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   El dolor de cabeza punzante me obligó a recostarme un momento

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   El dolor de cabeza punzante me obligó a recostarme un momento.
   El simple hecho de pensar que debía dar una fiesta esta noche me había logrado estresar. No me gustaba ser el centro de atención, me consideré siempre alguien muy reservado.
Seokjin me había sugerido hacer una celebración por la nueva mansión. Me volvió loco dándome mil razones por las cuales debía hacerlo. Terminé por aceptar para que me dejara en paz.

   Compré la mansión luego de vivir un mes y medio en un hotel con Seung. Quería más espacio. Un jardín amplio en el cual el pequeño Min pudiera divertirse. Una cochera con suficiente espacio para los autos. Habitaciones para el personal. En fin, me sentía más relajado al tener mi espacio.

   Seokjin era uno de mis mejores amigos. Lo ha sido desde que éramos adolescentes. Vivía en Seúl y manejaba una agencia de autos deportivos. Decidió aparecer para echarle un vistazo y darme su opinión, que nunca he pedido, sobre la casa. Al parecer le gusto tanto que imaginó donde sería la fiesta. En qué lugar poner al dj. Donde podría ir la barra y las luces. Dejé caer mis  hombros cuando finalmente se fue.
   Seung pasaría la noche con el hijo de Seokjin. Habían logrado llevarse bien a pesar de que el pequeño Kim le llevaba un año.

   Tomé un baño de burbujas. Eché mi cabeza hacía atrás y cerré los ojos. El dolor de cabeza continuaba.
   Dejé que Seokjin invitará a quienes quiera. Sabía que serían personas de nuestra clase. Empresarios, multimillonarios. No tenía por qué preocuparme. Pero una persona en particular daba vuelta en mi cabeza.
   Me mordí la uña intentando controlar el impulso. Solté un suspiro, sabiendo que me arrepentiría, y tomé el celular.
   Busqué su nombre en los contactos y lo llamé.

    —Jimin, ¿qué tal?
    —Hola, Yoongi. ¿Qué cuentas? —respondió el rubio del otro lado.
    —Mira, daré una fiesta esta noche. Idea de Seokjin —puse los ojos en blanco—. Será en la mansión que te mostré hace unos días. ¿Lo recuerdas?
    —Claro, ahí estaré...
    —Espera —me apresuré a decir. Me mantuve en silencio unos pocos segundos. Finalmente abrí la boca—. Trae a Leia. Esta invitada al igual que tú.
    —Bueno, que amable. Estaremos ahí esta noche. Gracias Yoongi —cortó.

    No tenía idea de lo que hacía. No entendía porque esa mujer había estado en mi mente en este último mes y medio. Desde que la conocí. Tal vez era la forma en que trataba a mi hijo. O lo que Seung me contaba de ella con una sonrisa en su pequeño rostro. Pero quería verla, aunque sea de lejos. Aunque verla con él me provocara un extraño dolor en el pecho.

    Busque una camisa negra. Un pantalón de pinza del mismo color y unos zapatos acharolados. Peine mi cabello hacia atrás y busqué algún perfume fuerte pero rico.
   Miré por la ventana. Los autos comenzaban a llegar. Seokjin parecía estar más emocionado que yo. De hecho esto parecía una celebración para él y no para mí.
   
   La música rebotaba por todas partes. Baje para encontrarme con una alfombra carmesí en la entrada. La cual continuaba hasta una de las salas más amplias.
    Abrí las puertas y me encontré con un grupo de personas allí. Un mozo pasó por mi lado y atine a tomar una copa. La bebí de un sorbo. Tal vez el alcohol calmaría la jaqueca.

    La noche avanzó. La gente se había multiplicado. Bebí lo suficiente como para reír por estupideces sin sentido.
   Seokjin había dejado entrar a algunos fotógrafos. Intenté escapar y cubrir mi rostro de ellos, no estaba en condiciones de que me vean de esta manera.
   Saludé a algunas personas a lo lejos con la mejor sonrisa forzada que tenía en ese momento. La música comenzaba a sonar más fuerte y las luces me mareaban en cada paso de que dada.
   
Alcé la vista y la encontré entre la multitud. A lo lejos. Sus labios rojos se llevaron toda mi atención. Sus ojos se clavaron en los míos y atinó a sonreír. Su brazo estaba rodeando el de Jimin.
   Como si fuera algo automático, mi semblante fue serio otra vez. La mirada de dolor de ella fue un puñal en el pecho. Aparté mi vista y me escabulli entre la multitud

   Corrí hacía una de las habitaciones de abajo. Aflojé mi camisa para poder respirar mejor. Llevé los mechones que tenía en mi frente hacia atrás, con el resto del cabello.
   Me odiaba. Me parecía ridículo que algo así me doliera. Ella no era nadie, apenas sabía su nombre y a que se dedicaba. ¿Qué demonios me pasaba? ¿Qué hacía que me provocaba sentir algo así? Negué con la cabeza dispersando todos los pensamientos. Acomodé mi camisa dentro del pantalón y desabotoné los últimos tres botones.
   
   Mi cabeza daba más vueltas de lo normal. Apenas podía caminar bien. Me dirigí a la fiesta. Las luces blancas se habían apagado. La gente bailaba al ritmo de la canción. Seokjin saltaba como un demente entre la multitud emborrachada.
   Tambaleé sobre uno de los mozos.
   —Yoongi —una mucama se me acercó. Me sostuvo por la cintura, atiné a caer—. ¿Está bien, señor?
   —Sí, Carmela —me zafé—. Solo quiero bailar —tropecé nuevamente.
   —Déjame a mí. Yo me encargó —esa dulce voz me envolvió como un manto de seda.
 
   Me dejé llevar. Sentí unas manos en mi cintura. Colocó mi brazo sobre sus hombros. Entrecerré los ojos y caminé a la par. Imágenes borrosas.
   Sentí caer mi cuerpo sobre el suave colchón. Abrí los ojos y la vi. Su sonrisa, como la de un ángel. Acarició mi frente. Todo fue negro otra vez.

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Ay por deoooosss¿Que opinan del cap? ¿Se dan una idea de quien puede ser la que rescató a Yoongi?¿Por qué será que siente lo que siente? Lxs leo <3 

Enseñame a amar - Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora