Bienvenida a Derry // Richie Tozier [✔️]

Temp 2 - Cap 14

Janice Denbrough

El fin de semana se me pasó volando, el Domingo estuve enferma todo el día además de haber estado evitando las llamadas de Richie y de pedirle a Bill que le dijera que yo no estaba cuando me iba a buscar.

No entendía por qué me hacía esto, ¿Por qué buscarme después de tanto tiempo? No era justo que me hiciera algo así, me estaba destrozando.

Al entrar en el salón de Matemáticas el Lunes me senté en el fondo y me recosté en la mesa sintiendo las medias de lana que me había puesto delizarse por mis piernas.

—¿Podemos hablar? —preguntó Richie sentándose a mi lado—. Te estuve llamando pero no me contestaba nadie y te fui a buscar pero nunca estabas. Necesitamos hablar Janice.

—¿De qué tendríamos que hablar? ¿No me volteas ni a ver durante dos semanas y ahora quieres venir y hacer como que nada paso? —respondí sin mirarlo.

—Por favor, es importante —insistió y yo reí falsamente negando con la cabeza.

—Es importante —repetí burlona—. Pero parecía que ignorarme fue tu prioridad estas semanas.

—Vamos Jan —Continuó insistiendo e intentó tomarme una mano.

—No me toques —La aparté y me levanté de la silla molesta—. No creas que te voy a recibir con los brazos abiertos como si nada hubiera pasado —susurré mirándolo con rabia intentando que mis ojos no se llenaran de lágrimas—. Me ignoraste tan pronto como me dieron de alta para juntarte con ella, con ella que se nota que me odia. Ni siquiera me saludabas, ni una maldita llamada para decirme qué estaba pasando.

—¿Me dejas explicarte? —Se acercó a mí, tanto que nuestras respiraciones chocaron por lo que me alejé de él.

—¿Explicarme qué? —pregunté con dolor—. Me ignoraste, te juntaste con ella sabiendo que me odia, te alejaste de tus amigos y... ¿Ahora quieres volver como si nada? ¿Qué tienes en la cabeza?

No lo dejé seguir hablando porque tomé mi maleta y me dirigí a un lugar libre ya que era el que estaba junto a Gretta.

—Que sorpresa verte aquí —habló ella mientras estaba limando sus uñas—. ¿Problemas en el paraíso?

—Uno gigante, no quiero hablar de eso —aseguré y ella asintió mientras el maestro entraba al salón.

No hablamos más durante la clase, pero a decir verdad, su presencia no era nada incómoda lo que me sorprendió a decir verdad.

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Al salir del salón cuando sonó el timbre del almuerzo me dirigí a mi casillero para guardar algunas cosas y entonces dirigirme al comedor.