Capítulo 2: Joven y hermoso.

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Al caer la noche, la casa de los Kim estaba llena de risas, una plática casual mientras los niños y sus padres cenaban en el elegante comedor de la mansión.

Jungkook decidió cocinar pizza para terminar de consentir a sus pequeños ese día, lo saludable podía esperar un poquito más, además de que lo merecían porque Jung-Suk y Dong-Min le comentó lo bien que se portaron.

Llegaron llenos de regalos de parte de Jeon Jung-Suk, a quien no le molestaba en lo absoluto gastar si es que a sus revoltosos nietos les gustaba algo de lo que veían en las tiendas o inclusive en alguna página de internet. Kim Tae-Pyung era igual en ese sentido, y aunque Taehyung y Jungkook hablaron con ellos para impedir que los mimaran de más, los abuelos simplemente no paraban, hasta parecía una competencia entre ellos dos por ver quien daba los mejores obsequios.

Con Sana y Ji-Eun era exactamente la misma historia, con la diferencia de que ellas dos se llevaban muy bien y eran un equipo en conjunto cuando de sus nietos se trataba.

Inclusive el actual esposo de Sana los veía como sus propios nietos, por lo que consentía a los bebés de su hijastro. Quizá no eran familia de sangre, pero en todo ese tiempo el pelinegro le tomó aprecio, sus hijos igual. Ella era feliz y con eso le bastaba a Jungkook para querer a la pareja de su madre.

—¿Cómo pasaron el día con su abuelo Jung-Suk y su tío, niños? —preguntó Jungkook desde su lugar en la mesa, cortando una rebanada de pizza para pasársela a Tae-Moo a quien tenía a un costado suyo, no se le despegaba.

—Y niña también, papi —respingó Sun Hee, a lo que el pelinegro asintió y se corrigió.

—Y mi niña también, por supuesto que sí mi princesa —Sun Hee sonrió, era demasiado parecida a él, al igual que su hermano gemelo JeongSan. La réplica de los Jeon.

—Genial, nuestro tío nos presentó a su novio, es muy bonito y también es un doncel como papi y mis hermanos —respondió JeongSan con simpleza, para el menor los donceles eran algo normal en su mundo, él mismo había nacido de uno y adoraba a su padre Taehyung.

Jungkook se quedó en shock unos intantes, más luego retomó el hilo de sus ideas y una sonrisa perversa apareció en su rostro. Por supuesto que Taehyung lo notó, pues estaba sentado frente a él en extremo opuesto de la mesa.

El pelinegro se mordió el labio inferior, era una noticia tremenda considerando los pensamientos que Jung-Suk tuvo durante casi toda su vida. ¿Karma? Quizá sí.

Taehyung tuvo que estirarse un poco para patearlo por debajo de la mesa, con el objetivo de que el pelinegro no soltara la carcajada que reprimía. Los niños todo absorbían y repetían, él claramente podía leer los pensamientos de burla de su esposo como si se tratara de un libro abierto.

—¿De verdad? Al parecer tenemos un don para los donceles... y para sacar de quicio a mi padre...

Los niños lo escucharon pero no supieron por qué lo decía, solo siguieron comiendo sus pedazos de pizza porque eso era mucho más importante, aunque Hyo-Ri estaba atento a absolutamente todo.

—Jungkook... —reprendió el doncelito mayor, no veía de qué manera les explicaría a sus hijos las antiguas actitudes de su abuelo.

Ni siquiera lo pensaba tan necesario hacerlo, quizá cuando fueran más grandes y pudieran comprender mejor las acciones humanas, no quería lastimar de ninguna forma a Hyo-Ri o Tae-Moo ya que eran donceles como él.

Toda su corta vida los había educado para que se sintieran orgullosos de ser quienes eran, así que esperaba su esfuerzo rindiera frutos en el momento correcto.

—Y... ¿qué hizo su abuelo cuando su tío les presentó a su nuevo novio? —inquirió risueño el pelinegro.

—Jeon Jungkook —llamó seriamente el castañito.

I Still Want You (KOOKV/KOOKTAE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora