Capítulo 31: KREINOSON

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Dando saltos y caminando rapidamente en pleno bosque, el sujeto se dirigía hacia un lugar. Llegó a una vieja cabaña de madera la cual mostraba un estado deplorable; entró y bajó unas escaleras rapidamente.

Llegó a un pasillo de piedra subterráneo, largo e iluminado por antorchas. Luego de recorrerla llegó a una sala circular donde varios hombres en una mesa estaban comiendo; uno de ellos estaba sentado en una silla roja. Al llegar, todos presentes en el lugar lo voltearon a ver.

—Están listos, Santer

—¿Estás seguro?, estoy disfrutando este pollo, no lo quisiera desperdiciar

—Confirmadísimo por mis ojos; observé el carruaje que utilizarán para transportar el arma, esta blindada por láminas de acero

—Fácil—da un mordisco a lo que estaba comiendo y se ríe—esas laminas nos servirán para el futuro, podríamos hacer un regalo a Krein...; ¿Un adorno?—preguntó volteando a ver a otro hombre

—Debemos actuar de inmediato—dijo el sujeto con firmeza

—Relájate, te vez pálido, come algo

—Hemos hablado de la escolta que llevarán, 3 Guardiadoros, dos adelante y uno atrás; observé a otro...

—¿Otro Guardiadoro?

—No se miraba como tal, pero llevaba con si una espada y un escudo

—¿Cómo eran?

—La hoja de la espada era de color naranja y el mango era azul con un toque de verde...

El sujeto de la silla roja, Santer, se detuvo de comer.

—¿Y su..., escudo?—preguntó lentamente, con temor

—Circular, de color azul oscuro; tenía dibujado un círculo en él

Santer casi se atraganta luego de escuchar eso; toce mucho y bebe algo para dejar de hacerlo. Luego se levanta rapidamente.

—No me jodas..., ¿Era ese linaje bendecido?—preguntó seriamente poniendo ambas manos sobre la mesa

—Supongo...

—¡Mierda!—le da un golpe a la mesa fuertemente—ya era un dolor de cabeza hace años y ahora sigue siendo un grano en el culo

—No puede ser él, recuerda Santer—habló otro sujeto que estaba ahí en la mesa—él murió al mismo tiempo que Morday desapareció, ¿Cómo era su nombre?

—Arley...—contestó

—El sujeto que yo vi era joven, un niño casi...—comentó el otro sujeto

—¿Joven?, entonces debe de ser su maldito hijo..., eso quiere decir que es igual o peor...—lanza el plato de comida hacia una pared—¿Será parte de la escolta?

—Es probable, no creo que este ahí de visita; lo más probable es que el alcalde de ese pueblo ya le informó todo el plan y de nosotros incluso

—El desgraciado no está aquí por Krein, él solo será un contratiempo que intentará resolver, está aquí por Morday; su castillo ha empezado a reconstruirse y ya la gente está alterada, en la ciudadela ya hay terror pero a la misma vez esperanza puesto en el infeliz; supongo que es famoso...

—Debemos seguir con el plan—comentó otro sujeto

—Obviamente que seguiremos, ese sujeto no nos va a intimidar en lo más mínimo, me importa una mierda quien sea, somos más en número; recordemos como éramos un problema para Arley cuando llegó al castillo; de todos modos nuestro objetivo es evitar que esa arma llegue a su destino, destruyéndola o robándola—observa una máscara de acero color rojo en la pared—y de paso eliminar el trabajo de Elo...

—Partirán en la noche, no vi movimiento en este momento

—Maravilloso, tenemos tiempo para prepararnos

—¿Qué haremos con el arma?

—No tengo idea...—respondió Santer—talvez utilizarla contra el mismo pueblo que la creó, así demostrarle que a Krein no se le amenaza, se le reza

Todos en la sala asintieron.

—Saldremos a primera hora mañana, por ahora solamente mentalícense sobre el trabajo de mañana; no será fácil, mucho menos ahora que sabemos que un residuo de Arley estará presente; sean fuerte, sean determinados, nada nos detendrá, cumplan su deber, porque Krein lo adora

Todos asintieron. Acto seguido Santer observa su plato destrozado en el suelo y su comida en la pared.

—Ese pollo estaba muy bueno...—dijo él con un tono de arrepentimiento 

El viaje de la grandezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora