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N I G H T   C H A N G E S

N I G H T   C H A N G E S

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Harry.

—¿Se acabaron las cajas de cereal? 

—¡Si! —grito desde el pasillo.

Cuando al fin llego a la cocina me encuentro con mi novia con los brazos en la cintura y el ceño fruncido.

—Pudiste avisar ayer y pasaba por el supermercado ¿Ahora que voy a comer antes de ir? —su boca se hace un puchero y me acerco con una sonrisa de costado.

—Lo lamento, se me fue —tomo entre mis manos su rostro y este se relaja.

—No importa ya —suspira. —¿Qué tal me veo?

Cat se aleja solo un poco y me permito verla de arriba hacia abajo. Se veía preciosa, ese vestido rojo le quedaba ceñido a su cuerpo y dejaba ver las curva de su cadera. Sin embargo, no puedo evitar sonreír cuando veo un brillo cómplice en su mirada.

—Ya sé lo que estás pensando —me señala con el dedo. —No fue apropósito —se encoje de hombros y toma su bolso de la mesa.

—Vámonos ya, corazón.

En el camino vamos oyendo música tranquila, el sonido de Payphone de Maroon 5 hace que golpetee el volante con las manos y cuando estoy por tararear el coro, la voz de Adam se detiene para ser sustituida por la de ¿Liam?. No puedo evitar mirar a Cat y su mirada traviesa me termina conquistando. Nos miramos un segundo pero es lo único que basta para relajar mi rostro. No es que la música de One Direction no me agradara, es solo que me hacía recordar épocas que no volverían, y eso, eso aún me costaba aceptar.

Parqueo el auto cuando termina de sonar Strong y ambos bajamos para caminar tomados de la mano hasta la casa de los padres de mi novia.

—¡Hija! —el padre de Cat la envuelve en sus brazos y ella se esconde en ellos. 

—Como va todo, Will —ambos nos palmeamos la espalda para continuar por la entrada de la casa. 

El olor que nos recibe es el típico pavo horneado de la mamá de mi novia, quien se lanza a mis brazos apenas me ve.

—¿No podías decirle que eligiera otro vestido? —me dice al oído Maureen cuando vemos a lo lejos como Cat saluda a su familia.

—Se ve preciosa —es todo lo que digo.

Y veo como a pesar de querer regañarme, ella sonríe de lado asintiendo.

Saludo a todos, primos, tíos, sobrinos y abuelos de Cat. La cantidad de gente dentro de la casa hace que la bulla crezca cuando todos conversan al mismo tiempo. 

—¿Qué tal va la vida, muchacho? —me dice el abuelo de Cat.

—Bastante tranquila, Jeff, más de lo que me gustaría admitir —suspiro y lo miro.

—Eso es bueno luego de haber tenido una vida tan agitada, hijo —dice el viejo dándome una palmada en la espalda.

—No estoy tan acostumbrado a estar en un mismo lugar tanto tiempo —hago un gesto y me desabotono el primer botón de mi camisa. —Es extraño estar en casa tanto tiempo también.

Por alguna extraña razón me estaba costando un poco hablar del tema, aunque fuera Jeff y él me hubiera regalado toda su confianza desde que me conoció, me estaba costando.

—No hay locura más sabia que renunciar a todo eso por amor —Jeff me mira y luego mira a su nieta. 

Veo también a Cat, ella ríe junto a su prima Jill, se ve contenta, está radiante.

—Ella es muy feliz contigo ¿Lo sabes, verdad?

Asiento, claro que lo sé.

—Por eso no dudé en dejar todo para venir con ella a vivir a Australia.

No lo había hecho, y tampoco me arrepentía. Recuerdo que Cat lloraba recostada sobre mi pecho cuando me contó que había conseguido el trabajo de sus sueños. Una gran empresa le había ofrecido el puesto que siempre había deseado ¿Quién era yo para arrebatárselo? Ella había vivido conmigo de país en país al menos por tres años. Había soportado los ataques constantes, las falsas relaciones que me creaban y a mis tontos pero grandes compañeros de banda. Ella me había acompañado a vivir mi sueño. ¿Por qué yo tendría que quitarle las posibilidades de vivir el suyo?

Ella no quería dejarme, y yo no quería dejarla. Pero nuestras vidas no serían compatibles si es que yo seguía con la vida que había construido. 

Así que lo decidí un día dando un concierto en Italia. Ella se encontraba junto a una amiga a un lado del escenario bailando. Recuerdo voltear a verla mientras cantaba mi parte de Night Changes y pensar que ¿Por qué tendría que cambiar algo entre nosotros a pesar de que cambiaría todo lo que tenía por ella? Apenas llegamos al hotel se lo comenté, y aunque se negó porque las dudas corrían por su mente, no me importaba. 

Me iría con ella a Australia.

—De acuerdo, vengan todos un momento, por favor —el padre de Cat llama a todos al jardín. Su familia se acerca y cuando estamos reunidos al fin, continúa. —La celebración de esta noche es en honor a Harry y Cat, hace una semana, este muchachote me pidió la mano de mi pequeña —se oyeron gritos y aplausos. —Sé que serán muy felices juntos, felicitaciones.

Sonreí cuando ella sonrió y la pegué más a mi cuando sentía que no quería dejarla escapar nunca.

—¡Que hable Harry! ¡Que hable Harry! —gritaban las primas de mi novia.

—Primero que nada, gracias por haberme recibido en su hermosa familia y hacerme sentir querido y acogido, más aún cuando estoy tan lejos de casa —digo con mi copa en alto. —Cat, mi amor, tú sabes todo lo que siento por ti. Te conozco desde que tengo dieciocho años y ahora nos vamos par los veinticinco, sé que solo estamos envejeciendo y créeme que es algo en lo que he estado pensando últimamente ¿No te enloquece pensar lo rápido que cambia la noche? Pensar que hace unos años por estas fechas estábamos quizá bailando en una discoteca en alguna parte del mundo y ahora estoy siendo el hombre más afortunado porque vas a casarte conmigo.

Veo como Cat tiene lágrimas en los ojos y me sonríe, me sonríe con amor y con felicidad, dos emociones bonitas que me he encargado de dibujarle en el rostros desde el día en el que la conocí.

—Y aunque la vida pase y las noches cambien tan rápido, cariño, eso nunca nos cambiará a ti y a mi.

Y la beso. Oigo aplausos, silbidos y vitoreos que aceleran el corazón de ambos. 

Pero no se aceleran tanto cuando vamos de regreso a casa. Tomo la ruta de la playa y presiono más el acelerador. La carretera oscura se ilumina por la luna y por Cat, porque brilla justo cuando la gran bola blanca le pasa a través de su cabello e ilumina su piel. Ella me dice que me ama y yo pienso en todo lo que hemos recorrido para estar aquí. Le doy un beso en el dorso de la mano y prometo amarla aunque las noches cambien, porque sé que a pesar de eso, no cambiaremos ella y yo.


¡Holaaaa!

Cuanto tiempo sin escribir por aquí, lo extrañaba y mucho :(

¿Hay alguien o estoy solita ya? Repórtense por aquí si quieren leer más One Shots porque prometo volver.

Espero se encuentren bien todxs.

Un abrazo inmenso besties.

Clau.



Mundo Harry (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora