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G I R A S O L E S    P A R A   L U C Í A 

G I R A S O L E S    P A R A   L U C Í A 

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Harry.

Bajo de mi auto apresurado, camino hasta la puerta y el sonidito de la campana en ella me hace saber que ya me encuentro dentro. El aroma a flores me invade y cierro los ojos un momento para permitirme disfrutarlo.

—¿Te puedo ayudar en algo? —mis ojos se abren y delante mío se encuentra ella con una gran sonrisa.

—De hecho, sí —sonrío de lado. —Busco flores para mi madre, es su cumpleaños y no se que flores regalarle exactamente —me encojo de hombros.

La chica delante mío tiene en sus ojos pequeños destellos y me hace querer mirarlos más de cerca.

—Claro, puedo ayudarte —sonríe tiernamente. —Sígueme.

Escuchando la melodía de fondo de la pequeña florería, camino tras ella mientras nos abrimos paso por los pasillos de herramientas de jardinería para finalmente llegar al de flores.

—Aquí tienes cualquier cantidad de especies, margaritas —señala las flores blancas con amarillo. —Rosas de todos los colores, tulipanes, cartuchos, girasoles, puedes encontrar lo que quieras —asiento y la veo desaparecer.

No digo nada y me limito a buscar las benditas flores, pero no tengo idea que comprar. Me jalo los rulos frustrado y con pasos apresurados camino hasta el mostrador donde se encuentra Lucía, según el nombre puesto en su mandil, escribiendo con el ceño fruncido.

—Eh.. Lucía —ella levanta la mirada y su gesto sigue igual, sin embargo la veo reírse sola cuando se da cuenta que su nombre es fácil de conocer para cualquier al que entre aquí.

—¿Pudiste elegir? —pregunta curiosa y me atrevo a decir que parece querer burlarse de mí.

—Necesito que me ayudes, no me puedo decidir, todas son hermosas, además mi madre es un poquito impredecible —llevo una de mis manos a mi cintura y bajo la cabeza rendido. —Cada año cambian sus flores favoritas.

Ella ríe y asiente. Volvemos por el mismo camino hacia las flores.

—Las margaritas son hermosas —dice tomando una y oliéndola.

Sus pecas resaltan ante el color blanco de la flor y sus ojos grises destella como dos luceros. Por un momento me pierdo observándola y me pongo rojo cuando me doy cuenta que me ha atrapado.

Ambos sacamos la vista del otro y nos encargamos de mirar qué flores compraré finalmente. Pasan algunos minutos en silencio pero me es imposible no observarla tanto tiempo, es preciosa.

—¿Cuáles son tus flores favoritas? —ella gira hacia mí y mueve su cabeza para que la siga.

Casi al final de la florería se encuentra una puerta, al abrirla, me quedo boquiabierto. Una gran cantidad de girasoles aparecen a mi vista, es un cultivo. Las flores se mueven con el aire y me quedo sin palabras.

Mundo Harry (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora