-10-

1.6K 139 4
                                    

   La reunión con Seokjin se había extendido más de lo que pensaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   La reunión con Seokjin se había extendido más de lo que pensaba.
Hoseok había pasado por Seung. La oscuridad gobernó sobre Seúl. El cielo se iluminaba con la tormenta que había llegado.

    El diluvio caía impidiendo ver con claridad. Los rayos caían sobre los rascacielos.
Me apresuré a buscar el auto y regresar a casa. Seung estaría preocupado por mí, aunque por suerte no le temía a las tormentas.
   Me coloqué el cinturón y encendí el motor. Muchos de los autos estaban estacionados a los lados de la calle esperando que la lluvia cesara.

    Una de las calles estaba cerrada por inundación. Tomé otra ruta que me haría tardar más en llegar a casa.
   Reconocí el nombre de la calle apenas lo vi. No podía permitirme ir a una velocidad normal. A lo lejos vi el café. Las luces seguían encendidas. Noté el cartel que indicaba que estaba cerrado, pero había una persona dentro.
   Detuve el auto por un momento. Leia estaba apoyada sobre una de las mesas mientras miraba el cielo. Tal vez esperaba a Jimin o a alguien que la buscara.

    Aceleré alejándome. No tarde mucho en notar que había cerrado el local. El espejo retrovisor me permitía ver como corría por las veredas y paraba cada tanto bajo los techos para descansar.
   La fortuna de no tener autos atrás me hizo poder retroceder un par de metros hasta donde estaba descansando para volver a correr.
   Baje la ventanilla y me asomé.
   —Sube —ordené. Entrecerró los ojos intentando ver bien mi rostro—. Sube, Leia. Te llevaré.
Corrió hacia el auto y subió. Se abrazó a si misma pudiendo encontrar un poco de calor. Encendí la calefacción.
   —Ten —sin apartar la vista de la calle, busqué con mi mano mi saco en el asiento trasero—. Póntelo, te dará algo de calor.
   —Gracias —tosió sosteniendo su pecho.
   — ¿Te sientes bien?
   —De hecho no. He estado resfriada y esta lluvia solo lo ha empeorado. Pero no te preocupes, creo que tengo té en casa.
   — ¿Crees? —enarqué una ceja. Se mantuvo en silencio. Leia apoyó su cabeza en el asiento y cerró los ojos. Supuse que realmente estaba mal.

    Doble en una esquina en busca de la farmacia más cercana. Dejé que Leia siguiera descansando y baje en busca de un té y unas píldoras.
   Manejé hasta su departamento. No podía estacionar a un costado de la vereda, la lluvia aún continuaba. Pedí ingresar al parking, allí sería más fácil.
   Desperté a Leia con pequeños golpes en su brazo.
   —Leia, llegamos —susurré.
   — ¿Qué? —abrió los ojos. Observó el lugar y luego a mí—. ¿Por qué estacionaste aquí?
   —Para que no te mojaras. Ven, vamos. Te compré un té y unas píldoras —bajé del auto. Leia parecía no entender. Bajo después de mí. Caminé a su lado hasta el elevador.
   —No es necesario, Yoongi —su voz ronca. Su nariz roja.
   — ¿Cuál es tu piso? —señaló el número 7.
Apoyó su espalda sobre el elevador. Sostuvo su cabeza en varias ocasiones.

    La puerta del elevador se abrió. Caminó delante de mí hasta llegar a su departamento.
Apoyó la tarjeta en el lector y abrió la puerta. El lugar era demasiado amplio para ella sola.    Moderno y en tonos nude. Olor a lavanda. Flores sobre la mesa en un bonito florero. Cuadros y decoraciones que iban con su estilo dulce.

    — ¿Dónde está la cocina? —Leia señaló caminando hacia su dormitorio.
Encendí la cocina. Busque una tetera y me dispuse a prepararle el té. Me quité la corbata y arremangue las mangas de mi camisa.
   Cuando terminé de preparar el té me acerqué a la sala. Leia se había cambiado de ropa. Una remera que le quedaba lo suficientemente grande para llegar por encima de las rodillas. El pelo atado en un moño disparejo.
   Tomé la píldora y me acerqué a ella.
   —Tómalo todo —ordené sentándome a su lado.
   —Gracias —dio un sorbo al té luego de ingerir la píldora.
   —Con eso te sentirás mejor.
   —No era necesario.
   —Lo era —giró su rostro hacia mí. Dibujo una pequeña sonrisa en su rostro. Noté los hoyuelos en sus mejillas. Allí se quedó. Solo observándome con atención. Con tanta calidez.
   Me detuve en sus ojos caramelo. Las pequeñas pecas en su nariz y pómulos. Sus labios rosados. Era preciosa, no podía entender como alguien no podía ver eso en ella. Como Jimin podía jugar con otras mujeres teniéndola a ella. Tan sencilla y única.
   
   No fui consciente hasta ese momento, al notar la cercanía entre nosotros. Sus ojos bajaron y volvieron a subir.
   Mi mano se dirigió al mechón que rodeaba su mejilla. Lo coloqué detrás de su oreja y rocé su piel. Recordé aquella noche en la fiesta del rubio. Aquel beso que ambos fingíamos no recordar.
   Quería besarla, otra vez. Leia cerró los ojos dejándose llevar. El cielo se iluminó y luego el estruendo de un trueno la hizo saltar. La jalé hacia mí para unir nuestros labios.
   Le quité la taza de sus manos y sostuve su cara. Leia rodeó mi cuello con sus brazos, acercándome más a ella.
   Tal vez esto estaba mal, tal vez no. Pero no podía continuar actuando como si nada me pasara cada vez que la veía.

-------------------------------------------------------------

¿Quienes estamos enamoradas de este Yoongi que finge ser frio pero es un dulce? 
¿Próximo cap narrado por quien? 
Lxs leo <3

Insta: aniacevedo123


Enseñame a amar - Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora