20.-Que empiece el show..

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Los golpes lo despertaron de sus horas de sueño, sueño que realmente era necesario ya que no había logrado descansar correctamente desde hacía tres días. Desde que dejó el departamento de Jungkook se estaba preparando mentalmente para todo lo que venía.

Se levantó somnoliento y abrió la puerta. Al alzar su mirada, inmediatamente sus ojos se cristalizaron y empezó su llanto, lanzándose a los brazos de aquel hombre.

—Yaya, pequeño —dijo el moreno—. Aquí estoy.

—Nam —dijo el rubio alzando sus pequeños ojitos—. Me hiciste tanta falta. Pero cómo... la última vez tú...

—Shh —dijo el moreno poniendo un dedo en los labios del pequeño y dejando un pequeño beso en ellos.

—Tae me contó todo —dijo—. Prometí estar junto a ti siempre y sé que después de esto me necesitarás.

—Así como tú —dijo riendo y abrazando al pequeño rubio, suspirando—. Yo también soy un ciego enamorado.

Momentos después, ambos se encontraron sentados en la sala. Jimin le había contado todo acerca del tipo de las fotos y el asesinato de su padre, con lágrimas en los ojos.

—Odio a Jeon —dijo Nam algo confundido— pero algo aquí no está bien. Ni siquiera conocía a tu padre o algo parecido —cuestionó.

—Él estaba enamorado de Yeri —respondió Jimin—. Es obvio que debió conocer a mi padre, nos vigiló hace tiempo —soltó con repudio.

—Aún así, siento que todo esto es extraño —respondió el moreno acariciando el cabello rubio.

—Lo único que sé es que con las pruebas hundirá a Jeon —dijo Jimin—. El maldito irá a la cárcel.

Namjoon suspiro al ver al pequeño nuevamente destrozado. Pensó que al alejarse él  Jimin podría ser feliz o al menos intentar ser feliz con Jungkook. Le sorprendía todo esto. Antes de decidir dejar al rubio, contempla todas las posibilidades. Miraba desde lejos cómo el pelinegro trataba al rubio, cómo este cuidaba lo cuidaba. Le sorprendía, claro,  ¿Acaso Jungkook armó un plan desde antes de conocer a Jimin? No lo sabía, solo sabía que apoyaría y estaría ahí para su pequeño.

—Entonces, mañana es el gran día —pregunto Namjoon.

—Sí —suspiro Jimin—. Mañana es el gran día, después de 6 años mañana se hará justicia —una sonrisa amarga se instaló en su rostro.

—No te ves como alguien que logró hacer justicia —contestó el moreno, acariciando la mejilla del rubio.

—La venganza no es tan dulce como parece —dijo Jimin—. Más bien es amarga. Cuando te lo logras, se va una parte de tu alma también —miró fijamente a Namjoon.

Sintiendo el dolor que reflejaba aquella mirada que le daba el rubio, optó por cambiar el tema. El hondar en sus sentimientos terminaría por consumir la poca cordura que aún tenía Jimin.

—Bueno, entonces el día de hoy prepararé una comida deliciosa para disipar un poco esta amargura —dijo Nam sonriendo y mostrando ese par de hoyuelos que a Jimin le parecían irresistibles.

Jimin nuevamente abrazó al moreno, un abrazo cargado de necesidad, de seguridad y protección.— Gracias —le dijo—. Eres lo único que tengo. —Se separó de él.

En la cocina había todo tipo de alimentos que había comprado anteriormente.

—Bien, entonces puedo ayudarte —dijo Jimin tratando de relajar su mente.

—Está bien —dijo el moreno—. Pásame las verduras y empezaremos a hacer un estofado delicioso —rio.

Jimin se paró a abrir el refrigerador y tan pronto lo abrió, sintió la oleada de olores de la comida, las verduras y demás. No aguantando esto, su estómago se revolvió y corrió al baño a vaciar su estómago.

El Diablo No NegociaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora