15.-El pasado no perdona

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El dolor y el amor son sentimientos curiosamente similares. La manera en que ambos afectan nuestras acciones diarias es asombrosa. El dolor puede impulsarnos a cometer actos de los que nos arrepentiríamos en el futuro, como lo demuestra la cantidad de personas encarceladas. Por otro lado, el amor es un sentimiento igualmente fuerte, incluso más que el dolor, a pesar de lo que muchos puedan creer.

A menudo, aquellos que argumentan que el dolor es el sentimiento que lleva a los actos más atroces, simplemente no han experimentado el amor en su máxima expresión. ¿Alguna vez has presenciado lo que una persona enamorada es capaz de hacer? Contrario a la percepción común, el amor puede conducir a sentimientos más oscuros, como la obsesión. ¿Cuántos crímenes se han cometido en la historia de la humanidad con la excusa de amar a alguien?

En cuanto a él, dejó su plan a un lado. ¿Fue motivado por amor? No lo sabemos. ¿El amor tiene la capacidad de perdonar actos tan terribles? ¿Es lo suficientemente fuerte como para borrar el dolor? ¿O quizás lo que siente es obsesión, que ha tomado el control de su vida? No lo sabe, y tampoco está dispuesto a averiguarlo en este momento.

 ¿El amor tiene la capacidad de perdonar actos tan terribles? ¿Es lo suficientemente fuerte como para borrar el dolor? ¿O quizás lo que siente es obsesión, que ha tomado el control de su vida? No lo sabe, y tampoco está dispuesto a averiguarlo en ...

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Tarareando una canción que las enfermeras solían poner durante sus operaciones, caminaba con un carrito de compras. Este día tenía planes de preparar algo de pasta, el plato preferido del pelinegro. Recogió varios ingredientes, ya que le faltaban algunas cosas para su despensa.

A medida que se acercaba a la caja para pagar lo que llevaba en su carrito, notó la presencia de un hombre alto y moreno frente a él. Algo en esa figura le resultaba familiar. Observaba a ese hombre de espaldas, y su corazón empezó a latir con fuerza, su cabeza palpitaba y una sensación de miedo se apoderaba de él. Su cerebro le sugería que saliera corriendo de allí. Estaba a punto de perder pie cuando una señora se acercó.

— ¿Se encuentra bien? —preguntó la señora, y el rubio se recompuso rápidamente.

—Sí, lo lamento —dijo, aferrándose nuevamente a su carrito.

El hombre que estaba frente a él pagó por una caja de cigarrillos, una botella de aguardiente y algo de carne. De repente, se volteó y lo vio. Era uno de los tipos que lo violaron. Por supuesto que lo reconocía; cómo olvidar al hombre que lo ultrajó y mató a su bebé.

Se quedaron mirando durante varios segundos, mientras Jimin no lograba salir del shock. El hombre, con una risa burlona y una mirada examinadora, se acercó a él.

—Entonces, ¿estás vivo, precioso? —dijo mientras relamía sus labios.

El rubio no dijo nada, se quedó paralizado mientras sostenía su carrito.

—Vaya, si me recuerdas después de todo —añadió. —Sigues igual de precioso.

Intentó acariciar la mejilla del rubio, a lo que este reaccionó de inmediato y, con un manotazo, se alejó corriendo.

Desesperadamente, se subió a su auto y manejó hasta su departamento. Con la respiración acelerada, logró entrar a su hogar. Sentía que le faltaba el aire, su cabeza le dolía intensamente y su corazón golpeaba con fuerza. Estaba teniendo un ataque de pánico. No podía respirar y de repente todo se volvió completamente oscuro.

El Diablo No NegociaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora