En una pareja de recién casados, se esperaría verlos rebosando de felicidad y amor, compartiendo una complicidad especial propia de dos almas que acaban de unirse. Todo esto debería crear un ambiente de dicha y armonía en el hogar que con ilusión se había formado. Sin embargo, apenas unas semanas después de la ceremonia nupcial, Jimin descubriría con pesar y decepción que su anhelado nidito de amor, ese hogar feliz con el que tanto había soñado, distaba mucho de la gris realidad con la que abruptamente se topó.
Todos los días desde que se casaron, Jungkook llegaba a altas horas de la noche y salía temprano en la mañana, alegando que tenía demasiado trabajo acumulado en la clínica .
Desde la noche en que se entregaron en cuerpo y alma, nunca más hubo una caricia cálida ni un beso tierno de su amado. La dolorosa distancia entre los recién casados crecía día a día de forma alarmante, y Jimin se sentía cada vez más solo, triste y desamparado en ese frío matrimonio que apenas comenzaba.
—Jungkook, ¿por qué llegas tarde todas las noches?, —preguntó Jimin una noche que se dispuso a esperarlo a la hora que llegaba su esposo con el fin de enfrentarlo , lo miro con un nudo en la garganta. —Ya casi no nos vemos, sales muy temprano y vuelves cuando ya estoy dormido...Te extraño mucho. No parecemos un matrimonio.
Jungkook lo miró con evidente fastidio mientras dejaba la corbata a medio quitar.
—Sabes bien que mi carrera como medico es muy demandante, Jimin. Tú también estudias esto, no deberías serte ajeno,— respondió con tono cortante. —Te avisé antes de casarnos que esta profesión requiere mucho tiempo y dedicación. No es mi culpa que no lo hayas dimensionado bien.
Jimin sintió una dolorosa punzada en el pecho. —P-pero soy tu esposo...se supone que haya tiempo para los dos, —balbuceó al borde del llanto.
—Estoy muy cansado de tener esta discusión ahora, —dijo Jungkook con impaciencia. —No esperes que me disculpe por dedicarme a esta carrera que los dos elegimos. Ya sabías en lo que te metías.
Dicho esto, se metió en el baño y cerró la puerta, dejando a Jimin solo y desconsolado en la habitación. Las esperanzas se habían esfumado tan rápido como llegaron.
Después de aquel día a pesar de sus intentos de acercarse a Jungkook, este parecía distante y ocupado, dejando a Jimin anhelando la conexión emocional que una vez compartieron. Las noches se volvieron silenciosas y frías, y el amor que según Jimin floreció en su relación parecía desvanecerse.
Triste Jimin lo esperaba en casa todas las noches con una cena lista y caliente, mientras que el pelinegro pasaba las tardes e incluso noches con Yeri en su apartamento antiguo. En su mente, tenía la esperanza de que todo mejoraría.
Sin embargo, luego de varias semanas, todo parecía ir de mal en peor. Ya no eran solo las llegadas tardías en las noches; ahora se sumaban días enteros en los que simplemente no llegaba a casa a dormir. Al día siguiente, Jungkook simplemente lo llamaba con la excusa de turnos tarde y trabajo acumulado, lo cual, de cierta manera, era extraño, pero Jimin optaba por creerlo. La distancia entre ellos se volvía cada vez más palpable, y la preocupación de Jimin no hacía más que aumentar.
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El Diablo No Negocia
Short StoryDonde Jimin se enamora a primera vista de Jungkook pero este se acerca solo por su hermana. -¿Por qué ya no vas a casa con Jimin? -preguntó Yeri. -Por qué la persona que me interesaba consiguió novio-dijo tomando su mano y dando un beso en ella. -No...