Baje una vez que el desayuno estuvo listo. Carmela me había avisado con un par de golpes en la puerta de mi habitación.
Espere en el jardín por Seung. Seokjin lo dejaría pronto aquí.
El mal humor se activó en mi cuando Jisoo apareció con su impecable sonrisa y positividad ante la vida.
—Buenos días, Min —se sentó a mi lado y tomó una de las tostadas.
—Buenos días —respondí entre dientes.
— ¿La has llamado? —masticó tapando su boca fucsia.
— ¿A quién?
—Hay vamos Min, sabes de quien hablo. ¡Carmela! —Buscó con la mirada a la muchacha—. ¿Puedes traerme café, por favor? Gracias, cariño. Y bien, llámala.
—No sé de qué hablas.
—Eres orgulloso, Min Yoongi. Es por eso que te va mal en el amor.
— ¿Amor? No me interesa el amor.
—Claro. Fingirás que no te sucede nada con Leia, ¿verdad? De mientras el joven que la acompañó anoche, tratará de conquistarla. Bien por ti.
—Mira, Leia no quiere nada conmigo. Yo no sirvo para las relaciones, lo pudiste comprobar, ¿no? —Asintió lentamente con una sonrisa—. Bien, estoy bien solo.
—Como digas, Min.
La voz de Seung se hizo presente. Sonreí al verlo correr hacía mí.
— ¡Papá! ¡Mamá! —se aferró a mis brazos. Luego besó a su madre con una sonrisa.
— ¿Cómo has estado, amor? —Jisoo acarició su cabello.
—Lo pasé genial, me divertí mucho.
—Me alegro, Seung —me acomodé en mi asiento.
—Papá, ¿podemos ir a ver a Leia? —suplicó. Levanté la mirada hacía Jisoo, la rubia enarcó una ceja y ladeó una sonrisa hacía mí.
—Hoy no trabaja —recordé. Tal vez me permitiría zafar.
—Podemos ir a su casa. Se alegrará de verme luego de tantos días.
—No creo que sea...
—Sí, es cierto. Estará feliz de verte. Llévalo, Yoongi —Jisoo se puso de pie—. Iré a la manicura. Necesito un service.
Resoplé cuando la rubia se marchó. Los enormes ojos suplicantes de Seung se clavaron en mí. Terminé accediendo.
◇
Seung corrió por el pasillo hasta encontrar el departamento de Leia. Acomodé mi cabello en cuanto lo vi tocar el timbre. Arregle las solapas de mi camisa y erguí mi pecho.
Forcé una sonrisa la cual desapareció en cuanto vi quien abrió la puerta.
— ¡Yoongi! ¿Qué haces aquí? —el castaño levanto sus cejas.
—Pues... —baje mi mirada hacia Seung que miraba a Tae con la boca abierta.
—Oh, tú debes ser Seung —revolvió el cabello. El niño se quejó.
— ¿Quién es, Tae? —Leia apareció detrás de él con las manos llenas de harina. De seguro cocinaban juntos cual pareja—. Oh, señor Min —hizo una reverencia. Una molesta e inútil reverencia—. ¡Seung!
— ¡Leia! —el pequeño corrió empujando a Tae hasta aferrarse a la cintura de la joven.
—Adelante —Tae se hizo a un lado para dejarme pasar.
—Solo estaré un momento —caminé siguiéndolos.
—No te preocupes. Leia y yo preparábamos muffins.
Observé las manos de Taehyung, limpias. Como si no hubiera tocado ni siquiera la bolsa de harina.
Seung se sentó a mi lado. Ellos dos caminaron hacia la cocina, donde ya no podía verlos. El silencio era incomodo, a pesar de tener a mi hijo cerca.
Finalmente Tae apareció con su nariz manchada. Sonreía apenado. Se sentó frente a mí.
— ¿Quieres algo de beber?
—No. Gracias —nuevamente el silencio. Leia apareció secando sus manos con su delantal—. Leia, ¿te molestaría que Seung se quedé contigo por una hora? Él quería verte, pero yo tengo cosas que hacer.
—No, no me molesta —respondió determinante—. Ve a hacer tus cosas, él puede quedarse conmigo el tiempo que guste.
—Bien, gracias. Volveré pronto Seung —al pequeño pareció no importarle mucho. No en cuanto Tae le mostro unos videos juegos en su celular y caminaron tomados de la mano detrás de Leia.
Esa simple imagen me hirvió la sangre. Escapé tan rápido como pude. No tenía nada que hacer, pero no podía ver esas escenas.
◇
Pedí algo de comer en el restaurante al cual solía ir. Intenté relajarme y pensar en otra cosa que no sea Leia.
Rodé los ojos cuando vi a Jisoo entrar, como si supiera como encontrarme cada vez que lo quisiera.
Se sentó frente a mí. Dejó su cartera a un lado y se retiró los lentes de sol.
— ¿Qué haces, Min?
—Como.
— ¿Dónde está Seung?
—Con Leia.
— ¿Por qué no te has quedado? Era la oportunidad para que hablaras.
—Estaba con Taehyung.
— ¿El chico guapo que la acompañó anoche? —le lancé una mirada fulminante. Se encogió de hombros.
—Sí, ese.
—Mira, Yoongi. La vida es demasiado corta como para quedarse con las palabras a medio decir, o este caso, sin siquiera decirlas. Nunca sabrás lo que ella siente si no intentas al menos averiguarlo.
—Pero...
—Haz lo que quieras, eres demasiado grande, ¿verdad? Pero no te arrepientas luego porque tu orgullo no te deja avanzar hacia lo que realmente quieres —se puso de pie—. Te veré en casa.
Me quedé sentado allí, pensando en lo que me había dicho. Mi orgullo era demasiado grande como para darle la razón. En mi interior había una lucha constante, porque sabía, sabía perfectamente que ella decía la verdad.
Tarde o temprano debía asumir esa responsabilidad.
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Enseñame a amar - Min Yoongi
FanfictionMin Yoongi, un exitoso empresario, recién llegado a Seúl, junto a su pequeño hijo Min Seung. Leia, dueña de un moderno café en el centro de la ciudad. Seung conoce a Leia tras perderse en su primer día de colegio. Una nueva amistad nace luego de q...