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La comida se me hizo eterna, pero por fin terminamos. Salimos del restaurante de comida rápida y caminamos en silencio hacia la universidad.

Yeonjun se abrazaba a mi brazo. Él era muy cariñoso, tanto como Yugyeom. Eran como dos niños pequeños, siempre necesitando atención.

-- ¿Noona te quedarás todo el partido?

-- Si, no me queda de otra Yeo.

-- Está semana tengo varios partidos importantes y me gustaría que vinieras a ellos, por favor Noona -suplico frenando su paso.

-- Está bien, está bien. Iré contigo esta semana, pero solo lo hago por ti.

El adolescente con mentalidad de niño dio pequeños saltitos lleno de felicidad. Tiró más de mi brazo para meterme prisa.

Tras una pequeña caminata, llegamos a la universidad. Atravesamos el campus, hasta llegar a las canchas. Allí ya se podían apreciar a varios jóvenes con el uniforme naranja del instituto.

Tras un par de pasos más, llegamos al barullo de adolescentes. Yeonjun dejó un pequeño beso en mi mejilla y se alejó con sus amigos. Quienes se burlaron de lo adorable que era Yeonjun cuando se trataba de nuestra familia era un oso mimoso. Y a él no le avergonzaba mostrarlo al mundo entero.

Suspiré mientras me acomodaba en las gradas del fondo. Admiraba a mi hermano bromear y charlar con sus amigos. Al menos eso había hasta una chica con el mismo uniforme apareció.era de su edad, con el cabello negro largo y con flequillo. Piel blanca y ojos rasgados, no podía negar que era bonita.

Y ahí entendí que a mi hermano en realidad le gustaba esa chica, solo que el muy estúpido no se daba cuenta.

-- No pensé que Airin Martínez sería fan del baloncesto...

Me asuste al notar como se sentaba a mi lado. Lo miré de reojo, sintiendo mis mejillas arder por la cercanía que manteníamos. De nuevo ese chico, estaba en todas partes, como si me estuviera persiguiendo.

-- Vengo a ver a mi hermano, es el subcapitán.

-- Qué curioso, yo también vine a ver a mi hermana y ella es la capitana... Y también soy el entrenador del equipo.

-- ¿El entrenador?

No esperaba que fuera él, pero si entraba en los rasgos que me había descrito Yeonjun. Según mi hermano, si entrenador parecía un fantasma de lo pálido que estaba, pelo oscuro y ojos gatunos aún más oscuros.

Se veía un chico serio a simple vista. Algo que me dejaba confundida ¿Por qué me estaba siguiendo?

-- Así es, en mi familia es importante el baloncesto. Mi padre fue jugador profesional muchos años, pero se lesionó y ahora es abogado.

-- Si te gusta el baloncesto ¿Por qué estudias para ser veterinario?

-- Buena pregunta... Me gustan los animales, y mi madre es una de las profesoras que nos dan clase.

-- ¿La profesora Min, ña de anatomia? -era la única que me cuadraba con sus rasgos.

Él asintió, suspirando al cielo. Y ahora que lo pensaba, la chica que le gustaba a Yeonjun era idéntica. Por eso me sonaba, en unos minutos había conocido a tres de los Min, sin querer conocerlos.

-- Si, por algo me apellido Min... ¿no me presente?

Negué con la cabeza sorprendida conmigo misma por seguir ahí sentada junto a él.

-- Oh, pues soy Yoongi. Min Yoongi... ¿En serio no me presente?

Me encogí de hombros. No estaba segura de haberlo escuchado, porque generalmente no escucho a nadie. Si se presento, no me pareció importante y mi memoria no se molestó en guardar esa información.

-- Asique la hermana de Yeonjun Martínez... Lo deduje hace bastante, no es un apellido muy común aquí.

No dije nada, me quedé en silencio.

-- Veo que eres todo lo contrario a él. Tu no hablas y él no calla... Pero es bueno jugando.

-- Entrena mucho en casa, en verdad le gusta mucho el deporte.

-- Tal vez podamos hacer un trato, señorita Martínez.

Giré mi cabeza hacia él, dándome cuenta de la cercanía que manteníamos. Su pierna rozaba la mía, dándome una sensación extraña de calor.

-- ¿Un trato?

-- Eso es. Yo le doy clases particulares a tu hermano de baloncesto y tu me ayudas con anatomía y embriología, se me dan mal y tu eres el sobresaliente de la clase.

-- ¿Por qué no le pides ayuda a tu madre?

-- Ella es la que nos da Anatomía... Y lo que quiero es sorprenderla con mis notas, no pedirle ayuda.

-- Comprendo... No soy buena ayudando.

Intentaba evitar por todos los medios aceptar su trato. Pero al poner la vista de nuevo en mi hermano y cruzar miradas con el. Supe que él desearía tener unas clases o partidos con Min Yoongi, el entrenador del que tanto habla durante las cenas.

-- Está bien, aceptó el trato, pero por mi hermano.

-- Genial. ¿Cuándo empezamos mis clases privadas, profesora Martínez? -sonrió con elocuencia, mientras me empujaba un poco con su hombro.

Definitivamente mucha cercanía para mi. Me puse en pie, ganandome las miradas de algunas personas por la interrupción.

-- Ahm... yo no sé...

-- ¿Mañana te parece bien?

-- Amh, si... En mi casa, no me gustan las bibliotecas ni las salas de estudio... ni los lugares cerrados con mucha gente.

-- Comprendo, a mí tampoco me gusta. Iré a tu casa sobre las seis ¿te parece bien?

-- Si... Yeonjun puede darte la dirección.

-- No te preocupes ya la tengo, vives a una calle de mi y mi primo vive en la de enfrente.

-- ¿Woozi?

Woozi es la única que persona que podía considerar un amigo y con la que podía ser yo misma. Nos conocíamos de toda la vida, siempre hemos vivido uno enfrente del otro.

No entendía porque ahora todo debía girar en torno a los Min. No llevaban ni seis meses aquí y ya sentía que me molestarían el resto de mi vida.

Ese día llegué a casa con un extraño sentimiento. Era el primer día de este curso que pasaba la tarde con otra persona de mi edad. Y al parecer no sería el único día.

Solo pensar en el día de mañana, me daba ansiedad. Ese chico vendría a mi casa y me tocaría obligatoriamente hablar con él. Estaba siendo obligada a socializar.

Min Yoongi me iba a dar varios dolores de cabeza de ahora en adelante.

❅─• 「 」 •══••✧๑♡๑✧•ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡ ۣۣ፝ۜ͜͡ஓ♡

Tenía esto medio terminado, así aquí esta jsjsj

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11 Razones Para Decir Adiós.  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora