Min Yoongi, un exitoso empresario, recién llegado a Seúl, junto a su pequeño hijo Min Seung.
Leia, dueña de un moderno café en el centro de la ciudad.
Seung conoce a Leia tras perderse en su primer día de colegio. Una nueva amistad nace luego de q...
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Los Min tomaron una mesa en un rincón del local. Apoyé mis codos sobre la barra y mi rostro sobre mis manos. Jisoo era una mujer muy glamurosa. Sus pestañas largas. Uñas como garras en color vino. Su piel perfecta y pálida y el color rojo de sus labios, hacían que sea una mujer realmente hermosa.
Seung coloreaba en una hoja. Jisoo mantenía su mirada en la pantalla de su celular. Yoongi movía sus pies con inquietud. El pelinegro se acercó. Me reincorporé en cuanto lo vi caminar hacia mí. — ¿Qué necesitas? —extendí el trapo y fingí limpiar la barra. —Hablar contigo —se sentó en la banqueta. —No tenemos nada de qué hablar. —Yo creo que sí. — ¿De qué quieres hablar? —Yo sé que todo fue muy pronto. Jisoo aquí, justo después de lo que pasó anoche... —Pretendo olvidar lo de anoche. — ¿En serio? Yo igual. Solo quiero que tú y yo... —No te perdoné, Yoongi. No te confundas —lo fulminé. —Pero... — ¿Qué quieres? ¿Refregarme en tu cara tu bello matrimonio? —Susurré apretando los dientes —. ¿La familia que tienes con ella? —Jisoo no es mi... —Min, ¿nos vamos? —Jisoo apareció deslizando su mano por su hombro. Yoongi cerró sus ojos y soltó un suspiro. —Espérame en el auto, estoy hablando con Leia... —Lo lamento, yo debo trabajar —rodeé la barra. Me acerqué al pequeño que estaba detrás de ellos. Sonrió al verme—. Adiós Seung, te veré pronto. —Adiós, Leia. —Adiós, un gusto conocerte, Leia —Jisoo pasó por mi lado con una sonrisa mientras se colocaba los lentes. —Igualmente, señora Min. —Señora Min —repitió entre risas—. Es encantadora —se alejó. Yoongi volvió a acercarse. —Por favor. Dame una oportunidad para hablar. —Tu esposa te espera, Yoongi —limpié la mesa. —Fui un idiota, lo sé. Solo quiero arreglarlo contigo. —No sé si me interesa arreglarlo. Vete —No me detendré hasta que lo solucionemos. Te veré mañana —se largó.
Claro que quería solucionarlo, pero ahora había aparecido su ex. Era obvio que pretendía jugar conmigo y mis celos. Intentar seducir a Yoongi frente a mí. La rabia me consumía. No solo por ella, sino por todo lo que había sucedido con Yoongi, porque tal vez creía que sería tan sencillo como pedir perdón y seguir demostrando un dos por ciento de lo que siente. Solté un suspiro largo y continué con mi día.
◇
Salí a correr. No abriría el café hoy. Alex se encontraba enferma y Jackson estaba fuera de la ciudad hacía un par de días. La gente solía correr en la mañana, disfrutando la brisa fresca.
Descanse bajo un roble mientras escuchaba mi música. Me detuve a observar la naturaleza mientras recuperaba mi respiración. Un auto deportivo se detuvo frente a mí. No le di importancia, continué buscando una canción para relajarme.
De pronto vi unos tacones amarillos acharolados, frente a mí. Levanté la vista hasta encontrarme con su rostro. Sonreía como de costumbre. Tenía otros lentes diferentes a los de ayer. Todo su outfit colorido y llamativo. —Jisoo —me puse de pie acomodando mi top color nude. Todo lo contrario a ella. —Leia, que gusto verte otra vez. ¿Hacías ejercicio? —Mm, si —observé a mi alrededor. No era una pregunta muy inteligente viendo el lugar donde me encontraba. Incluso la ropa que vestía. —Bueno, fue pura casualidad. No creas que te sigo, querida —soltó una risa chillona—. De hecho, ya que te veo, quería invitarte a una fiesta. —Se lo agradezco, señora Min. Pero no me agradan las fiest... —No cariño, no aceptaré un NO. Mi hijo te adora, así que obviamente estas invitada. Es una fiesta por mi regreso, por un tiempo, a Seul. Será en la mansión de Yoongi —continuó con entusiasmo—. Debes ir en pareja. Considerando lo bonita que eres, no creo que tengas problema con eso. —Pero yo... en realidad no... —Será esta noche a las diez. Te veo allí —giró sobre su cuerpo. Caminó irguiendo su espalda—. No seas impuntual, cielo —continuó hablando hasta subir a su auto. Bajo la ventanilla—. Te veo allí —se colocó los lentes y aceleró.
¿Ir en pareja? Mi única opción era Jimin y debía apresurarme si es que no había hecho otros planes ya.
