12. El libro rojo parte 2

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[Nota del autor: En esta historia Enid y Merlina tienen 18 años.]

Súbitamente Enid cayó de golpe en la vigilia arrastrada por el ruido que Merlina hacia al correr por el frío piso de piedra. La señorita Sinclair, aun en la duermevela, vio a la chica de pelo trenzado saltar con el objetivo de alcanzar un escudo de armas que se encontraba en una pared.

—Despertaste —exclamó Merlina y procedió a ofrecer su mano a la chica rubia para ayudarla a levantarse.

La señorita Sinclair inspeccionó ávidamente a su alrededor. Se encontraban en lo que parecía la sala de un castillo. En la pared que se levantaba frente a ellas había un escudo con dos espadas roperas de combate cruzadas detrás del mismo. La pared de piedra era iluminada por la luz del sol que entraba por las ventanas que estaban a sus espaldas; por el color ligeramente dorado se intuía que el atardecer estaba próximo. Había una chimenea A la derecha y al otro lado una pesada puerta de madera.

—¿Cómo llegamos aquí?—preguntó la chica de ojos de zafiro mirando fijamente a su roomie.

Enid notó que Merlina había recuperado el semblante cadavérico al que ella ya se había acostumbrado, lo cual la tranquilizó, sin embargo el que la volviera a tratar con indiferencia la desilusionó.—Cuando desperté ya estábamos en esta sala y teníamos puesta nuestra ropa —respondió Merlina con voz fría mientras veía fijamente la pared—. Necesito que me ayudes a alcanzar ese escudo.—¿Cómo? —respondió la chica rubia mientras se pasaba la palma de la mano sobre su boca.—Colócate bajo el escudo y flexiona las rodillas y junta las manos. Merlina se acercó a Enid y puso su pie sobre las palmas de la chica rubia y se apoyo en sus hombros.—A la cuenta de tres me impulsas —indicó la joven Addams—.Uno, dos... ¡Tres!

Ambas chicas repitieron la operación un par de veces hasta que finalmente consiguieron desprender el escudo de la pared. El mismo emitió un fuerte sonido metálico y agudo al tocar el suelo. El escudo rebotó, vibró y levantó el polvo del suelo. Finalmente quedó inmóvil y mudo. La joven Addams acercó, se inclinó y desencajó las dos espadas y se incorporó. Empuñó una y le ofreció la otra a la señorita Sinclair, la cual la tomó.

—¿Para qué necesitamos espadas?—Se me ocurren varias ideas —respondió Merlina con una sonrisa malvada en el rostro—, pero sólo las usaremos para defendernos, mientras escapamos de aquí— añadió la chica de pelo trenzado y apretó con firmeza la empuñadura de madera negra de su espada.

—¿A dónde vamos a escapar si ni siquiera sabemos dónde estamos?—preguntó la chica de pelo rubio mientras movía ligeramente su cabeza con desconcierto.

—En guardia —ordenó Merlina y al mismo tiempo lanzó un par de estocadas hacia la chica rubia. Enid, con el corazón acelerado y respirando trabajosamente, las esquivó. Un destello parpadeó entre las oponentes. Después de un segundo, sin tiempo para el miedo o la indecisión, atacó con sus propias estocadas en retribución.

—Excelente —afirmó Merlina—. No tengo que preocuparme por protegerte. Puedes cuidarte sola.

La señorita Sinclair bajó su guardia y sonrió con orgullo. Entonces, Merlina lanzó una estocada hacia ella, pero detuvo la delgada y puntiaguda hoja de su espada a solo a un centímetro del corazón de la chica rubia.

—¡Jamás bajes la guardia! —advirtió Merlina. La chica rubia cayó de rodillas; empezó a temblar; soltó su espada y cruzó sus brazos sobre su pecho. Merlina la ayudó a levantarse; tomó el arma del suelo y se la ofreció a Enid.

—¿Por qué hiciste eso? ¿En que carajos estabas pensando? — gritó Enid con una mezcla de miedo e ira mientras agitaba su espada en el aire.

Mientras tanto, el oxidado mecanismo de la pesada puerta comenzó a crujir. La puerta se abrió con angustiante parsimonia, aunque no parecía haber nadie detrás de ella, salvo el profundo manto de oscuridad. Ambas chicas se pusieron en guardia. Merlina con una seña de la mano le indicó a Enid que se quedara detrás de ella. De esa oscuridad emergió una extremidad cercenada. Era una mano que parecía haber sido descuartizada; cocida para unirla y reanimada por una fuerza desconocida.

—¿Dedos?¿Qué haces aquí?—preguntó Merlina. La mano cercenada usó el lenguaje de señas para comunicarse con ella.

—Te desmayaste y apareciste aquí; igual que nosotras.

—¿Qué es eso? —dijo Enid con una mueca de desconcierto.

—Quién no qué. Es uno de los misterios de la familia Adams —aclaró Merlina—.

Dedos dice que hay unas antorchas en el pasillo. Él vino hacia aquí porque reconoció mi voz. Merlina se acercó hacia la puerta y se asomó por el pasillo; vio las luces y sin decir nada se puso a caminar hacia las mismas.

Enid, sin saber qué hacer, volteó hacia todos lados y después de hacer una pataleta decidió seguir a su desconsiderada amiga. El pasillo era oscuro y estrecho, el aire cargado con el olor a humedad, polvo, y podredumbre. No podían verse la una a la otra. La señorita Sinclair únicamente podía escuchar sus pasos y el eco que resonaba como un amenazante susurro. El sonido de los mismos hacía que se sintiera cada vez más intranquila. Podría ser simplemente la sugestión provocada por el ambiente o el hecho de que las lenguas de fuego de las antorchas parecían llamarla.

Una vez que ambas estuvieron frente a las antorchas cada una tomó una. Al momento que Merlina desencajó la suya de su base un mecanismo se activó y movió rápidamente la pared. Las chicas quedaron al lado opuestos del muro. Merlina golpeó la pared y llamó a Enid.

—¿Qué carajos pasó? —gritó la chica rubia.

—Aparentemente activé el mecanismo de un pasillos secreto —dijo Merlina—.Voy a intentar volverlo a activar. Mira el suelo. Debe de haber un medio círculo. Aléjate de él para que pueda activar el mecanismo y ambas quedemos del mismo lado del pasillo.

Merlina colocó la antorcha en su base y escucharon como el mecanismo trataba de moverse; sin embargo, los engranes estaban atascados. El monótono sonido era frustrante por lo que Merlina, irritada, golpeó con el hombro para intentar desatascar los engranajes, pero su efecto fue infructífero.

🔞 Merlina: Qué está noche sea una sinfonía...(Wenclair) 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora