22.-¿Quién es el verdadero diablo 2 ?

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Como nace una obsesión, la falta de amor, el abandono, el abuso físico o emocional, el descuido, la falta de afecto o la baja autoestima, existen tantos factores. Aun así, no se conoce una causa cierta, pero para Lee Minho, un niño de 13 años con una vida en su mayoría normal, no se encontraban los factores que podrían desencadenar en desarrollar aquella obsesión con aquel pequeño rubio de apenas 7 años.

Enfermizo, esa era la palabra adecuada. ¿Cómo un niño de 13 años debería preocuparse por cosas triviales como la escuela o inclusive alguna niña que le llame la atención o mirar TV, cualquier cosa normal para su edad? Pero no, aquí se encontraba escondido detrás de un montón de tubos viejos observando, siempre observando. Miraba como el pequeño frente a él jugaba con aquel cachorro, su cabello dorado brillaba con la luz tenue del atardecer y esos ojos verdes parecían incluso más verdes, como un gran lago. Sus mejillas sonrojadas color carmesí y regordetas. Lo miraba por horas y no entendía ese remolino de sentimientos que nacía solo con verlo, deseando poder acercarse para tocar la suavidad de su piel, juraba que era más suave que el algodón. ¿Cómo se sentiría oler su cabello? Tal vez a flores o a frutas. De repente, el rumbo de sus pensamientos cambió, tornándose más oscuros. 

 Su madre se embarazo  de el en su juventud, provenía de una familia medianamente acomodada, gracias a la ayuda de sus padres su madre  pudo titularse y obtener un puesto de trabajo en los Hospitales Park. Así fue como conoció a  el pequeño Jimin. Esperando a que su madre saliera de su trabajo, lo vio, fácilmente podría confundirse con un Ángel, mientras era guiado de la mano de su padre. Le parecía tan tierno.

Pero, ¿Cómo es que los pensamientos cambiaron de repente? Ahora, cada vez que lo miraba, sentía esa necesidad de poner sus manos en él. 

Él lo había visto cientos de veces, como su madre solía dejar la puerta abierta mientras su "novio" solía visitarla. Los quejidos de su madre los escuchaba noche tras noche, pero eso no era lo que le había impresionado sino la forma en la que aquel tipo parecía disfrutarlo. No era un inexperto, había buscado pornografía para poder entenderlo mejor, pero había algo que no era suficiente. Miraba el video y no se hallaba, las curvas de la mujer ciertamente le impresionaron  logró su cometido, era un puberto y logró obtener su primer orgasmo pero algo faltaba.

Todo esto, su despertar sexual, el simple hecho de saber lo que era el placer y la excitación, lo llevaron a entender la fascinación por aquel pequeño. Ansiaba poder tocar ese pequeño cuerpo, saciar sus ganas, besar cada parte de aquella delicada y blanca piel. Pero, ¿acaso era posible?

En medio de su habitación, se podía escuchar sus susurros apagados mientras hacia de las suyas observando la pequeña foto del rubio. Imágenes obscenas inundaron su mente mientras soñaba con tenerlo a su merced. El orgasmo lo sacudió, frenético.

Luego, miró el desastre de su ropa.

—Soy un maldito enfermo.—agarro sus cabellos para jalarlos. —Dios estoy loco. —Sus lágrimas empezaban a caer sin control.

Él lo sabía estaba mal  debería pensar en mujeres grandes con grandes pechos y piernas largas con curvas no en aquel niño. Muchas veces intento buscar ayuda PEDOFILIA esa era la respuesta que había hallado pero era posible el también  un puberto solo 7 años mayor .

Sin respuestas y con las hormonas a flor de piel lo hizo .Un pequeño niño fue su victima rasgos similares a las del pequeño Jimin lo interceptó en un pequeño parque. Y lo hizo todo lo que  recuerda es como un manchón borroso y al terminar salió corriendo.

La culpa era devastadora se sentía asqueado él no quería hacer eso no le gustaba . 

Entonces lo comprendido a él no le gustaba hacer eso con niños el solo recordar le hacía sentir un monstruo y lo era. Rogó casi de rodillas a su madre; necesitaba ayuda, un psicólogo tal vez. Al no ver atendidas sus súplicas, pidió irse lejos, donde podría olvidar lo que hizo. Aunque en el fondo seguía sintiendo la misma atracción hacia Jimin esta no se había ido; seguía ahí, intacta bajo toda esa culpa y asco. Se iría lejos, donde las ansias por tocarlo no fueran posibles, y así partió hacia EEUU.

El Diablo No NegociaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora