older. (aegon ii targaryen)

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EL MEJOR PADRE

Daenerys no sabía cómo sentirse con todo lo que estaba pasando. En su primera vida pasó por un embarazo y acabó perdiendo al bebé, por eso tenía miedo de que la historia se repitiera. Pero esta vez tenía a su familia que la cuidaba en todo momento así que se sentía aliviada de tener apoyo. También estaba la felicidad que le daba poder ser madre con la persona que ella escogió. En fin, era un mar de emociones que no podía controlar.

Por orden del Rey ella y Aegon se quedaron en King's Landing porque quiero poder pasar este momento con mi nieta, así que Rhaenyra tuvo que quedarse también porque no dejaré a mi hija en este lugar. Los únicos que regresaron a Dragonstone fueron Daemon, sus hijas, Aegon el menor y Viserys porque la Fortaleza no es un buen ambiente para ellos. Lord Corlys y la Princesa Rhaenys aprovecharon ese momento para secuestrar a Jacaerys, Lucerys y Joffrey que no necesitaron mucho impulso para huir en brazos de sus abuelos a Driftmark. Con sus hermanos lejos Daenerys se sintió algo tranquila porque no tendría que preocuparse por los susurros o ellos cayendo en los planes de Otto.

Hablando de Otto, Daenerys había seguido al hombre y lo vio meterse en la habitación que compartía con Aegon. Sospechoso, demasiado sospechoso. Sin perder el tiempo ella se metió en los pasadizos secretos y usó los que llevaban directo a su habitación, cuando alcanzó el lugar se detuvo pegando su oído en la puerta que la separaba de la habitación y pudo escuchar tres voces diferentes.

—No puedo creer que dejaras que tu hijo se casara con una bastarda—Otto habló con rabia.

—Daenerys es hija de Rhaenyra y sir Laenor—Alicent habló con firmeza—, no es una bastarda.

—No le faltes el respeto a mi esposa—gruñó Aegon.

Daenerys sonrió al escucharlo, pero la sonrisa se borró en cuanto escuchó el sonido de una bofetada. Estuvo tentada a salir y matar al maldito de Otto, pero no podía revelar la posición del pasadizo.

—¡Padre!—la Reina exclamó horrorizada—¿Aegon estás bien?

—¡Estoy bien!—gritó el príncipe sonando molesto—¡No me toques!

—Las cosas están listas, el compromiso de Helaena y Jacaerys se romperá y tu te vas a casar con ella.

El sonido de algo quebrándose se escuchó.

—Si te atreves a hacerle daño voy a matarte—Aegon gritó.

—¿Qué vas a hacer, padre?

—Es común que las mujeres Targaryen mueran a la hora del parto o pierdan a sus bebés antes de llegar a término—hubo una pausa—, no sería sorpresa que ella siga el mismo camino que su abuela y bisabuela.

—¡Voy a matarte!

—¡Aegon!

Más cosas quebrándose y Daenerys se movió apresurandose para salir del pasadizo. Cuando salió del pasadizo tuvo que detenerse para recuperar el aire, en esa vida estar embarazada le quitaba más energía que en la vida pasada. Sus pasos hicieron eco por el pasillo e inconscientemente pasó su mano por su vientre de cuatro meses tratando de calmarse, lo que menos quería era sufrir un aborto y cumplirle el sueño al imbecil de Otto. Por suerte se encontró a Aemond en el pasillo, el príncipe tenía el rostro tenso y ella vió como pateaba la puerta de la habitación abriéndola con un estruendo. Entonces las voces de Alicent, Aegon y Otto llenaron el pasillo, pero fue solo por segundos.

—Aemond—escuchó a Alicent decir con alivio.

—¿Qué creen que están haciendo?—el menor de los príncipes preguntó. —Sus gritos se escuchaban hasta el pasillo.