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JiMin al cabo de los días comenzó a evadir a YoonGi, negando el contacto físico y cerrándose en palabras, su novio lo entendía, aunque no lo hacía menos difícil, era una situación horrenda, su cerebro lo había bloqueado con una razón.

Salvarlo. Que pudiera seguir a pesar de ello.

Costó sólo una palabra para desbloquear aquel pasadizo secreto en la memoria de JiMin para desmoronarlo.

YoonGi, quien había terminado su trabajo del día, esperó al descanso de JiMin para anunciarle que ya se iría.

JiMin agachó la cabeza, sintiendo como la culpa lo consumía por no ser capaz de siquiera darle un beso a su novio.

YoonGi se acercó y le dio un beso esquimal, un roce de narices y se apartó.

—Lo que sea que te preocupe, que no sea sobre ser insuficiente o temiendo que te abandone. Tómate tu tiempo.

—Esto me frustra.—Murmuró JiMin tensando la mandíbula.

Tenía ganas de llorar, sentía tanto a la vez que se sentía como un cascarón vacío, no lograba sacar su malestar tal como hizo el día que se detonó.

—Iré con Nam hyung, ¿Sí? Estoy para apoyarte, no soy bueno diciendo cosas, suelo ser autorreferente cuando busco empatizar, sólo mírame cada vez que llego a casa, cada vez que estoy contigo. Estoy y quiero reconfortarte.—YoonGi habló pausado pero determinado en darle confianza a JiMin.

Una vez YoonGi ya no estaba en el lugar, HoSeok se aproximó a JiMin.

La situación la había mencionado el mismo JiMin cuando llegó con YoonGi a la cafetería unos días después de aquel suceso.

—Por favor no pregunten.—Había dicho YoonGi porque JiMin había rasguñado su cara y brazos mientra se bañaba en tina.

Llevaba haciéndolo desde ese día, pero era sutil y YoonGi lo había comprendido, una recaída era esperable. Sin embargo, aquel día se estaba dañando tanto que tuvo que intervenir para prevenir empeorar su situación.

—Mi papá me tocó, estoy asqueroso.—JiMin dijo con una simpleza que asombraría a cualquiera.

HoSeok lo entendía, el abuso físico y sus consecuencias.

—Jim, a mi me pegaban de pequeño cuando ensuciaba algo, y luego por cualquier cosa, mi mamá está demasiado fijada en que todo luzca perfecto siempre y papá, ah, un hombre boomer promedio.—Comenzó, esperando que con su vulnerabilidad pudiera darle confianza a JiMin.

Hobi nunca se imaginó extrañando que JiMin peleara con JungKook. Atendía personas como siempre, pero estaba en un silencio nostálgico que afligía a todos en su entorno. Incluso los hyungs de TaeHyung con quienes se cruzaba en ocasiones habían notado esa mirada perdida.

—Estoy sucio.—Murmuró JiMin.

—Sé en primera persona lo que es sentirse sucio y que no haya cantidad de jabón que lo compense.

—Lo sé.—JiMin mantenía su tono de voz bajo, era difícil enfrentar su situación, por más que tuviera apoyo, le avergonzaba.

—Te queremos, ¿Sabes? Eras un niño, Jim, mierdas pasan, pero no son tu culpa. Sólo queda manejar las consecuencias que eso tuvo sobre ti. —Hobi al ver que con sus palabras el labio inferior de JiMin comenzaba a temblar, extendió sus brazos en una invitación poco usual.

HoSeok estaba lográndolo, tener contacto físico con sus seres queridos.

JiMin dubitativo se acercó y recibió el abrazo más cálido y familiar que había sentido en mucho tiempo, era distinto a ser abrazado y acariciado por su novio, aquel contacto se sentía fraternal.

Es mi límite. - YoonMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora