30. La petite mort parte 3

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[Nota del autor: En esta historia Enid y Merlina tienen 18 años.]

Enid se dejo caer cual larga es sobre el suelo iluminado por la luz de la luna llena. Se hizo ovillo y se estiró de manera explosiva. Merlina se levantó de manera abrupta.

—¿Qué te pasa?—preguntó intrigada la chica de cabello trenzada.

—Nada, sólo estoy feliz—contestó .

—¿Acostumbras hacer esto cuando lo estás?

—Tal vez nunca había estado tan feliz. No, seguramente sí, pero no lo recuerdo—dijo Enid y comenzó a llorar.

—¿Por qué lloras?

—Porqué estoy Feliz.

—Contraes y estiras tus miembros de manera abruptas; lloras cuanto estás feliz. Eres complicada.

Enid levantó la mirada hacia Merlina, con una sonrisa en el rostro y lágrimas en los ojos.

—Lo sé, soy complicada. Pero es que la felicidad me abruma y no sé cómo manejarla.

Merlina se sentó a su lado en el suelo y secó sus lágrimas.

— Gracias por escogerme—dijo Enid.

—Más que una elección fue una infección, cada color vibrante, perfume dulce o canción pop de mierda me recordaba a ti. Te enquistaste en mí y me infestaste—aclaro Merlina.

—Eso no fue tierno, pero fue sincero.

—No quise sonar brusca. Sólo quería hacerte sentir mejor. —Enid sonrió, le tomó la mano a Merlina y la apretó—. Eso es lo que hacen las novias, ¿no? te apoyan para salir de la mierda—agregó Merlina.

Enid se tiró al suelo y comenzó a reír de manera descontroladas apretaba el vientre con una mano y con la otra se tapaba la boca para no despertar a todo el dormitorio.

—Yo no lo diría así, pero es el tipo de pareja que somos—dijo la señorita Sinclair.

Enid se calmó un poco y se giró hacia Merlina y le dio un beso en la mejilla. Se recostó y miro al techo. Se queó en silencio unos segundos.

—Enid, quiero hacerte estremecer ¿dime que quieres que haga?

***

Enid cerró los ojos y se concentró en su respiración. El aire fresco de la noche entraba por su nariz. Sintió la textura de las sábanas. Abrió los ojos y miró a Merlina, quien la observaba fijamente.

—Quiero que me hagas sentir viva—respondió Enid con voz suave.

Merlina se inclinó sobre ella y comenzó a besarla con pasión. Los labios suaves de Merlina se movían con los de Enid en un baile de deseo y ternura. Enid sintió la electricidad recorrer su cuerpo mientras las manos de Merlina exploraban cada rincón de su piel. Sus dedos se deslizaron por su cuello, bajaron por su espalda y se detuvieron en su cintura, apretándola con fuerza. Enid gemía de placer y rodeó el cuello de Merlina con sus brazos, atrayéndola hacia sí.

La luna llena iluminaba la escena con su luz plateada, creando sombras y contrastes en los cuerpos entrelazados de las dos mujeres. La sombras se movían rítmicamente y acentuaban las curvas de la pareja.

—Eres tan hermosa —susurró Enid, acariciando suavemente su mejilla.

Enid acarició el rostro de Merlina con ternura, admirando cada línea y detalle de su rostro. La luz de la luna iluminaba su piel, haciéndola brillar como ámbar bajo el cielo crepuscular. Enid se perdió en su mirada, sumergiéndose en el profundo pozo de sus ojos negros. Merlina sintió su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

🔞 Merlina: Qué está noche sea una sinfonía...(Wenclair) 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora