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S T U C K   W I T H   Y O U

S T U C K   W I T H   Y O U

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Arianne.

—¡Ya basta, Harry! ¡Déjame tranquila!

Cuelgo el teléfono y lo lanzo junto con mi cuerpo a la cama.

Estaba agotada mentalmente de este juego de mierda.

Estaba cansada de pelear y de oírlo reclamarme. Peleábamos, siempre lo hacíamos, pero por alguna extraña razón, aún permanecíamos juntos. Porque ninguno quería alejarse de este círculo tan vicioso que habíamos creado, girábamos intentando cuidarnos pero nos destrozábamos siempre que nos tocábamos, ambos lo sabíamos, estaba claro.

Pero aún así ninguno quería alejarse.

Nos conocimos en la universidad. El me ayudó a levantar los libros que algún bendito idiota me había hecho botar y el resto fue historia. Conectamos muy rápido, yo sabía que él era una persona de carácter complicado y él sabía que yo era más sensible de lo que parecía, pero a pesar de que por todos lados la mejor salida fuera quedar como amigos, nos sumergimos en una relación de casi ya cinco años. Admitiré que tuvimos más bajas que altas, más peleas que buenos momentos pero el ser humano se encarga de solo recordar las mejores historias justo en el preciso instante en el que quieres mandar todo a la mierda.

Y eso me pasaba siempre. 

Claro que había intentado dejarlo, muchas veces, pero nunca pude ser firme conmigo misma, bastaba que él viniera a la puerta, me diera un beso o hiciéramos el amor para que me tuviera a su lado nuevamente. Harry era buena persona y también un buen novio. Debía mejorar, siempre lo repetía él mismo, y yo lo tenía claro, sin embargo su terquedad de no pedir ayuda profesional y mis ganas de reparar cosas rotas nos ganaron y aquí estábamos, hechos una mierda pero siendo el uno para el otro. 

La puerta de mi departamento suena y con toda la pesadez del mundo, me levanto hacia la sala. Camino arrastrando los pies, esperaba que no fuera ningún vendedor ni absolutamente nada que pudiera perturbar más la poca paz que me quedaba en este momento. Abro finalmente la puerta y al ver esa figura parada delante mío suspiro y solo lo dejo pasar.

—Traje comida china, Ari —dice colocando las bolsas sobre la mesa.

—De acuerdo, gracias —digo y camino de vuelta hasta mi cuarto.

La rutina de siempre, la visita esperada de siempre después de cada bendita pelea.

Siento que camina detrás mío y cuando me lanzo a la cama con la espalda hacia la puerta, siento como detrás mío un cuerpo tibio me abraza.

—Cierra la puerta —y oigo que lo hace. —Una falta más y estás fuera —susurro cuando siento su nariz en mi cuello.

—De acuerdo —responde de la misma manera.

Mundo Harry (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora