueca llena de locura.

-Me odias tanto que morirás conmigo -gritó Clacton mientras caía al suelo por la herida que le habían infligido y veía como ardía su estudio.

Clacton la golpeó en el rostro y la derribo. Se intento para alcanzar su báculo pero Goody fue más rápida y lo tomó,

-No sólo estoy dispuesta a morir. Voy a custodiarte hasta el mismísimo infierno y nos quemaremos juntos-dijo Goody Addams mientras golpeaba con el báculo una y otra vez la cabeza del asesino de su familia.

Goody salió de la residencia Clacton mientras el cadáver de éste se quemaba. Después del funeral fue a su mausoleo junto con el libro y el báculo todavía ensangrentado. Tuvo que hacer un sacrificio para conseguir sangre para poder pintar una serie de símbolos arcanos. Pinto pentagramas y runas por el suelo y las paredes. Una vez que terminó recitó un conjuro y uso el báculo de Clacton para sellar el alma del asesino de su familia. Después de terminar la ceremonia salió del mausoleo temblando por la perdída de sangre. La hemorragia no se detenía y le impidió completar su plan. No fue capaz de destruir el libro ni el báculo sólo pudo esconderlo en el cementerio.

Se fue rumbo al bosque donde murió despreciada por los normies, con una tristeza perpetua y sola. No cabía duda que era una excluida. No había detenido a Joseph Clacton sólo lo había retrasado. Alguien más, una de sus descendientes estaría condenada a terminar su venganza. Ni la muerte era un escape, su alma no pudo descansar en paz; se ahogaba en un limbo de malos recuerdos que no se habían detenido hasta hace muy pocos días.

***

La Merlina de otro mundo abrió los ojos y vio a Goody con ojos que eran completamente negros y de ellos emanaban lágrimas de sangre. Su ropa estaba derruida y llena de sangre. Su voz distorsionada era ininteligible y salía de un aboca de labios morados. Puso las palmas de sus manos hacia arriba para mostrar las heridas en sus muñecas en las que ya sólo había sangre coagulada.

Ambas Merlinas habían sido testigos de las visiones.

-Reconociste el sentimiento; es algo que te había abandonado ¿verdad? -preguntó Goody.

La Merlina de otro mundo sintió un escalofrío recorrer su espalda. Después del escape Tyler había iniciado un cruzada en contra de los Hyde. Y el motor que lo impulsaba era ese odio, ese dolor desproporcionado que ahora dudaba que fuera suyo.

-Ese odio que me quemaba por dentro ¿era tuyo? -preguntó confundida la Merlina de otro mundo.

-Sí- contestó Goody mientras recuperaba su apariencia.

-Significa que hay cosas en este mundo que son más oscuras que las que habitan en mis pesadilla. Y que a veces, incluso las personas más nobles puedes caer en esa oscuridad-añadió Merlina.

-Lo siento, no fue mi intensión que tú también lo atestiguaras-dijo Goody, la cual había recuperado su apariencia habitual.

Las tres mujeres se quedaron en silencio por un momento. La tensión en el ambiente era palpable y parecía que cualquier cosa podía suceder en cualquier momento.