XIV

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Después de la ducha me fui a continuar con mi rutina de todos los días, mi hijo ya se había levantado y sentía que se estaba duchando, en la cocina preparé desayuno para mí y para él, luego me senté a reflexionar sobre cuánto a crecido, ¿Será oportuno que lo interpele ahora para que me explique lo de anoche?

Normalmente, después de la muerte de mi esposo me costaba mucho dormirme y comencé a tomar medicamentos para dormir recetados por mi doctor, pero las mañanas me despertaba ansiosa buscándolo y me deprimía pensar que él jamás volvería. 

Pero esta mañana ni siquiera me recordé de él, mi preocupación fue ese semen seco. 

Estaba excitada y confundida por los sentimientos encontrados que me producía toda esta situación.

  Además, las confesiones de Manuela habían despertado dentro de mí un morbo desconocido hasta ahora, yo sabía que estaba mal excitarme pensando a mi hijo, pero me reconfortó el hecho de que mi mejor amiga no encontrara nada malo en ello, a ella le encantaba poder complacer a sus propios hijos.

De todas maneras, me resultaba difícil aceptarlo de buenas a primeras, pero estaba comenzando a pensar que sería algo sólo entre él y yo, los dos solos, cómo mi amiga con sus hijos, mientras éstos pensamientos rondaban mi cabeza, restregaba mis muslos y mi vagina se contraía con pecaminosos sentimientos, comencé a anhelar secretamente que mi hijo entrara en mi dormitorio.

Dejé de avergonzarme de mis pecaminosos  sentimientos y mi cuerpo respondió en consonancia dejando mi vagina húmeda y pegajosa, deslicé suave y lentamente mis dedos por debajo de mi braga y me toqué inmediatamente pensando en un encuentro con mi hijo.

La Sumisa De Mi Hijo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora