older. (aegon ii targaryen)

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EL DRAGÓN DE TRES CABEZAS

El dragón debía tener tres cabezas, Daenerys lo sabía, todos los Targaryens lo sabían. Por eso pensaba que esa era la razón del fallo de su abuelo como Rey, su dragón solo tenía una cabeza. Ella se aseguró que el dragón de su madre tuviera tres cabezas, Laenor y Daemon eran los dragones que apoyaban a su madre, aún si no aceptaba del todo al segundo. Ahora, ella también tenía los dos dragones que completan su dragón de tres cabezas, Aegon como su esposo y Helaena como su mejor amiga. Pero mirando a sus hermanas se daba cuenta de que quizás su dragón necesitaba más cabezas y es que nada era más poderoso que tres hermanas unidas en fuego y sangre.

O al menos ella lo veía de esa forma.

Rhaena era muy parecida a su tía Laena, Baela era todo Daemon, y ella era la combinación perfecta de sus padres. Estaban destinadas a ser el dragón de tres cabezas más grande de toda la historia, era perfecto. El mismo Aegon le dijo que serían un equipo poderoso cuando le comentó su deseo de hacer las paces con sus hermanas. Sin embargo, decirlo era más fácil que hacerlo. Ellas pensaban que ella quería quitarles la atención de su padre, sobre todo Rhaena que se sentía en la sombra de su hermana mayor al no tener un dragón, de eso se enteró gracias a su habilidad de esconderse para escuchar a las personas hablar cosas privadas.

Que los dioses bendigan a las manos que construyeron los pasadizos secretos.

Pero, otra vez, las cosas eran difíciles y ella tenía cosas más importantes por las que preocuparse. Empezando por la falta de sus sueños proféticos, por dos años vio los mismos sueños, la danza de los dragones que ella ya había evitado. Nunca soñó con la muerte de Lyonel Strong ni con el regreso de Otto Hightower. ¿Acaso era el castigo de los dioses? Estaban poniendo más presión en sus hombros, como si fuese una prueba para ver cuánto podía hacer sin saber la consecuencia de sus acciones. Lo segundo que le preocupaba era la llegada de Otto porque escuchó al hombre hablar con Alicent sobre cancelar su compromiso con Aegon, para su suerte la Reina se negó a la petición. Si llegan a cancelar su compromiso con Aegon iba a perder todo su avance. También le preocupaba su madre, sabía que estaba enamorada de Daemon y lo que ella más deseaba era que fuese feliz, pero nunca pensó verse negándole la felicidad a su madre.

—Dany, no te habíamos dicho antes porque estábamos felices por tu regreso—comenzó su madre agarrando sus manos—, estoy embarazada.

Sus ojos fueron a su padre que le sonrió débilmente y luego miró a Daemon que sonreía, como si eso fuese algo que celebrar.

Definitivamente no lo era, ella dio todo de sí misma para asegurarse que sus hermanos no fuesen llamados bastardos y ahora todo se derrumbaría. Las personas llamaban a Jacaerys y Joffrey bastardos y ahora con Daemon presente en King's Landing también comenzaron a llamarla bastarda, todo se estaba derrumbando. ¿Cómo podían ellos no verlo?

—No—se levantó—¿Por qué?

—Dany—Laenor la llamó con preocupación al ver sus ojos llenos de lágrimas.

—Cariño—Rhaenyra se levantó y agarró el rostro de su hija—¿Qué pasa?

Por la esquina de su ojo, a la derecha, vio a sus hermanos mirando con confusión la escena y por un segundo se sintió mal por lo que iba a decir.

—No quiero...—otro hermano—yo no...

No podía decirlo.

—¿Es por Daemon?—preguntó su mamá y ella asintió. —Cariño, Daemon es parte de nuestra familia, pensé que ya se llevaban bien.