Bienvenida a Derry // Richie Tozier [✔️]

09

Tn Denbrough

El regreso a la casa fue callado entre Bill y yo. Mi mente estaba ocupada con la pregunta de a qué le tenía miedo, de niña me asustaban las abejas y de adolescente le tomé cierto temor a los payasos pero en este momento no sabía qué me asustaba porque las dos cosas anteriores me parecían nimiedades.

A las nueve de la noche comencé a cambiarme por mi pijama para acostarme a dormir y poder descansar mi mente, no era bueno tener ese pensamiento todo el tiempo.

Me cubrí el pecho con mi camiseta al escuchar la ventana ser abierta y giré la cabeza hacia esta cubriendo mi pecho que solo tenía puesto el sostén.

—¿Qué no podías tocar? —le reclamé a Richie mientras él cerraba la ventana entrando en la habitación—. Pudiste verme semi desnuda.

—No me habría molestado —Se encogió de hombros y luego se recostó en la cama—. Así habría podido seducirte y cogerte más fácil.

—Vaya que eso es reconfortante —hablé con ironía y después giré un poco la cabeza notando que me veía ladeando la cabeza lo que hizo mis mejillas arder—. Cierra los ojos, me incómodas.

—¿Te incómodo? —cuestionó burlón—. Fácilmente puedo arrancarte la ropa y hacerte mía ahora mismo.

—Richie —me quejé—. Es enserio.

—Bien, de acuerdo —Lo vi llevarse una mano a los ojos y yo rápidamente me coloqué un suéter de lana gris y guarde la camiseta en mi armario—. Me gustan tus piernas —habló cuando me senté en la esquina de la cama haciéndome una coleta. Levanté las cejas sintiendo mis mejillas arder.

—¿De qué hablas? Están llenas de cicatrices —hablé luego de lograr encontrar mi voz, sin ser capaz de darme vuelta ya que esperaba a que el sonrojo en mis mejillas desapareciera.

—Solo me gustan —aclaró por lo que asentí y giré mi cabeza un poco viendo que seguía acostado en la cama—. ¿Te vas a quedar ahí?

—No —respondí y me acerqué un poco a él para acostarme a su lado con el corazón latiendo como loco.

—Estas nerviosa —se burló soltando una risa y después se dio vuelta mirándome dejando mis mejillas arder aún más.

—No lo estoy —aseguré sin atreverme a verlo.

Lo escuché reír y en solo dos segundos se ubicó sobre mí colocando sus manos a los lados de mi cabeza haciéndome contener la respiración nerviosa.

—¿Y si mejoramos nuestra amistad? —preguntó con una gran sonrisa sin moverse de su posición. Abrí y cerré la boca intentando hablar, se veía tan atractivo estando así frente a mí.

—¿Cómo según tú? —pregunté finalmente haciéndolo soltar una risa y que acomodara un mechón de mi cabello tras mi oreja haciéndome tragar saliva.