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Ante la incómoda situación, JiMin propuso algo:

—Inciensos de canela, gigi...

—No, mi amor, que me crucifique el padrecito primero, pero no.—Se quejó YoonGi.

Amaba cuando estaba ese aroma a canela en el apartamento, pero cuando el incienso estaba prendido el olor era muy fuerte para tolerar.

—Ayúdame a salir de tu regazo, puede que suene mi cadera, no te asustes, no duele, no tanto...—Insistió JiMin, debían abrirle a Jin.

YoonGi se incorporó, acomodándose antes de ponerse de pie, asombrando a JiMin con ello.

—Cargar cajas sirve de algo, ¿No?— Susurró.—Trata de ponerte de pie, bajar las piernas debe ser más fácil que moverte sobre mi en el sofá.

JiMin se sonrojó ante eso, se le hacía tan descarado y le encantaba.

Además, su solución era extraña, pero tenía sentido.

A JiMin se le solía trabar la cadera, lo cual le inmovilizaba la pierna, así que con su novio afirmándole la pierna que rodeaba su cadera, rígida, bajó la otra y casi pudo bajarse por completo, de no ser porque Jin volvió a golpear la puerta y YoonGi se asustó, dejándolo caer al sofá.

Pero en vez de mostrar preocupación, contuvo una risa.

—Igh, eres malvado, ese gato te hizo malvado, malas juntas...—Recordó su asunto personal con Tony.

—Perdón JiMinnie...—Rió y fue a abrir la puerta.

Jin entró de inmediato.

—¿Dónde está mi bebito?—Habló con una voz más aguda de lo usual.

Y el gato que se mostraba tan poco expresivo maulló y se apresuró en ir con Jin, quien se dio golpecitos en el pecho para que su precioso felino saltara a él.

—Mi niño precioso, ¿Cómo estás? ¿Extrañaste a papi? —Le hablaba Jin mientras lo acurrucaba entre sus brazos.

—Hyung, viniste cada día, lo viste anoche y por la mañana en videollamada.—Dijo YoonGi ya que ni siquiera había saludado por la urgencia de llevarse a su amado gato a casa, por fin.

En ese momento YoonGi pensó en por qué JiMin siquiera se molestaba en prender el incienso de canela si a Jin lo que más le importaba era llevarse al gato.

—Las cositas de tu demonio ya están guardadas.—Dijo JiMin.

—¿Vas a extrañar a tío YoonGi bebé grandote?— A Min le daba cierta nostalgia despedirse del felino, era muy agradable tenerlo.

—Gatito, ¿Estás de su lado?—Dramatizó JiMin.

—JiMinnie, mi gato es un angelito, no como el tuyo, mira cómo te dejó el cuello.—Jin seguía esa broma interna haciendo mención a las gotitas de sangre en el cuello de JiMin. 

No quería joder su progreso respecto a su trauma sexual, entendía por qué tenía un incienso en su mano y la ropa alborotada, supo que llegó en mal momento, pero a la vez era muy bueno para ellos como pareja. 

JiMin se sonrojó una vez más y ya se sentía muy pequeño, estaba más tímido e incómodo, además de todo lo indebido que vivió con TaeMin, el simple hecho de que lo trataran de "Putita de KyungSoo" en verdad había afectado su percepción como hombre gay, se sentía tan incorrecto, tan sucio, pero a la vez se sentía muy bien e incluso podía sentir pureza en aquello que socialmente tachaban como lo más perverso del ser humano.

YoonGi estaba juntando las cosas del gatito ya listas y SeokJin supo que inevitablemente incomodó a su traumado dongsaeng. 

—NamJoon me contó que una vez se descuidó por una mordida de esa piraña y se le infectó. — Agregó Jin para quitarle la connotación sexual, aprovechando la información que le proporcionó su novio. 

Es mi límite. - YoonMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora