3. Dedos húmedos en E segundo movimiento

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[Nota del autor: En esta historia Enid y Merlina tienen 18 años. ]

Merlina  se quedó frente a la cama  de Enid, estaba desconcertada

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Merlina se quedó frente a la cama de Enid, estaba desconcertada. Se giró para ir por su ropa pero notó que su cuerpo había hecho algo sin precedentes. Su entrepierna estaba mojada, lo cual era extraño, nunca había pasado. Para esos momentos, aunque no era algo en lo que pensara mucho, se consideraba asexual. Permaneció con los ojos muy abiertos por el asombro y decidió compartir lo sucedido con la señorita Sinclair.

—Enid.

—No sigas, lo lograste, me rompiste; mañana pediré que me cambien de cuarto.

—No es eso.

—Ten piedad, ya no me tortures más, ten piedad-dijo Enid Sinclair con las manos cruzadas sobre su pecho y acercando sus muslos al mismo mientras contenía sus lágrimas.

La manera en la que Enid dijo "ya no me tortures más" incomodó a Merlina. La frase no le sonaba con la musicalidad que hacía cuando la decía su hermano.

—No quería insultarte.

—¿Entonces que pretendías diciendo que tengo tetas pequeñas?

—Sólo pensé en voz alta, pero tengo pruebas de que no era un insulto.

—Si lo pensaste en voz alta significa que crees y ¿Cómo podrías tener pruebas de que no querías insultarme?

—Me mojé.

—¿Qué?

—Nunca me había excitado como para mojarme.

—¿En serio? — dijo dubitativa Enid—. No, sólo te quieres meterte en mi mente—dijo sollozando la chica de  cabello corto.

—Como sabes no me disculpo ni me arrepiento de nada de lo que hago. Así que no tengo ninguna razón para mentirte—sentenció Merlina—. Lo puedes comprobar si me tocas.

La señorita Sinclair se quedó lívida al escuchar la proposición de la chica de cabello negro. Una idea cruzó por la mente de Enid, quería venganza y esta era una oportunidad única. Ahora Enid tenía un plan así que se levanto y se puso frente a Merlina. El aire gélido del ambiente le recordó su desnudez y pensó que ya era inútil cubrirse. Tampoco tenía sentido después que ambas habían observado meticulosamente el cuerpo de la otra. Se sentía extrañamente cómoda. La chica rubia dirigió su mano a la parte íntima de la joven Addams. A los dedos de la señorita Sinclair les tomó unos segundos llegar a su meta. Merlina se estremeció al sentir el gentil contacto de Enid. Ésta última se detuvo.

—Prosigue—dijo la chica de cabello negro.

El sexo de la joven Addams estaba húmedo. Enid repitió suaves movimientos de adelante hacia atrás. El tacto de la señorita Sinclair era muy agradable para Merlina pero se esmeró por ocultarlo. A pesar de sus esfuerzos un efímero suspiro se le escapó. La mirada de Enid pasó de la entrepierna al rostro de Merlina. El cabello negro enmarcaba su cara y con las sombras parecían un velo negro. Era una visión espectral que impacto a Enid pero lejos de inquietarla la hizo notar más la belleza de Merlina. Fue un segundo pero la vorágine de sensaciones la hizo parecer eterna. La rubia dirigió sus delicados dedos a la vulva de la joven Addams. Al llegar al sitio exacto Enid introdujo su dedo medio en Merlina.

🔞 Merlina: Qué está noche sea una sinfonía...(Wenclair) 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora