M U N D I A L
Georgina.
Apenas coloqué un pie fuera del avión el calor me golpeó haciendo que retrocediera.
—¿Qué ocurre, señora?
Pregunta Matt alarmado.
—Nada —volteo calmandolo. —Es solo que el calor está muy fuerte.
Bajo a paso apresurado pero la cantidad de fotógrafos y sus flashes me aturden. Matt se encarga de ayudarme a ingresar al auto de manera rápida y sin esperar mucho, arrancamos rumbo al estadio.
Las calles de Doha estaban más llenas de lo que me hubiera imaginado. Mi pierna se movía impaciente, mi cabeza giraba a ambos lados y mis ojos viajaban a mi reloj para ver la hora.
—¿No puedes encontrar alguna salida?
—Lo siento, señora, en esta vía no hay avenidas auxiliares —Matt me mira por el retrovisor.
Dónde te encuentras? El partido está por comenzar.
Mi pantalla se enciende con el mensaje de WhatsApp de mi cuñada.
En camino, el tráfico nos tiene atrapados.
Mi inquietud crece y me incomoda.
Rápido, ya están por cantar el himno.
Gracias a mis plegarias, el auto logra avanzar y sin esperar la mínima ayuda de Matt, abro la puerta e ingreso por los pasillos del estadio.
Oigo el himno de Alemania a lo lejos y ruego interiormente porque el mío aún no haya sonado.
—¡Ahí estás! —me saluda mi suegra.
—¿Dónde está? —mi desesperación por ubicarlo me ganaba.
—Ahí —y el dedo de la rubia me lleva hasta mi rizado.
Inglaterra y Alemania estaban formados, los árbitros en medio y el himno de mi patria empieza a sonar haciendo que el corazón se me salga por la boca al ver la banda de capitán en su brazo tatuado.
Su ceño está fruncido, incluso diría que pareciera preocupado. Su vista se mantiene al frente para luego cerrarla para seguir entonando el himno con fuerza.
Acaba, y los aplausos de los ingleses se escuchan por todo el estadio. Hoy éramos mayoría, y hoy teníamos que ganar.
Porque el campeón del mundial se quedaba en Europa, pero aún no se sabía si al este o al oeste.
—¿Alguna pudo hablar con él? Necesito que sepa que estoy aquí.
—Antes de salir le di un abrazo —mi suegra me comenta. —Le dije que estabas en camino, ya sabes, no puede usar el celular.
Asiento con la mirada perdida en mi capitán. Harry llamó al equipo a un círculo antes de empezar. El estadio retumbaba con cada canto y sentía que cuando sonara el pitido del árbitro, la historia sería aún peor.
El círculo se disuelve y cuando menos lo espero, mi chico me mira desde la cancha y sonríe. Le mando un beso y este lo recibe para llevarlo a su corazón.
Dios, ayúdalo.
Es lo único que pienso, porque él se lo merece. Inglaterra merece ganar este mundial pero sobre todo, él merece alzar esa copa.
Las posiciones de todos están listas, el árbitro noruego mira su reloj, alza la mano y pita.
El estadio se cae y nosotras nos levantamos de los asientos para gritar por el número 09.
Los primeros veinte minutos pasan sin ninguna llegada al arco, Alemania muestra su mejor defensa y con eso llega el primer golpe para Harry.
La afición empieza a gritar groserías y mi corazón late rápido al verlo tomarse la rodilla. No podía lesionarse, apenas estaba recuperándose de la operación. Pero él se levanta y me hace una señal de que todo está bien.
Comienza a correr y todos lo aplaudimos, porque tiene garra. Seguimos con toda la emoción encima pero esta se esfuma rápidamente cuando el gol de Alemania golpea nuestro arco.
La cara de Harry se vuelve roja y se toma el cabello, mierda, él necesita seguir motivado. Su entrenador le susurra algo al oído y camina hasta el centro de la cancha para iniciar el juego rápidamente. Harry siempre se caracterizó por la rapidez de sus pases, y además, de su limpia manera de meter goles.
Y así acaba el primer tiempo, con 1-0 a favor de los alemanes. Inquieta, converso con Anne y Gemma sobre las posibilidades y las tres llegamos a la conclusión que estábamos igual de nerviosas.
Sabiendo que era arriesgado, corro hacia la puerta de salida de los equipos, esperando a mi castaño.
—¡Te amo! —le grito cuando lo veo venir.
Su sonrisa es tan bonita que me derrite el solo pensar que es mía.
—¡Te amo! —me dice antes de cambiar sus facciones y salir seriamente al campo.
Vuelvo a mi sitio y espero que el segundo tiempo arranque. Esta vez era todo o nada, y Harry lo sabía, por eso, Roonie metió un gol en el minuto cincuenta. Con el partido empatado, los alemanes sacaron su mejor armamento y nos metieron un gol más, pero Horan aprovechó y atacó para empatar nuevamente.
La cantidad de caídos y furia con la que jugaban era increíble.
El reloj corría y en el minuto 87, el partido parecía perdido, eran penales y sabía claramente que Harry los detestaba. Por eso, de un momento a otro veo como, en cámara lenta para mi, Harry delante de la portería se lanza para atrás y el balón entra al arco.
Jamás había gritado tan fuerte en mi vida.
Y corrió como loquito hasta la esquina en donde nos encontrábamos para empezar a bailar y colocarse la pelota bajo el polo. Las personas empezar a gritar aún más al igual que mi cuñada y mi suegra que se acababan de enterar que seríamos padres.
Con toda la euforia encima, el árbitro acabó el partido al minuto 91.
Lo había hecho, él hizo campeón a Inglaterra.
La garganta me dolió cuando lo ví alzar la copa del mundo entre sus brazos. Se veía radiante, feliz, y yo estaba orgullosa. Bajamos corriendo como locas hasta la cancha y cuando nos permitieron ingresar, me lancé sobre él y lo besé. Él me tomó entre sus brazos y me susurró que me amaba.
—Ese fue un golazo, mi amor —mis manos toman sus mejillas rojas.
—Por favor, tu eres mi mejor gol —y derretida, vuelvo a besarlo.
—¡Harry, Georgina! Una foto.
Un fotógrafo nos hace girar. Me coloco delante de él y con la copa del mundo entre nuestros pies y sus manos acariciando mi vientre, sonreímos compartiendo uno de los mejores momentos de nuestras vidas.
🌻🌻🌻
Porque felizmente Harry es buen cantante pero vale la pena soñar JAJAJAJA
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Mundo Harry (One Shots)
FanficEn este libro Harry Styles es como Barbie, él es todo lo que quiera ser. One Shots de este hombre hermoso. 🥈 #styles - 18/12