Especial: Adolescencia

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Para JiMin había sido complejo criar, sentía el peso de su historia detonar el malestar, para YoonGi no había sido más sencillo, tenía una batalla consigo mismo y la sombra de su madre.

Era una dicotomía constante entre no sobreproteger y saber que la discapacidad estaría presente toda su vida.

No abrumarlo, pero con terapia intensiva del habla para tratar su apraxia y terapia ocupacional para que supiera manejar cosas de su cotidianidad.

JiHo a pesar de hablar más lento, con pausas por necesidad y no por entonación y arrastrando algunas palabras, comenzó a necesitar menos su comunicación alternativa, aún la usaba, pero su habla oral solía ser suficiente para lo poco que decía, mantener conversaciones con alguien ajeno a sus tutores y tíos era ocasional y ellos le esperaban y escuchaban con paciencia, podía tipear más rápido en su tableta, para los desconocidos.

JiMin y YoonGi estaban motivados por no ser los padres que tuvieron, ser mejores para JiHo, aquel que en un abrir y cerrar de ojos se había vuelto un quinceañero que les superaba en estatura y se entrenaba con NamJoon.

Lo cual trajo problemas cuando su buena condición física en conjunto a sus problemas de propiocepción hicieron que el puñetazo que le dio a su compañero le lastimara la nariz de manera significativa.

—Papá... Te citaron, me metí en problemas, en la escuela. ¿Podemos no decirle a Mimi? —Habló JiHo en voz baja, haciendo notar su sentimiento de culpa.

—Estrellita, ¿Qué ocurrió? Se te inflamó un poco la mejilla, hay que estar atentos a como evoluciona eso. A JiMin una vez que se peleó se le inflamó tanto la cara que tuvimos que ir al médico por si acaso.—Contó YoonGi recordando uno de los tantos incidentes en los que JiMin había perdido la batalla contra sus propios impulsos.

—Ese idiota, Sunoo, me odia, creo.—Comenzó a explicar JiHo.

Y es que empezó siendo amigable, lo cual fue aceptable para JiHo, pero luego el contacto físico se hacía más insistente, así como su terrible necesidad de mirarle a los ojos.

JiHo marcó sus límites como sus padres le enseñaron, no se dejó incomodar y de pronto Sunoo comenzó a hablar extraño, haciendo referencias a cosas que no lograba entender mientras le miraba de reojo.

Sunoo estaba perdido, enamorado y encaprichado con JiHo, el rechazo le cayó horrible a su ego y que simplemente no entendiera lo estaba sobrepasando.

Lo tomó del cuello, pretendiendo besarlo y recibió un golpe por ello, JiHo estaba agitado y asustado.

De pronto había visto a ese horrible hombre de su niñez temprana y se sintió atacado.

Sunoo le devolvió el golpe, no con la misma intensidad, sólo por ira, ni siquiera por defensa personal, sabía que él no le haría daño, de cierto modo había entendido que el contacto físico era un tema delicado para JiHo, estaba frustrado de muchas formas y con cada cosa que hacía parecía empeorar la situación entre ellos.

—¿Cómo te tomó él, JiHo?— Preguntó YoonGi luego de escuchar con atención a su pequeño, ya no tan pequeño.

—Recordé a ese sujeto, pero Sunoo no es malo, sólo muy idiota... ¿Puedo?—Preguntó haciendo referencia a si podía demostrar en vez de explicar a detalle.

YoonGi asintió.

—Hizo eso raro con los ojos y se acercó lento, me dio nervios, me quedé quieto por eso. —Explicó y  posó ambas manos en el cuello de YoonGi y los pulgares tocando sus mejillas, apartándolas en un instante.— Lo empujé y luego golpeé su nariz.

—Creo, hijo, que tal vez quería besarte.—YoonGi dijo sonrojado, su pequeño estaba en esa edad compleja y le avergonzaba avergonzarlo, no quería ser invasivo como lo fue su madre.

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⏰ Última actualización: Jun 21 ⏰

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Es mi límite. - YoonMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora