— ¡Mujer, tú estás loca! Tienes un cuerpo que las mujeres te envidian y los hombres se vuelven locos por ti,conozco amigas que se han gastado una fortuna tratando de parecerse a ti.
— Pero, Manuela,quizás antes pero ahora.
— Nada de peros,Lucía eres una “bomba sexual” cómo dicen los chicos.
— Manuela, detente,sé que me estás diciendo eso para hacerme sentir mejor.
— Lucía haber detente,eres un ángel caído del cielo si no fueras mi mejor amiga, yo misma te violaría aquí y ahora. Incluso después de tener a Francisco tus pechos no perdieron ni textura ni firmeza por eso no me extraña que tu hijo te frote las tetas.
— ¡Pero, Manuela!
— Nada, mujer,tienes que enfrentarlo y aceptarlo, tú hijo te necesita necesita del amor y consuelo de una madre tú también lo necesitas abre tus ojos y expande tú mente sino un día te encontraras sola sin él puedes continuar drogandote para dormir y que tú hijo se distancie de ti o, comunicar mejor con él y acercarte a él ayudarlo a crecer junto a ti no lejos de ti.
Me quedé silenciosa pensando, se sentían justas y lógicas, él es mío y debemos estar juntos, no podría vivir sin él, tampoco me imagino con otro hombre y empezar de cero, solo hay un hombre en mi vida y él es mi hijo Francisco, solo que está teniendo los impulsos sexuales de su juventud y yo le tengo que estar cerca y “Ayudarlo” a transitar por esta fase de su vida, quizás tenga razón tengo que comunicar mejor con él.
— ¡Oh, Manuela … Manuela! No sé que hacer,estoy tan confundida!
Me estrechó en sus brazos, apoyé mi mejilla en su hombro y lloré, lloré por la perdida de mi esposo, lloré por mi hijo que arriesgaba de perderlo, lloré por mí y mi familia, ya nada era como cuando estaba con mi marido, todo había cambiado, estaba sóla mi hijo y yo nada más.
¿Me aceptará o se alejará más de mí si interfiero en su vida?