older. (aegon ii targaryen)

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EL RENACIMIENTO

Desde que nació no tenía nada, solo tenía a su hermano y él la usaba para beneficio propio, todo para retomar el trono de hierro. Ella no lo culpaba, no en parte, sabía lo difícil que todo había sido para él, la muerte de su familia y todo lo que pasaron después de eso, pero no le dolió cuando murió frente a ella. No sentía nada. Podría decir que en parte hasta fue liberador ver como la vida se iba de sus ojos, tal parecía que ser madre la había cambiado. Pero entonces lo perdió todo, otra vez. Su niño, su esposo, lo único que había logrado tener en su vida, los perdió y no había forma de recuperarlos. De pie frente al fuego que consumía los cuerpos de sus amados y la bruja que los condenó a muerte escuchó el susurro de voces que le ordenaron entrar en el fuego, dejar que la consumiera.

¿Qué más podía perder si lo hacía?

No tenía más nada.

Dio un paso hacia el frente y después otro, escuchó la voz de Jorah llamándola, pero no se detuvo. El fuego brilló con más intensidad y ella siguió avanzando hasta llegar al centro, donde el fuego se sentía más caliente, su ropa se consumió con el fuego y las voces comenzaron a gritar su nombre. No podía sentir el fuego, solo su calor que le brindaba confort, cerró los ojos suspirando y entonces las voces se calmaron susurrando su nombre en vez de gritarlo, se escuchaban distorsionadas hasta que una voz se escuchó clara en medio del caos.

—Daenerys—dijeron con cariño y ella lo sintió como una caricia.

Sus ojos se abrieron y se encontró con un rostro joven mirándola, el cabello blanco y los ojos violetas llamaron su atención. Había una sonrisa y lágrimas en el rostro de la mujer que la miraba casi con adoración, el sudor brillaba en su frente y ella pensó que se veía como una diosa. Hermosa, una belleza Valyria como decían todos cuando la conocían.

—Daenerys Velaryon—parpadeó al escuchar otra voz.

El rostro de un hombre apareció en su campo de visión, también tenía cabellos blancos y ojos violetas. ¿Otro Targaryen?

Pensó que ella y su hermano eran los únicos.

—Es hermosa—susurró la mujer mirando al hombre con una sonrisa—, Laenor.

—Es perfecta—el hombre, Laenor, le regresó la mirada—, será la Princesa más hermosa del reino.

¿Será?

Parpadeó e intentó levantarse, su cuerpo se sintió pesado y su entrecejo se frunció. ¿Por qué no podía moverse?

—Tengo que alimentarla—comentó la mujer al verla con el entrecejo fruncido.

No entendía qué estaba pasando, no hasta que fue acercada al pecho de la mujer, entonces lo entendió. ¿Estaba en el cuerpo de un bebé? Las voces volvieron de repente, todas gritando y ella se encontró gritando también. Sus gritos llenaron la habitación y en medio de las voces que gritaban en su cabeza podía escuchar las voces de los dos Targaryens, pero no podía descifrar lo que decían.

Cuando volvió a abrir los ojos se encontró en un lugar que no conocía, estaba de regreso en su cuerpo adulto, pero aún podía sentir el calor de los brazos de la mujer. Estaba de pie sobre agua, frente a ella había una isla y un castillo, en el cielo morado pudo ver dragones volando con libertad y sintió paz. ¿Había muerto?

Caminó hasta la isla y se agachó para tocar la arena de la costa, un suspiro dejó sus labios escuchando los rugidos y chillidos de los dragones sobre ella. Sus pies la llevaron hasta la escalinata que llevaba al extenso puente que conectaba la playa con el castillo, sus ojos recorriendo el panorama en busca de alguna respuesta. Cuando alcanzó la puerta del castillo giró la cabeza viendo un dragón de escamas amarillas aterrizar en el puente, ella parpadeó y el dragón volvió a volar sobre el castillo rugiendo. Con cuidado abrió la puerta del castillo, pero lo que se encontró la dejó congelada en su lugar, era ella.

Se vio a sí misma entrando en el fuego y se movió para alcanzar esa versión de ella, queriendo detenerla, pero apenas cruzó las llamas todo cambió otra vez. Todo estaba oscuro y frío, tuvo que abrazarse a sí misma cuando una brisa le causó un escalofrío. Sus ojos recorrieron el lugar dandose cuenta que estaba en un bosque helado, su mirada se detuvo en una niña pequeña que la miró con sus ojos azules como el hielo mismo.

—El invierno se acerca.

Dio varios pasos hacia atrás y tropezó con una raíz cayendo al suelo. Ya no estaba en el bosque, ahora estaba en medio de un lago congelado, su cabeza giró hacia la derecha y ahogó un grito cuando vio un caballo correr en su dirección. Se sentó deslizándose fuera de su camino, el miedo se instaló en su pecho viendo el ejército que seguía al caballo. Esqueletos y cuerpos en descomposición, personas que sin duda debían estar muertas. El hielo bajo ella cedió ante el peso del ejército y un gritó se le escapó al sentir el agua helada.

Abrió los ojos respirando profundo para darse cuenta que ya no estaba en el agua, ahora estaba en un burdel, su respiración era errática y buscó por todos lados intentando encontrar la salida, pero lo que encontró fueron dos personas con cabello blanco. Targaryens. Se acercó con pasos lentos y reconoció a la mujer como la misma que vio momentos antes, pero no reconocía al hombre, no era Laenor. Vió como el hombre besaba a la mujer y la tocaba de forma inapropiada hasta que escuchó un grito.

—¡Una vez más Princesa!

Giró la cabeza hacia la derecha y abrió la puerta encontrándose con la misma mujer de antes recostada en una cama, sus piernas estaban abiertas y era claro que estaba dando a luz. Se acercó a la cama cuando el llanto de un bebé se escuchó y sus ojos se encontraron con una niña de cabellos blancos y ojos violetas, no había un bebé.

Era ella.

—Eres la Princesa que fue prometida—dijo la niña, ella.

Se dió la vuelta y corrió hacia las puertas empujandolas, ahora estaba en otro lugar.

—Rhaenyra tuvo una niña—alguien habló—, dicen que tiene todos los rasgos valyrios de su madre.

Encontró al mismo hombre del burdel hablando con una mujer parecida a Laenor. ¿Será su hermana?

—¿Cómo se llama?—preguntó el hombre.

—Daenerys.

Un dragón rugió y ella se cubrió los oídos con las manos cuando no soportó el sonido. Gritó dejándose caer de rodillas al suelo y entonces sintió manos cálidas tocando sus mejillas.

—Tranquila, mi niña, estoy aquí—susurró una voz que conocía—. Tus padres están aquí.

Abrió los ojos otra vez y se encontró con una imagen similar a la primera que vio después de entrar en el fuego. Laenor y ¿Rhaenyra? la miraban con cariño acariciando sus mejillas. Sus padres le sonrieron al ver que abría los ojos y ella sintió paz.

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NOTA:

Si vienen de alguna de mis otras historias de HOTD, ¡Hola de nuevo!

Si es primera vez que nos leemos, ¡Bienvenidos!

Este capitulo es para explicar cómo Dany fue enviada al pasado, desde el siguiente capitulo comenzamos con los eventos de la serie. La historia se ambienta después del matrimonio de Rhaenyra y Laenor, para ajustar a Dany en la historia la haré de la misma edad que Helaena. O sea, dos años menor que Aegon y un año mayor que Aemond.

Desde ya aviso que Dany no va a ser muy amigable con respecto a Daemon en un principio.

Espero que les haya gustado, gracias por leer, lu.