El Diablo No Negocia

8.- Cenizas

Un pitido constante resonaba en la distancia. Los sonidos de conversaciones se filtraban mientras Jimin abría sus ojos lentamente, tratando de ubicarse en su entorno. Se sintió adolorido, como si cada parte de su cuerpo le recordara la brutalidad que había experimentado. Cada músculo parecía tensarse y doler, y al moverse, notaba cómo los dolores se extendían por su cuerpo. 

 JIMIN

Abro los ojos lentamente, la luz me ciega por un momento. Todo está borroso, no reconozco el lugar donde estoy. Trato de moverme pero mi cuerpo se siente extrañamente pesado e inmóvil. Poco a poco mis ojos se van adaptando y empiezo a distinguir que estoy en una habitación de hospital. Veo tubos y máquinas a mi alrededor que pitan y emiten diversos sonidos.

Intento hablar pero tengo un tubo en la garganta que no me permite emitir palabras. Empiezo a sentir pánico y confusión. ¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy aquí? Trato de hacer memoria pero mi mente está totalmente confundida y perdida.

En ese momento entra una enfermera a la habitación. Me mira sorprendida y dice "¡Doctor, ha despertado del coma!". Coma...así que estaba en coma. Eso explica muchas cosas, pero todavía tengo una enorme laguna mental. ¿Cuánto tiempo llevo en coma? ¿Qué me ocurrió?.

La enfermera empieza a hacerme preguntas pero tengo un revoltijo de sensaciones y pensamientos que no me permiten concentrarme. Veo entrar más médicos. Todos parecen muy impresionados de verme despierto. Empiezan a examinarme y hacerme pruebas. Me bombardean con preguntas pero me es difícil hablar y enfocarme con el tubo en la garganta.

 Inmediatamente, Nam entra en medio de ellos   me mira como si no pudiera creerlo y empieza a llorar. No pude hablar solo sentí mis ojos llenarse de lagrimas y el dolor punzante en mi corazon.

Cuando los médicos terminaron de examinarlo y hacerle las pruebas iniciales, procedieron a quitarle el tubo de respiración. Con cuidado retiraron la cinta adhesiva que mantendría el tubo en su lugar y luego, lentamente, sacaron el largo tubo de plástico de su garganta. Él sintió un gran alivio de ya no tener ese objeto extraño irritando su laringe, pero al principio le costaba trabajo respirar por su cuenta y tuvo accesos de tos.

Una vez que se aseguraron de que podían respirar sin necesidad de ayuda, los enfermeros lo trasladaron de la sala de cuidados intensivos a una habitación normal para pacientes que se están recuperando. Allí ya no estaría rodeado de tantos tubos, máquinas y monitores pitando. En su lugar había una cama, una mesa de noche y una ventana por la que entraba la cálida luz del sol. De repente la puerta se abrió nuevamente y Namjoon se acerco al pequeño hombre en la cama ya sin todos esos aparatos y se acerco lentamente hasta quedar al lado de el.

—¡Jimin! mi pequeño... —exclama con voz quebrada por la emoción, tomando la frágil mano de su amigo entre las suyas y apretándola suavemente.

Jimin parpadea confundido, su garganta reseca le impide hablar. Namjoon rápidamente acerca un vaso con agua y pajilla a sus labios agrietados.

—Tomalá despacio —le indica con gentileza.

Jimin bebe pequeños sorbos, sintiendo alivio. Cuando termina, Namjoon retira el vaso y lo mira angustiado.

—Jimin, nos tenías muy preocupados. ¿Cómo te sientes ahora que te despertaste?

De repente, el recuerdo de ese día llegó a su cabeza como un huracan. poco a poco empiez a pasar las imagenes en su mente de  esposo con su hermana en su consultorio sus mentiras . Esos hombres encima suyo y...  de repente sintio como hizo un clic en su cabeza miro al hombre al lado suyo  y preguntó desesperado.

—Namjoon...mi bebé —dice con voz desgarrada—. ¿Cómo está mi pequeño? ¡Dime por favor que está bien!

Namjoon levanta la mirada  llena lágrimas. Ver el sufrimiento en su rostro hace que un escalofrío recorra el cuerpo de Jimin.