7.- Rosas y lavanda

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Un día antes

El toque incesante del timbre lo despertó de su sueño. Estaba exhausto; la noche anterior, como era costumbre, su esposo había llegado borracho y, para variar, lo había follado con dureza durante toda la noche. Todo su cuerpo le dolía, y solo anhelaba descansar hasta tarde, ya que ese día no tenía clases en la universidad por lo cual se permitió un merecido descanso.

Sin embargo, alguien tocaba su timbre con desesperación, arruinando sus planes. Con pereza, se dirigió hacia la puerta, y para su sorpresa, se encontró con su madre y su hermana.

—Madre, qué gusto tenerte aquí, —hablo emocionado el rubio ciertamente había extrañado a su madre. —Por favor, pasa. —Su madre por su parte solo asintió con la cabeza y entró.

—Hola, hermana, —saludó Jimin, abrazandola con emoción.

—Hola, — respondió Yeri secamente.

Ya en la sala las dos mujeres se sentaron en los sillones blancos mientras miraban con desde cada rincón del pequeño apartamento de la la pareja.

—Jimin, hemos venido a verte, hace tiempo que no vas a casa y queríamos saber cómo va tu vida de casado, —habló su madre tratando de mostrar en la relación y el matrimonio de su hijo.

—Mi matrimonio está bien, madre, — dijo Jimin mientras servía café . —Solo que Jungkook tiene mucho trabajo, pero no hay de qué preocuparse.

—Bueno, me alegro, hijo, —dijo falsamente su madre. —Aunque ciertamente no entiendo la necesidad de trabajar en esa clínica. Jungkook podría trabajar en nuestros hospitales en un puesto mejor, —dijo la mujer.

—En serio, madre, —dijo Jimin emocionado. —Creo que sería una buena idea. Así pasaría más tiempo en casa, sonriendo pensó en la posibilidad de esto mejore su relación.

Yeri, quien se mantenía al margen de la conversación, se reía en sus adentros por la ingenuidad de su hermano menor. Observaba detenidamente el departamento que compartían su amante y su hermano, hasta que un detalle la dejó con un sabor amargo en la boca. En cada pequeño rincón de la casa se encontraba un pequeño jarrón con rosas blancas y flores de lavanda. Había uno en el pasillo, otro en la sala; alzó la vista y vio otro más en la cocina.

Flashback

Dos días después del encuentro en la discoteca, Yeri se encontró recostada sobre el pecho de Jungkook, quien acariciaba su espalda desnuda. Ella observará fijamente un pequeño recipiente con flores, para ser específico, rosas blancas y lavanda.

—¿Te gustan las flores? —preguntó ella. —¿O te las regaló alguien, una admiradora tal vez? —Comenzó a reír.

—Claro que no, hermosa, —dijo él, apretando el agarre en su cintura. —Mi madre era amante de las flores en su jardín. Podías encontrar una variedad de ellas siempre. Todas las semanas cortaba rosas y lavanda y colocaba pequeños jarrones en casa. ME ENCANTABA la combinación del olor, me recuerda a casa, me hace pensar en mi madre, me hace sentir que estoy en mi hogar." contaba el pelinegro con mucha emoción Yeri lo miró y lo besó suavemente.

—Creo que cuando forme mi hogar, tendré muchos jarrones así en toda mi casa,— dijo el pelinegro, y procedió a besar a Yeri con pasión.

Fin del flashback

—Jimin, ¿desde cuándo eres tan amante de las flores? —preguntó Yeri de manera inocente.

-¡Ah jaja! —río Jimin—. No las he puesto yo... Jungkook siempre compra rosas y lavanda. Las coloca en los jarrones cada semana. Hay ocasiones en las que simplemente no me doy cuenta, y ya hay nuevas flores en los jarrones. —comento sonriendo ampliamente.

El Diablo No NegociaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora