28. La petite mort parte 1

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Hay un cuarto de la preparatoria "Nunca más" que tiene un rosetón con una tracería con barras que emulan una telaraña y arquitectura gótica. La luna llena se derramaba sobre el paisaje nocturno, tiñendo todo de un azul frío y brumoso. El azul desaturado aumentaba el contraste sombrío. Un par de jóvenes doncellas de proporciones perfectas se encontraban fusionadas en un abrazo que unía a Eros y Psique. Merlina sabía que tenía que responder a las exigencias de Enid.

Enid se separó lentamente de Merlina y se secó las lágrimas con el dorso de la mano. Se miraron en silencio durante lo que pareció una eternidad. Todo se había detenido alrededor de ellas, como un río congelado en el tiempo. En los negros ojos de Merlina, Enid vio reflejados sus propios temores y anhelos. Supo que Merlina entendía su dolor más que nadie. Hubiera querido permanecer así para siempre, cobijada en ese abrazo que era fuente de una dulce melancolía.

Pero el mundo seguía girando, ajeno a su sufrimiento. Enid tomó una bocanada de aire y se ajustó el abrigo, sintiendo el frío de la realidad colarse bajo su piel. El río congelado de sus emociones se desbordó y amenazó con arrasar todo a su paso. A Merlina le había parecido que su corazón latió como si hubiera sido el trote de un potro salvaje mientras había estado abrazando a Enid. Se sentía expuesta.

—Tienes que abrirte conmigo, tienes que dejarme ayudarte a superar todo esto. No puedes hacerlo sola—respondió Enid mientras acariciaba suavemente el cabello de Merlina.

Enid le ofreció la mano, sintiendo una mezcla de miedo y esperanza en su corazón. Merlina sintió el pulso acelerado de su corazón. Era incapaz de expresar sus emociones con normalidad, y se sentía incómoda ante la idea de abrirse ante Enid. Pero al mismo tiempo, sabía que no podía seguir guardando todo dentro de sí misma. Tomó la mano de Enid con una leve vacilación, sintiendo su firmeza y su calidez. Se aferró a ella como si fuera una tabla de salvación en medio del océano. Su tacto era frío pero suave y reconfortante. Vio la mano blanca de la señorita Sinclair como hecha de porcelana. Súbitamente se soltó.

—Necesito pensar—dijo Merlina y puso las manos sobre la cabeza mientras ejercía un a presión excesiva—. Necesito pensar, necesito pensar —repitió obsesivamente Merlina y se dirigió al borde perimetral de la terraza.

Enid la observaba en cauteloso silencio. Se intentó sentar en el suelo pero la brisa sobre su piel la hizo recordar que estaba completamente desnuda debajo del abrigo.

—Mierda, no tengo mi teléfono—gritó Enid.

—Mañana iremos a buscarlo—contestó Merlina de manera automática.

Merlina se subió al borde de la terraza y caminó haciendo equilibrio con sus brazos.

—¿Qué carajos haces? ¡Bájate de ahí!—ordenó Enid y se acercó corriendo.

—No te preocupes. No voy a saltar. Siempre vivo al borde en cualquier momento podría caer...—Merlina guardó silencio al ver como Enid se subió al borde también.

—Ser pareja significa que vamos a estar juntas y te voy a seguir a donde vayas y si caes tal vez me lleves contigo.

—Pero yo...

—No va a haber un yo sino un nosotras. Cuando te conocí me aterrabas había oído muchos rumores sobre ti. Incluso intenté hacer mi voz más grave y fingí seguridad. Alguna vez temí que me matarías mientras dormía. Pero increíblemente descubrí que teníamos mucho en común, sobre todo nuestros mummy issues. Nuestra relación no debía funcionar pero lo hace. La Merlina que conocí, la que entró a esa habitación—dijo Enid señalando al dormitorio—, no se habría planteado cambiar por nadie. No importa si amara a rabiar a la persona que se lo pidiera.

Enid acarició la mejilla de Merlina y sintió como ella se estremeció. Enid la volvió a abrazar y aunque Merlina se quería alejar Enid no se lo permitió y al sentir que ambas podrían caer dejo de forcejear y finalmente también la abrazó.

—Nunca me habías dejado abrazarte y esta noche me has dejado hacerlo dos veces— dijo Enid mientras soltaba a Merlina para verla a los ojos mientras hablaba.

—Soy lo que ves, no tengo nada más que ofrecer...—dijo Merlina mientras bajaba la mirada.

—Ni siquiera te das cuenta que lo que acabas de decir muestra cuanto haz cambiado. No te pido nada extraordinario sólo que de verdad lo intentes. Yo haré lo mejor que pueda pero tampoco soy perfecta así que no puedo exigirte que tú lo seas.

Merlina se quedó en silencio, procesando las palabras de Enid.

—Enid, sabes que elegirte sería una elección incongruente, una ilógica pero eres mi elección.

Finalmente tomó la mano de Enid de nuevo. Juntas, caminaron hacia el interior del dormitorio, dejando atrás la noche fría y el paisaje gótico iluminado por la luna llena. Entraron en su antiguo cuarto.

***

Ambas chicas entraron en la habitación por el rosetón. La chica de cabello trenzado intento dirigir a Enid a su cama pero ella se detuvo y le sonrió. Se sentó bajo el rosetón que dejaba entrar la luz de la luna y proyectaba una telaraña sobre el suelo. Merlina se sentó frente a ella.

—¿Ahora si somos pareja?—preguntó Enid sorpresivamente.

—Sí, supongo—contestó fríamente Merlina.

—¿Supones?—replicó Enid y se cruzó de brazos fingiendo enojo.

—Creí que no me ibas a presionar—replicó la joven Addams.

—No era en serio—dijo Enid mientras se reía.

—Podríamos guardar el secreto a mi familia—dijo Merlina.

—Supongo que será difícil de aceptarlo para nuestras familias—dijo Enid.

—¿Aceptar? Cuando se entere mi madre nos obligará a probarnos vestidos de novia y reservar mausoleos para la boda, sería insoportable.

—¿No tendrá problemas conmigo?

—¿Por qué eres una loba?

—No, porque eres mujer.

—Eres mi elección y eso es lo único que le debe importar a mi familia y si no fuera así es algo a lo que no tienen derecho a oponerse.

—Esa parte de ti espero que no cambie.

—¿Tú madre tendrá problemas con que sea mujer?

—Mi madre quiere que me case con alguien de la manada y le de nietos.

—Podemos adoptar y si es necesario me volveré miembro de tu manada—dijo Merlina para ofrecer una respuesta tranquilizadora pero sin sopesar el alcance de sus palabras.

—Eso es muy tierno —dijo Enid con una voz aguda—, pero tienes que ser un lobo para ser miembro de la manada. Y mi madre querrá nietos que hayan estado en mi vientre. Es muy conservadora ¿no podría adoptarme tu familia? —La inocente pregunta provocó un profundo dolor a reflexionar lo que implicaba tal deseo—.

—Si eres mi pareja serás un miembro de mi familia—agregó Merlina sin percatarse que su afirmación sonaba algo infantil.

—Enid Addams, suena bien—dijo Enid mientras se reía por que Merlina era incapaz de entender el sarcasmo pero conmovida por la sinceridad de sus palabras.

Merlina finalmente besó de nuevo a Enid. El beso fue al inicio dulce pero poco a poco se intensificó, las chicas comenzaron a acariciarse descontroladamente.  Enid acaricio la mejilla de Merlina y con su mano descendió por el estilizado cuello, los hombros y finalmente alcanzó uno de sus senos. Merlina reaccionó y la detuvo.

🔞 Merlina: Qué está noche sea una sinfonía...(Wenclair) 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora