Capítulo 20: Encontrando nuestro capitán

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El horizonte del océano hacia presencia de su incomparable belleza, Billy y Daslin habían llegado a un acantilado, donde las incontables olas colisionaban con el muro de rocas que se alzaban hacia las alturas. Daslin giró su cabeza y pudo observar una aglomeración de barcos de múltiples tamaños y colores.

—Billy, observa—señala hacia donde está mirando

Volteó la mirada y se unió a la vista que Daslin presenciaba. Había barcos de tamaños diferentes, de colores diferentes, había Galeones, Botes, Barcos adornados, Canoas, Galeras, Clíperes, Fragatas, Barcos de vapor, Barcos pesqueros, etc....; absolutamente todos se dirigían a tierra, muy pocos iban a mar abierto. Billy movió el caballo para ver hacia donde se dirigían todos, talvez sea un buen lugar donde empezar a buscar. Se acercó hasta la orilla del acantilado y miró hacia abajo; el lugar a donde se dirigían los barcos era una ciudad muelle, desde donde estaba podía intuir con facilidad de que ese lugar estaba infectado de capitanes.

—Debemos pedir a alguien que nos lleve—dijo Billy

—¿Pedir?, ¿No vamos a agarrar un barco turístico que nos lleve hasta Polar?

Polar era el puerto de las Montañas Nevadas Frillios, el punto principal al llegar por barco.

—Daslin..., te recuerdo que soy pobre..., no tengo dinero; los barcos turísticos son caros y además no es tan fácil como subirte a uno y listo, debemos esperar y hasta tener reservación; muchas cosas las cuales no quiero hacer

—¿Entonces buscaremos un barco aventurero?

—Exacto, ellos no cobran nada y parten cuando deseen

—Bueno..., esperemos encontrar uno

—Vamos—dijo Billy cabalgando hacia el lugar

Llegaron a la entrada de la ciudad, arriba había un rotulo que decía: "Bienvenidos a Perla, ciudad muelle", el nombre "Perla", estaba hecho de perlas, una adorno muy peculiar pero ingenioso. La ciudad era todo lo que un amante del océano, quisiese; había casas, bares, tiendas, lugares con mujeres, etc....

Billy entró a Perla montando el caballo, no hubo problema alguno hasta que llegaron cerca de los muelles donde un sujeto los detuvo.

—Detente por favor—dijo sin elevar la voz, solamente la mano

—¿Qué sucede?

—No se permiten animales en los muelles a menos que sean para transportarlos, ¿Transportarán al caballo?

—En realidad, no...; quisiera pero estoy seguro de que cuesta unos cientos de Asielos...

—Lo siento, chico

—Está bien, gracias

Acató las reglas como se debía y se despojó del caballo, prosiguió a caminar hasta el muelle con la esperanza de encontrar un capitán y un barco disponible para que los llevara.

Habían llegado al muelle, había más de 20 a lo largo de la ciudad, la actividad de ella era increíble, jamás paraban de llegar más barcos, se iba uno, venia otro, se iba uno, venia otro, así consecutivamente. Billy empezó a caminar en el muelle principal, era larguísimo y ancho, tanto como un barco; había 6 barcos en todo el muelle, todos iban llegando, iban bajando cajas, barriles, etc...., casi todos eran mercaderes, solo 2 eran turísticos.

—Diablos..., no creo que podremos encontrar a alguien aquí—dijo Billy

—Busquemos en los otros muelles—dijo Daslin luego de salir de la botella

—No quiero buscar y buscar

—¿Cuál es la prisa?, relájate Billy

—Ya lo sé solo que quiero al menos tener un lugar seguro donde poder encontrar lo que quiero sin estar dando vueltas y vueltas...

El viaje de la grandezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora