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Luego de aquella situación, habían tenido los días más raros e incómodos de su relación.

YoonGi apenas hablaba, JiMin no tardó mucho en notar que poco más y se lo comía a besos cuando KyungSoo rondaba.

Era extraño, como si tratara de hacer algo, como si algo le inquietara y todavía no fuese capaz de decírselo.

~♡~

El fin de semana estaba dispuesto a preguntar a qué se debía su comportamiento, pero el sábado hubo muchas cosas que hacer y una visita inesperada apareció el domingo mientras YoonGi estaba en el supermercado.

Y JiMin estaba cara a cara con su suegra, sonaba tan extraño aquello, nunca nadie lo presentó así que era su primera vez, pero las cosas estaban tan tensas y extrañas que temía ser negado, ocultado, rechazado o cualquier cosa que lo desvincule de YoonGi, porque algo pasaba.

Y mierda, tenía tanto miedo.

—¿Tampoco hablas? Por eso mi hijo lleva tanto tiempo aquí.—Habló TaeYeon.

Sonaba golpeado, pero hablaba de manera literal.

—Ah... Buen día, señora, ah, pase.—Balbuceó JiMin sonrojado y desconociendo que la madre de su novio también era autista.

Y tenía aún menos habilidades sociales que su hijo.

Las palpitaciones y calor en sus mejillas le incomodaban mucho, eran un recordatorio físico de cuánta vergüenza sentía y se volvía un bucle de avergonzarse una y otra vez, en un sonrojo que le hacía sentir en el infierno.

Sin notarlo, ya había encorvado su postura y agachado la cabeza.

—No me digas señora, soy tu suegra, ¿No? —Preguntó entrando y acomodándose en el sofá.

Esa señora era celosa con su hijo e incluso se vio soltando todo un discurso capacitista sólo porque no logró que su bebé volviera a casa. JiMin le guardaba algo de resentimiento por ello, aunque también reflexionaba y entendía el origen de las conductas sobreprotectoras de su novio.

—Yo... Yo... Ah, eh...—JiMin cerró la puerta y sentía que iba a morir ardiendo.

Estaba tan avergonzado y tímido que no podía soltar el habla.

El TLP venía con ese sentimiento de vergüenza crónico que lo llevaba al perfeccionismo o la procrastinación en sus proyectos. Pero en situaciones de ese tipo, simplemente no había método para compensar que se sentía humillado sólo por existir.

YoonGi merecía a alguien mejor, no trastornado. Se odiaba tanto por eso.

—¿Por qué te pareces tanto a mi hijo cuando llegan visitas inesperadas? ¿También eres autista?—TaeYeon le cuestionó genuinamente.

Y JiMin no sólo fue incapaz de negarlo, lo consideró...¿Y si..?

Esos minutos que parecían horas se vieron interrumpidos por el timbre, lo que JiMin tanto esperaba.

YoonGi cargaba unas cuantas bolsas, JiMin se acercó a ayudarle.

—Hola mi amor.—Saludó YoonGi, sonriendo.

Aprovechó la cercanía entre ambos mientras JiMin tomaba unas cuantas bolsas, para besarlo. Sintiendo confusión cuando sus labios dieron en la mejilla de su amado.

—¿Pollito? ¿Y mi beso? — YoonGi entonces vio los ojos brillantes de JiMin y el tono rosado que llegaba hasta sus orejas.

—¿Necesitan ser tan cursis para entrar unas bolsas?—Interrumpió TaeYeon.

Es mi límite. - YoonMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora