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F R O M     D I N I N G    T A B L E

F R O M     D I N I N G    T A B L E

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Harry.

Desperté solo en este cuarto de hotel. El olor a alcohol se podía oler en todo el ambiente, el whisky provocó que mi hígado quisiera salir a pasear porque salgo corriendo hasta el baño para devolver hasta mi estómago.

Respiro y jalo la cadena antes de quedarme sin una gota de agua dentro de mi ser. Me arrastro prácticamente por la habitación hasta llegar a la cama y lanzarme en el lado izquierdo. Creo que sigo borracho y quizá siga siendo así hasta el mediodía.

Mis ojos se abren poco a poco y siento que estoy jugando conmigo mismo cuando creo verla delante mío. Me levanto de golpe pero no hay nada obviamente, mis ojos ven delante de ellos solo botellas vacías de alcohol en el suelo, así como ropa y maletas abiertas con todo revuelto en ellas.

Porque este era el cuarto país que visitaba buscándola.

—¿Dónde te encuentras? —susurré con ganas de llorar nuevamente.

Nunca me sentí menos genial, ni siquiera cuando antes buscaba ser esas estrellas de rock que se emborrachan cada fin de semana en busca de un nuevo polvo con alguna mujer.

Reviso mi celular como lo he estado haciendo desde hace dos meses en espera de un mensaje de ella, pero no hay nada.

Quizá nunca más mi teléfono reciba un mensaje suyo, pero mierda, siempre tenía la esperanza.

Y sin tener las mínimas intenciones de ducharme, me coloco unas zapatillas para salir de esa habitación en la que me sentía más miserable de lo que ya era. En el ascensor la gente me mira extrañada pero realmente no me importa. Soy consciente que puedo ser tranquilamente un alma en desgracia de la película de la Sirenita pero me vale una mierda.

Ya abajo me coloco mis lentes de sol al no soportar los rayos en mis ojos rojos y pido un Uber que me va a llevar a mi siguiente dirección. Realmente no pienso bien en que quizá la perjudique más de lo que la ayude cuando estoy en la recepción del trabajo al que ella iba.

Sin pedir información subo en el ascensor y cuando este se va a cerrar, una mano hace que las puertas no se cierren.

—¿Harry? —Matt Miller se encuentra parado delante mío.

Pero en lugar de querer ignorarlo como siempre lo he hecho, mis ojos viajan hasta la camiseta que lleva puesta.

Eso es mío, quiero gritarle.

—¿Qué haces aquí? —pregunta nuevamente.

—He venido a buscar a Danielle.

—Ella ya no trabaja aquí —mi respiración se corta y mis hombros caen al saber que es otro sitio en el que no la encontraré.

—¿Por qué tienes eso? ¿Cuando la has visto?

—¿Esto? —toma la camiseta. —Me lo dió cuando la ví hace un mes.

Él nunca me calló bien.

—¿Sabes donde puedo encontrarla?

—Amigo, creo que deberías dejarla en paz de una buena vez...

—No te metas en lo que no te importa ¿Sabes donde puedo encontrarla o no?

Me saqué los lentes y lo miré a los ojos. Mi respiración se agitó mientras el hombre delante mío se mantenía en paz.

—No puedo decírtelo, lo siento.

Y antes de golpearlo detengo el ascensor para salir de ahí.

—Harry —dice haciendo que voltee. —Ella está bien, si es lo que te importa.

Y veo como se cierran las puertas para quedarme sin una maldita respuesta otra vez.

Cómo puedo, regreso a la habitación del hotel y lloro pateando algunas cosas.

El cómodo silencio está tan sobrevalorado y grito para que este no se haga presente y termine volviéndome loco. Más loco.

Mi cuerpo cae rendido en el suelo y pienso que nunca la voy a encontrar, que ella se esconde de mí y que lo merezco. Porque la abandoné cuando más me necesitaba, y no lo digo porque terminé con ella, eso era imposible de pensar. Simplemente fue un idiota que dió por sentado que Danielle iba a soportar el que nunca llegara a casa o quizá el que la haya engañado una vez estando borracho.

¿Saben que era lo peor? La mujer era idéntica a mi novia, incluso susurré su nombre cuando tuve sexo con ella.

Pero no era Danielle. Nunca nadie iba a ser ella.

Tiro de mis rulos enojado pensando en ¿Por qué nunca fui el primero en ceder? O ¿Por qué ella nunca decía lo que quería decir? Estábamos juntos pero no podíamos estar más separados. O eso pensé hasta el día que llegué a casa y sus cosas no estaban, no quedaba rastro de Danielle por ningún lado.

Cuando la llamé desesperado y contestó sus únicas palabras fueron: Déjame ir.

Y después corto.

Todos los gritos y peleas por sus celos me tenían harto, pero ahora entiendo que ella tenía razón y que el único idiota fui yo. Y pienso y pienso y pienso en que quizá las cosas nunca hubieran cambiado si ella no se hubiera ido. Seguiríamos viviendo juntos pero separados y Dios sabe que nadie lo merece. Pienso y pienso y pienso en que no hubiera tenido que recorrer EEUU, Australia, Canadá y ahora Londres en su búsqueda, porque realmente no sé para qué lo hago ¿Para que me bote en vivo y en directo?. Persigo un maldito fantasma porque si ella está bien, si Matt dice la verdad y mi novia se encuentra bien, entonces solo persigo un fantasma de la mujer que algún día amé, de la mujer que yo mismo me encargué de hacer miserable.

Los besos en el desayuno y hacer el amor en la mesa del almuerzo. Cuando le juré amarla hasta que mi corazón dejara de latir o cuando me enteré que ella había empezado a ahorrar para comprar una casa juntos. Porque Danielle y yo habíamos sido todo y ahora éramos nada.

Lloro.

Grito.

Me golpeo.

Pero nada va a regresarla.

Porque aun a pesar de todo eso, no logró dejar de pensar en que me encantaría que un día me llame y me diga que también lo siente.

🌻🌻🌻

Gracias a la idea de mi amiga @HARRYMETIROUNBESO (Gracias por tu gran idea, bestie) se vienen shots de HS1 y Fine Lineee! 

Prontito nos leemos con más de estas dos joyitas!

- Clau.

Mundo Harry (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora