Airín Martínez una chica de 23 años, estudiante de veterinaria en la universidad. Esta pasando por su peor etapa en la vida tras la pérdida de alguien muy importante. Se siente sola y cree que a estas alturas subid ano tiene ningún tipo de sentido...
Durante la clase no pude prestar atención, sentía la atenta mirada de alguien puesta en mi espalda y me daba miedo girarme.
Mi corazonada me decía que era Kim Taehyung, viendo la conversación que quería tener. Pero ¿Por qué sacar ese tema de nuevo? A él más que a nadie le interesaba que ese tema quedará en el olvido y que jamás se sacará.
¿Por qué hablar de ello ahora?
No conseguía sacar eso de mi mente. Por su culpa volví a recordar esa noche que a pesar de ir más borracha que una cuba, recordaba que la perfección. Recuerdo como nos enrollamos en el tejado de su casa, con las estrellas de fondo. Admito que eso fue romántico, más tratándose de mi primera vez.
Pero me jodia que fuera con alguien como Taehyung, me hubiera gustado tener esa primera vez con alguien especial para mí.
Deje de darle vueltas cuando Min Yoongi pasó su mano por delante de mí cara.
-- ¿Vas a quedarte aquí mirando esa ecuacion toda la hora de comer? -Sonrió de lado, con diversión.
Negué con frenesí, sentí mis mejillas arder por la vergüenza. Me levanté de golpe, haciendo que mis cosas se cayeran de la mesa.
Cuando fui a agacharme para recogerlo, una mano de tez más morena se adelantó. Al levantar mi cabeza no pude evitar centrarme en el lugar de su nariz y después en la pequeña sonrisa cuadrada que me mostró. Se notaba nervioso.
-- ¿Podemos hablar ahora? -si vista paso a Yoongi, quien miraba la escena con una clara mueca de desconfianza.- Es por un problema que tengo con anatomía, necesito tus apuntes.
-- Amh está bien.
-- Te espero donde estás siempre, no tardes, no tengo todo el tiempo del mundo.
Tras dejar mis cosas en la mesa, salió a toda prisa de la clase. ¿Qué necesidad tenía él para comportarse así? Él no era malo, yo lo sabía. Pero era un chico aterrado.
-- ¿Quieres que vaya contigo? No me agrada ese tipo y no creo que tenga buenas intenciones.
-- No es necesario, Yoon... -no estaba acostumbrada a que alguien se preocupara de esa forma por mi.- nos vemos después.
Él me regaló una pequeña sonrisa y salí rápidamente de la clase. Tras recorrer el pasillo y salir al jardín principal, lo vi a lo alto de las gradas, subí a toda prisa. Lo que menos quiero es hacerlo enfadar.
Pero no soy una persona energética y al ir rápido tropecé golpeando mi rodilla en la última grada. Taehyung no dudó ni un segundo en acercarse y ayudarme a subir, me sentó apoyada en la pared y el tomo asiento a mi lado.
-- Debías tener más cuidado, sabes que tienes dos pies izquierdos. Podía esperarte dos minutos más.
Me regañaba mientras ponía un poco de agua en la herida y la limpiaba con un pañuelo.
Estas situaciones me hacían ver que él no era malo, solo era un chico asustado por un abusón.
-- No quería hacerte perder el tiempo, se que tu tiempo vale oro y que solo se lo das a personas que lo merecen.
-- No digas estupideces Martínez, eso lo dice Jungkook para creerse el dueño y señor de todo el mundo.
-- ¿Qué es lo que quieres hablar? No es bueno que nos vean juntos. -Solté deseando que esto terminará.
El suspiro con pesadez, apoyó su espalda imitando mi posición y mirando al frente. Lo bueno de este lugar era que tú podías ver desde arriba toda la universidad, pero nadie podía verte desde abajo a no ser que subiera la mitad de las gradas.
-- Seré claro contigo, alguien debió de grabarnos esa noche... me llegó un video de apenas 10 segundos, pero se ve que eres tú por el tatuaje de tu espalda y se ve que soy yo por mi cara.
Me puse pálida solo de pensar en las consecuencias de que hubiera un video sexual mío circulando por las redes.
-- No no no, eso es imposible. Estábamos en tu tejado, nadie podría grabar desde ahí.
-- De hecho sólo podrían desde el baño, alguien debió vernos y decidió grabarnos... le pregunté a mi hermano que amigos suyos quedaban aún a esas horas por la casa, pero el si que iba borracho a niveles de perder la memoria.
¿Y ese quería ser presidente? Un político en toda regla, el señor Kin Namjoon, siguiendo los pasos de su querido padre y actual presidente.
El escándalo que podría hacer ese video juntando al hizo pequeño del presidente y a la hija mediana del inspector Choi de la policía. Nuestros padres se conocían y habían trabajado juntos, de hecho se conocían desde la escuela. Como con el padre de Jeon y el de Park.
-- ¿Qué debemos hacer? -pregunté aún asimilando la situación.
-- Una parte de mi pensó en contárselo a tu padre, pero no se si el pudiera parar esto o hacerlo más grande... por ahora no le han pedido nada, pero me han dicho que esté atento a nuevos mensajes.
Al ver que yo me quedé en silencio, él se puso en pie.
-- Debo irme antes de que Jungkook empiece a buscarme... si tengo más noticias te envío un mensaje o me paso por tu casa. Si alguien pregunta, me estas pasando apuntes ¿Vale?
Me limité a asentir. Tras su marcha al fin apareció el señor bigotes, subió a mi regazo esperando mimos. Estuve un rato con él, mientras tomaba un cutre zumo de naranja y después caminé torpemente hasta la cancha de baloncesto.
Vi a Min Yoongi correr tras el balón, mientra ami hermano y Soobin intentaban robarlo. Era gracioso que él fuera más bajito, pero pudiera escapar de ambos adolescentes sin problema alguno. Tras encestar le pasó el balón a la que deduzco que es su hermana y reparó en mí.
Él sonrió ampliamente, creando curiosidad en su hermana pequeña, quien no dudó en mirarme. Eso me puso nerviosa, esa chica tenía la misma expresión sería que su hermano. El susodicho no tardó en dejar la pista, para subir a las gradas conmigo y tomar asiento a mi lado.
-- ¿Ya has comido? Eso fue rápido, no creo que te diera tiempo a ir a la cafetería.
-- No tenía hambre hoy. -mentí, en realidad si tenía hambre, pero no lo admitiría.
-- Todo el mundo tiene hambre, toma, te guarde este paquete de galletas. No digas que no te gustan, son las que siempre coges en la cafetería.
Con él me era imposible negarme. Agarré el paquete dándole una pequeña sonrisa avergonzada. Su vista se centró en mí rodilla al ver que me toque ahí involuntariamente.
-- ¿¿Qué te pasó?? ¿¡Ese idiota te golpeó!? -se levantó bruscamente consiguiendo la mirada de todos alrededor.
-- ¡No, no, no! Me caí al subir a toda prisa.
El me miró incrédulo, supongo que le cuesta creer algo así viendo cómo son esos chicos. Y tampoco conoce mi gran torpeza...
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Por fin traigo nuevo capitulo de 11 razones 🫶🏻
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