XIII

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¿Pero cómo puede ser posible que me despierte con semen sobre mis senos, si yo duermo sóla y mi esposo ya no está junto a mí?

Vi mi cara de sorpresa reflejada en mi espejo, ¡Pero es inaudito!, ¡Él está muerto!, ¡No puede ser posible! Me quedé atónita pasando mi dedo sobre ese semen seco y llegué a la conclusión de que el único que podía haber hecho algo así era mi hijo, seguramente él estuvo en mi habitación, me abrió la camisa de mi pijama, se masturbo sobre mis senos y me dejó llena de su semen, por un momento imaginé cosas y me abrí las piernas en busca de más semen seco, pero si me hubiese penetrado probablemente me habría despertado aún cuándo estaba drogada con mis pastillas para dormir.

No encontré más residuos de semen en mis piernas o cerca de mi vagina, pero quedé perturbada sabiendo que mi hijo hacía esto conmigo, humedecí mi dedos en mi boca y los pasé sobre esos restos de semen seco, luego los volví a meter en mi boca, si estaba segura de que era semen, me excité al saborear el semen de mi hijo, me recordaba al de mi marido.

Confusa me fui a la ducha, tengo que hablar con mi Panchito, pero no sé como hacerlo, podría intentarlo siguiendo la experiencia de Manuela, volví a pasar mi dedo húmedo sobre mis tetas y lengüeteé mi dedo con sabor a semen, luego toqué mi clítoris inflamado con ésos dedos hasta que me pegué hacía adelante, afirmándome en el lavamanos, me corrí en modo demencial.

La Sumisa De Mi Hijo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora