Capítulo 4: La vida que no le pertenecía.

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En sus cortos doce años de vida, Kim Hyo-Ri jamás había estado tan nervioso como la vez que le pidió a sus padres permiso para salir al cine con Min Dakho a solas.

Ellos dijeron que podía ir siempre y cuando llevara vigilancia como habitualmente lo hacía, más que nada por el tema de la seguridad, pero ni que Dexter estuviera tan cerca arruinó la diversión. Fue una tarde mágica en la que Dakho se comportó como todo un príncipe, lo había tomado de la mano y Hyo-Ri sintió su corazón latir desbocado dentro de su pecho.

Dakho era su amigo de toda la vida, aunque últimamente se sentía como si fuera más que eso, sin duda los dos estaban cambiando, el sentimiento era extraño y desconocido pero cálido, se sentía bien con él.

Ahora Hyo-Ri estaba ahí frente a ellos, acababa de pedir permiso para ir con Dakho al baile de invierno, se sentía como una cita aunque ninguno loa había dicho de esa forma.

Al principio, Jungkook se quedó serio durante unos buenos diez segundos, mirandolo de arriba abajo, como si estuviera buscando indicios de dónde estaba su pequeño doncelito que apenas unos años atrás no se le despegaba en lo más mínimo, ni siquiera cuando tenía aburridas reuniones con algunos directores de museos que deseaban exhibir las pinturas de JVante.

En aquellos años Hyo-Ri asistía a las reuniones caminando de la mano de su apuesto padre, guardaba silencio y era un encanto con las personas con las que el artista trabajaba, ellos le regalaban dulces o postres y al final de la reunión Jungkook lo llevaba a comer helado a algún parque cercano por ser un buen niño y portarse bien.

Más tarde iban a recoger a su papi Taehyung a la empresa que era de su abuelo, sus padres daban un besito para saludarse y luego lo llenaban de amor a él, le encantaba que le hicieran cosquillas.

Cuando los gemelos nacieron la dinámica siguió siendo la misma mientras eran unos bebés, pero conforme fueron creciendo la atención la tuvieron que dividir entre tres niños, por lo que se sintió como un duro cambio para el primogénito de los Kim, quien estuvo un poco celoso al principio, lo platicaron con Seojoon y él les comentó que era normal pues Hyo-Ri estuvo acostumbrado a ser el único por mucho tiempo.

El mini doncelito amaba a sus hermanitos menores, sin embargo, antes era él, sus papis, Bam y Yeontan contra el mundo, luego se sumaron otras dos personitas que le quitaban la atención y se sintió un poco desplazado, hasta que Taehyung y Jungkook hablaron con él, lo llenaron de besos y palabras dulces, explicándole que no porque tuvieran más hijos dejarían de amarlo, eso jamás sucedería.

Hyo-Ri fue ese bebé que tanto buscaron, el que supieron esperar hasta que se sintieron listos y con la suficiente madurez mental para ser padres aún siendo muy jóvenes.

Por supuesto que amaban a sus gemelos, pero con su primogénito fue una experiencia nueva y sumamente planeada que siguieron paso a paso con el miedo que la inexperiencia otorga, descubrieron un mundo diferente cuando fueron padres por primera vez.

Kim Hyo-Ri fue el dulce mini doncelito que les había otorgado el título de papás, la copia exacta de Kim Taehyung que Jungkook adoró desde el primer instante en el que lo vio. Era la prueba viviente de que el amor que sentía por su pareja era inmarcesible, luego sus otros tres bebés solo le confirmaron lo enamorado que se sentía de su esposo inclusive a pesar de los años que corrían sin parar.

El pelinegro estaba satisfecho con su vida y las decisiones que lo llevaron hasta ahí.

El tiempo pasó y Hyo-Ri comprobó que las palabras de sus padres eran ciertas puesto que nunca más se sintió excluído, además de que Jeong-San y SunHee eran excelentes compañeros de juegos, se la pasaban muy bien dentro de la mansión escondiéndose de sus padres, su niñera o de vez en cuando de su tío Dexter, quien los acompañaba a todos lados la mayoría de las veces.

I Still Want You (KOOKV/KOOKTAE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora