1

813 98 15
                                    

Un aula de un horrendo color mostaza y unas cortinas que llevaban meses sin lavar, JiMin prefería ese horrendo lugar antes de su propia casa.

KyungSoo tenía encantado al pequeño, ambos quinceañeros, pero el chico que alborotaba a Park aparentaba ser más grande, más fuerte, más protector, alguien a quien JiMin querría acompañar y de quien podría decir con orgullo "Es mi pareja".

La apreciación no era mutua, porque si bien más de alguien les había visto besándose, eran pareja en secreto, cada receso se juntaban detrás de la cafetería o en un sucio cubículo del baño, en este último lugar, KyungSoo había tocado de más a JiMin en más de una ocasión, quien al desconocer el buen trato y el amor en sí, lo permitía sintiéndose en las nubes porque tomaba un par de minutos "exclusivamente" para él y luego se lavaba las manos y se marchaba.

JiMin era ignorado y apartado, usado. Cada vez había más rumores de lo que sucedía.

KyungSoo quien ya estaba enterado, necesitaba deshacerse de Park.

Fue lamentable la forma en que ocurrió, KyungSoo iba a lastimarlo, pero JiMin acabó destrozado.

La vista de JiMin estaba nublada y pasó de estar en el cubículo del baño a aparecer a metros del aula de clases.

No. Cuando lo vivió no dolió como en aquella representación onírica. No, no tenía toda la información que manejaba en la actualidad, no, no sabía lo caro que le costaría ese error.

Se detuvo cuando escuchó risas, sabía que era detestado por sus compañeros varones, así que se quedó escuchando hasta que fuese seguro entrar.

Sólo se le quedó un libro, un maldito libro y se iría a casa.

JiMin ya sabía que era un sueño, y no podía hacer nada por evitarlo, de pronto se encontró siendo un espectador de sí mismo y no podía despertar.

~♡~

YoonGi había despertado por lo inquieto que estaba su novio, sus mejillas estaban humedecidas por lágrimas, su cuerpo se tensaba y estaba respirando agitado.

—Mi amor... Pollito.— Susurró.

No quería asustarlo y que acabara peor de lo que ya estaba. Así que trataba de despertarlo con voz suave y caricias.

~♡~

Jimin es tan infantil, tan ingenuo, es un tonto, lo tengo comiendo de la palma de mi mano, como un pollito.

Otros comentaban como si aquello fuese una gran hazaña, y KyungSoo presuntuoso, continuó:

—Se traga cada cosa que digo, pronto se tragará algo más, me entienden, esos enormes labios son tentadores. Es tan bobo que me da lástima pedírselo, las chicas no tienen una puta idea de cómo hacerme sentir bien, ayer Wendy lo intentó tanto y ni siquiera tuve una erección.

—Me he tragado más grandes, no te creas tanto.—Intervino JiMin entrando al aula.

Claro que era mentira y tenía razón, era un niño viviendo su primer amor escolar, no estaba interesado en ser o hacer otra cosa.

—Con razón me duele tanto el cuello, no doy más con estos cuernos, hazme un favor y vete a la mierda, me quitas un peso de encima.— Agregó antes de irse.

Esa coraza arrogante que lo hacía tan atractivo ante las chicas, salió a relucir.

JiMin tenía una habilidad de desconectarse temporalmente de sus emociones, siendo frío y sin reaccionar hasta que se encontraba seguro.

Es mi límite. - YoonMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora