Capítulo 32: La escolta y el asalto

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Al llegar la mañana siguiente, no perdieron tiempo y alistaron todo lo necesario. Billy conoció a los Guardiadoros para entablar una relación.

Rapidamente El Vengador fue introducido dentro del carruaje; este era de madera, de un tono negro suave; tenía una cabina ancha, de 2 metros aproximadamente, su forma era cubica completamente, escatimaron en detalles. El proyectil estaba guardado en una caja de madera reforzada por barras de hierro.

A Billy le habían conseguido lo que quería, una yegua; ya Daslin había hecho lo suyo con ella. Se acercó al carruaje y se bajó para luego aproximarse a Thoros.

—Yo ya estoy listo—dijo él dando un aplauso

—Muy bien, nosotros también

—¿Cuánta es la probabilidad de que KREINOSON aparezca?

—98%

—Diablos, si están interesados...

—Ni lo menciones...; a menos de que estén haciendo otra cosa increíblemente más importante, no se presentarán; de lo contrario vete preparando una estrategia para proteger el carruaje; sabiendo como son, habrá 2 metas; robar a El Vengador o hacerla explotar justo donde se encuentre; no sé cuál es peor...

—No tengo una estrategia como tal, sino buenas armas y una ayuda extra—voltea a ver a Daslin

—Eso me gusta escuchar

El aviso de que ya estaban listos para partir es anunciado. Billy antes de montar a Daslin se detiene y observa los caballos del carruaje.

—¿Esos caballos son propiedad de los Guardiadoros o de ustedes?—preguntó rapidamente

—De ellos, son sus caballos personales, ¿Por qué la pregunta?

—Curiosidad solamente

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El recorrido empezó muy bien, Billy se encontraba atrás manteniendo su posición, guardaba una distancia considerable. El Guardiadoro de la parte trasera del carruaje estaba atento a todo, mirando a todos lados mientras sostenía un arco. Los de adelante estaban tranquilos, hablaban entre ellos pero sin dejar de mirar el área.

El recorrido era interesante, el bosque era nublado en ciertas partes; era agradable encontrarse con un huerto a la hora de que la neblina se fuese, era como descubrir un tesoro.

En todo el camino atravesaban puentes, sobrepasando hermosos ríos de agua cristalina donde podías notar sin esfuerzo a los peces nadar y a las rocas que se intentaban ocultar en el agua.

Luego de varios minutos, se encontraban en un camino de piedras pequeñas, en la ladera de una montaña; el camino era ondulado respecto a la formación de la montaña, parecía una serpiente.

—Bueno..., ya pasó un buen tiempo y no se han pronunciado—dijo Billy

—Mejor

—La gente está loca, ¿Cómo pueden adorar a algo como a un dragón?

—Influencia de Ayot; desde la creación de Las tierras de Eloshem se ha dado una lucha interminable entre la influencia de Elo y Ayot; veremos quién gana al final...

—Bueno..., debemos de ser el mejor soldado de Elo, entonces

—Exacto—dijo Daslin asintiendo con la cabeza

Desde más arriba de la ladera, pequeñas piedras empezaron a caer al camino donde ellos se encontraban. El Guardiadoro de atrás reaccionó levantándose para acto seguido apuntar hacia arriba.

El viaje de la grandezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora