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L I T T L E    F R E A K

L I T T L E    F R E A K

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Harry.

El timbre suena y avisa que la última clase del día ha finalizado. Recojo mi cuaderno para meterlo a la mochila y soy el primer en salir del aula.

Los pasillos se llenan de estudiantes por el cambio de horario y los esquivo queriendo irme a casa cuanto antes.

La mala suerte me ha acompañado desde siempre y cuando estoy por el estacionamiento, escucho a lo lejos una risa que tiempo atrás se encargaba de llenarme el corazón de felicidad.

Intento no voltear pero me es imposible porque necesito verla. Y aunque todo mi cuerpo y mi mente dijeran que no, mis pies giran hacia ella.

Y ahí estaba.

Se reía de algún chiste de sus nuevos amigos. Sus jeans rasgados dejaban ver lo mucho que el gimnasio le había funcionado, sus botas negras la hacían ver ruda y el pequeño top negro que traía dejaba a la vista el piercing en su ombligo.

Fer se encontraba tan parecida pero tan distinta a lo que era, a lo que conocí.

Me enamoré de Fer cuando empezamos a estudiar en la academia de preparación para ingresar a la universidad. Ambos teníamos dieciocho años y ella estaba harta de las reglas que había tenido que soportar toda su vida. Su rebeldía y ganas de vivir la vida la arrastraron a perderse en un mundo lleno de diversión del que la rescaté.

La rescaté sin que ella me lo pidiera.

Y eso me escupió el último día que hablamos, hace un año atrás.

Mis ojos viajan por la cantidad de hombres que la rodean y suspiro pensando en cuál de ellos va a acompañarla a casa.

Me subo al auto y conduzco lejos de ahí antes de querer regresar y preguntarle qué fué de su vida, por qué cambió tanto.

Fer y yo nos hicimos amigos desde el momento en que ambos fuimos obligados a darnos un beso por unos matones de la academia.

Nuestro primer beso fue un trauma.

Ella era la típica niña que había sido cuidada como si fuera de cristal y yo era el niño nerd que esperaba convertirse en el mejor ingeniero de Londres. Éramos raros, motivo suficiente para que nos hiciéramos amigos y nos defendieramos de cualquier idiota que buscaba aprovecharse de alguno.

Siempre me preguntaba qué hacía que Fer desperdiciara toda su paciencia y virtudes en mi. Su manera de enseñarme algo con amor y quedarse a mi lado cuando ni yo mismo me soportaba me hacía pensar que ella nunca se iría de mi lado.

Pero la vida te da sorpresas.

Dejo las llaves del auto sobre la encimera de la cocina, me siento en la silla para servirme un vaso lleno de agua. Mi mirada viaja hasta aquel espacio de mármol en el que muchas veces Fer se sentaba cada vez que me acompañaba a casa.

Mundo Harry (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora